miércoles, 27 de febrero de 2013

EL HAMBRE ACABA CON VENEZOLANOS


EL HAMBRE ACABA CON VENEZOLANOS DESVALIDOS
Zenair Brito Caballero
El poder comer una vez por día es quizá el mejor de los escenarios para las y los pobres venezolanos que viven en condiciones de pobreza extrema. Las cifras son abrumadoras, según datos del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social en Venezuela hay cerca de 18 millones de pobres.
Estudios realizados de la Pobreza en  Venezuela por expertos investigadores de la UCAB, definen a la pobreza alimentaria como "la incapacidad para obtener una canasta básica alimentaria, aun si se hiciera uso de todo el ingreso disponible en el hogar para comprar sólo los bienes de dicha canasta"; para los habitantes de municipios como San José de Tiznados en Guárico,
Los Rastrojos en Lara, Payita en Aragua, Pueblos indígenas de la Goajira Venezolana, indígenas en la zona de Tucupita y Amazonas, pueblos rurales de Guárico, Anzoátegui, Mérida, Maturín entre otros y zonas rurales de todas las ciudades venezolanas, en la pobreza alimentaria se define en una sola palabra: hambre.
Hace apenas transcurridos unos meses de la pasada campaña electoral para la Presidencia de la República, el candidato opositor que visitó pueblo por pueblo y se empapó de la realidad reinante. Lanzó una propuesta si ganaba las elecciones, lo que llamo: Cruzada Nacional contra el Hambre. Mucho se ha dicho en los últimos días y, si bien es innegable que la lucha contra la pobreza es una aspiración fundamental y una profunda y acrecentada deuda histórica con millones de connacionales, la realidad es que el gobierno socialista-comunista en 14 años de mandato, ha dejado fuera a casi 500 municipios que viven en pobreza extrema, 300 de los mismos en dónde la atención a esta problemática es urgente.
De ello, hay varios casos emblemáticos como el de los municipios indígenas de la Goajira, de Tucupita y del Amazonas, cuenta con poblaciones que viven en niveles infrahumanos de pobreza. La comparación es obligatoria ya que ayuntamientos como  los de Caracas, Valencia, Barquisimeto, Maracay con índices cercanos al 14 por ciento sobre el mismo rubro, serían de los primeros en beneficiarse por la ayuda de la Cruzada si apoyan a los rojos rojitos.
En Caracas por ejemplo, dentro de la lista de municipios en los que actuaría de manera inmediata el programa, están 23 de enero Catia, Caricua y las Vegas, el primero con índice de pobreza alimentaria del 31.5 por ciento, y el segundo con un orden del 15.7 por ciento.
En contraste están municipios como  los del Junquito y los del Litoral con casi 47.4 por ciento de pobreza de este tipo o El Estado Miranda al norte del Estado, con casi 39.4 puntos porcentuales de población en la misma condición de hambruna; dichos territorios no han sido considerados prioritarios por el gobierno socialista-comunista dentro de los parámetros de la Cruzada Nacional contra el Hambre.
Al respecto de los cuestionamientos, muchas asociaciones y ONG se ha pronunciado señalando que los criterios de selección de los municipios se da con base a los indicadores proporcionados por este organismo, mismos que son públicos y han servido en esta ocasión como fuente de información para la redacción de este artículo y los cuales no coinciden con la elección de una buena parte de los territorios que atacará esta cruzada.
La dinámica parece ser tristemente obvia, se está dando mayor importancia a aquellos lugares donde el clientelismo rojito es una realidad y donde hay mayores perspectivas políticas en un contexto electoral en que en este 2013 habrá elecciones municipales en todos los estados de la república
Lamentablemente este programa carece de una visión de largo plazo, que coadyuve en la eliminación de la pobreza alimentaria, no es integral porque no subsiste dentro de otros programas que eliminen el origen de la misma, y está segmentado porque se dirige en gran medida a aquellos sectores que ayudan a los chavistas a definir elecciones. Aunado a ello el tema de los precios de garantía de la canasta básica así como la seguridad alimentaria son temas de los que hay mucho que discutir como parte de una verdadera política pública de combate a la pobreza y al hambre en nuestro país.
Una verdadera política pública debe tener un carácter universal, que atienda a su sector objetivo, teniendo metas y logros, al corto y largo plazo. No podemos caer en la trampa con programas que, financiados con dinero público, están destinados a cumplir tangencialmente con sus lineamientos expresos mientras atienden de forma directa con compromisos electorales  
britozenair@gmail.com

LA SUMISIÓN Y LA RENUNCIA


“LA SUMISIÓN Y LA RENUNCIA DE BENEDICTO XVI”
Zenair Brito Caballero 
(britozenair@gmail.com)

Tras renuncia de Benedicto XVI, 

cae rayo en Basílica de San Pedro

Renunció Benedicto XVI a su papado y el mundo católico se estremeció por la sorpresa y se nubló por la incredulidad. Los periodistas reburujaron en la historia y hallaron que este hecho no ocurría desde hace 600 años; los fieles del mundo no ocultaron su desconcierto y los indiferentes, luego de una mirada oblicua a la noticia, siguieron en su actitud impasible, como si el mundo estuviera restringido a su impávido egoísmo.

El heredero de san Pedro, en cuya fe habita la noción del Espíritu Santo, sintió los estragos de la vida, que en la carne son como una carcoma. Aquí perdió el hombre, pero ganó la conciencia. No es cualquiera el que abdica de un poder inmenso e incontrastable. Despojarse voluntariamente de un reinado absoluto sobre su rebaño en previsión de que de la disolución corporal afloren los estigmas más penosos, sólo es dable a quienes tienen una elevada conciencia de sus deberes y de sí mismos, a quienes se saben transitorios, a quienes no lían su misión con el espejismo de la inmortalidad. El brillo de la decisión de Benedicto radica en que su renuncia no se refiere a un poder sobre las cosas tangibles, sino a lo más sensible con que los feligreses se sienten unidos a su Dios: a través de la modestia de su corazón.

Renunciar al corazón de los fieles, dimitir del hermético dominio sobre eso que se conoce como el alma humana, es una lección de humildad. 

¿Qué podrán decir de esto aquéllos que se envanecen con los halagos del poder político o económico? Buscar preeminencias y subordinarse a ellas, perder el sentido de la brevedad de todo lo existente, adquirir una idea grandiosa de sí mismo, maniobrar con deshonestidad para aferrarse a los privilegios, no es una demostración de excelsitud sino de envilecimiento. La enseñanza que deja el gesto del Sumo Pontífice, un hombre que gravita en el misterio que anida en las entrañas de su grey, debe ser un ejemplo amargo para la débil contextura moral de los ambiciosos. Ante la precaria dimensión ética de quienes piensan que el poder se justifica por sí mismo y de que todo es admisible para obtenerlo y preservarlo, la decisión de Benedicto XVI, aunque a ellos les importe un bledo, debe ser como un rayo que deja en polvo de astillas los árboles rancios y podridos que, como cadáveres de la codicia humana, sólo representan la cara innombrable del paisaje. Es un problema de valores: el desprendimiento y la generosidad enfrentados a la sordidez y la avaricia.

Ahora dirán que Benedicto lleva sobre sus espaldas el lastre de unos disimulos (debe recordarse que él pidió perdón por esos hechos) ante casos de pedofilia en la Iglesia cuando él era el encargado de dirigir la Congregación para la Doctrina de la Fe, o de que en un principio se opuso a la utilización del preservativo para reducir en África la transmisión del virus del Sida. Graves errores, sin duda, que su Dios sabrá escarmentar.

Sus enemigos morales, sin embargo, andan ufanos porque en una película sobre la vida de Abraham Lincoln se desvela cómo fue posible, sobornando a los legisladores de aquel entonces con sinecuras y nepotismos, que se aprobaran las leyes contra la discriminación y la esclavitud.

Olvidan tan diligentes contradictores, acostumbrados a igualar por lo bajo y a estirar la cuerda de la corrupción hasta límites impensados, que mientras Lincoln hacía politiquería con un fin superior, lo cual no lo exime de nada, ellos la hacen para llenarse las alforjas y para mantener amarrado a sus intereses el andamiaje electoral, tan podrido como aquellos árboles rancios ya descritos que, como cadáveres de la codicia humana, sólo representan la cara innombrable del paisaje.

El ejemplo de Benedicto es hiriente y desproporcionado porque aquí nadie renuncia a nada, y porque el poder inmaterial, por ser superior, no es comparable con el poder terrenal. No se debe olvidar que en nuestros negocios públicos no hay un solo contrato que esté exento de coimas y embaucamientos, y nada pasa, nadie renuncia ni nadie es obligado a renunciar. Aquí el decoro personal es una planta exótica, una letra muerta. En ese escenario nadie luce diferente. Si alguien pretende encarnar una actitud honorable, en el lodazal del poder le enseñan a mezclar la lealtad con el contubernio y la gratitud con la complicidad. Y todo en medio de mojigangas, callados recelos y falsas cortesías.  

EL SER HUMANO SE HA COSIFICADO


“EL SER HUMANO SE HA COSIFICADO SOBREPASANDO SU DIMENSIÓN ESPIRITUAL”
Zenair Brito Caballero

He venido observando cada día, quizás por efecto del llamado esnobismo, que el hombre se refugia profundamente en la  avidez, en la codicia, en la ambición de tener cada vez mayor cantidad de dinero y cosas materiales, lo que lo ha llevado a experimentar una angustia por subsistir o ser alguien.

Desafortunadamente, el referente para mostrarse como exitoso en este siglo XXI ha sido el progreso financiero, ocasionando que sus intereses sociales y económicos con frecuencia, se confundan con los sentimientos y la espiritualidad, pues se valora a los otros en función del dinero y las comodidades que poseen (tanto tienes tanto vales). Esto ha llevado a la cosificación del individuo, es decir, el hombre vuelto cosa, con un valor económico o poder que sobrepasa su dimensión humana y espiritual.

Muchos buscan una relación de pareja basada más en la estabilidad económica que en la amorosa o emocional, si es profesional bien remunerada, tiene casa propia, carro último modelo y para colmo operados sus senos y su trasero es la que conviene a muchos (el amor y el interés fueron al campo un día, pero más pudo el interés que el amorque le tenía), otros prefieren abandonar su perfil profesional universitario, que le costó dinero a sus padres para ayudar a lograrlo, por otro distinto, pero más lucrativo y una gran mayoría inicia una búsqueda espiritual, no con el objetivo de encontrar salvación de su alma, sino la satisfacción de sus necesidades materiales.

Llegan a las iglesias cual santurrones piadosos buscando bendiciones económicas, algunas veces soportadas en promesas bíblicas sacadas de contexto para sustentar su estrategia transaccional y potencializadas por algunos predicadores desde la televisión, la radio y en púlpitos, quienes sostienen la premisa de: “Dios te va a bendecir con tal que bendigas a la iglesia”.

Esta búsqueda de la ramplonería como condición sine quanon para crecer, ha hecho que el ser humano  ante la falta de control, se refugie en antivalores que hoy se defienden como valor absoluto a seguir. Como si el fin justificara los medios, se apela a la hipocresía, al engaño y al fingimiento con tal de conseguir lo deseado, por ello se meten a politiqueros chupa medias del partido de turno para que les otorguen buenos puestos de trabajo donde meter las dos manos.
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Lamentablemente el ser humano está entrando en una época en la que vive según su conveniencia y el interés que pueda representarle ciertas relaciones sociales, económicas y sentimentales; incluso su relación con Dios ha entrado en una etapa transaccional, mediada por la búsqueda de la riqueza o comodidad que sobrepasa la necesidad de su salvación espiritual, de esa apertura  a la singularidad espiritual de la que hermosamente hablaba Max Scheler.
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Desatinadamente, hoy el hombre busca el camino del progreso material como termómetro de su nivel espiritual; es decir, se tiene la creencia que crecer económicamente, es señal que Dios está de nuestra parte. Cuando se manosea la palabra de Dios, llevándola fuera de contexto o volviéndola frase de gaveta como: “Dios no quiere que vivamos en pobreza, Dios promete bendecirte si los honras, Dios te ha llamado a vivir como rey, es deseo de Dios que tengas más dinero”.

Quienes no tienen un conocimiento claro de la doctrina social de la iglesia, logran creer entender que los cristianos deben buscar más la prosperidad material o económica en la tierra, que empezar a buscar su salvación atesorando en el cielo. (Q error tan grande……….)

Así las cosas, por la propia ignorancia, los creyentes comienzan a orar, a rezar y a pedirle a Dios por más bonanza o riqueza financiera volviendo la relación con el Señor, más utilitarista que espiritual, centrando su vida más en la búsqueda del dinero.

Es por eso que muchas veces cuando la bendición económica llega, la persona se aleja de la iglesia, se olvido de Dios, pues su objeto de deseo está satisfecho. Soy seguidora de los principios y de las enseñanzas de Jesús, mas no evangélica y leo la Biblia que es la que nos enseña muchas verdades y prospectivas del mundo, y cito a La Biblia en Timoteo 6:9,10, quien nos advierte de eso diciéndonos que “Los que quieren enriquecerse caen en la tentación y se vuelven esclavos de sus muchos deseos.

Estos afanes insensatos y dañinos hunden a la gente en la ruina y en la destrucción.  Porque el amor al dinero es la raíz de toda clase de males. Por codiciarlo, algunos se han desviado de la fe y se han causado muchísimos sinsabores”. Es necesario aclarar que la holgura financiera no es mala en sí misma, tampoco es pecado gozar de estabilidad económica a través de ingresos altos o tener comodidades obtenidos honradamente.

Dios bendice cuando le place, pero aferrarnos a la fuerza del dinero y no a la búsqueda de la salvación puede llevarnos a tergiversar el centro de nuestra espiritualidad que es Jesús Misericordioso, porque si bien es cierto que el dinero es  necesario hoy para sufragar nuestras necesidades básicas, también es cierto que el mismo dinero es fuente de toda descomposición y nos puede condenar sino tenemos equilibrio espiritual, “Pues donde tengan ustedes su tesoro, allí estará también su corazón.”

britozenair@gmail.com

sábado, 23 de febrero de 2013

ANARQUISMO EN VENEZUELA


“CREE USTED QUE EXISTE EL ANARQUISMO EN VENEZUELA”
ZENAIR BRITO CABALLERO

Hoy no quiero escribir sobre lo que está pasando en Venezuela con la enfermedad del Presidente que no se ha visto ni se sabe a ciencia cierta que tiene porque es un secreto de Estado, ni de las mentiras de Maduro, de Cabello, Jagua, Giordani y Rafael Ramírez, sino sobre algo que me apasiona y es la teoría política. Si usted quiere relacionar una cosa con la otra, es su libre y soberana decisión.

De todos los ismos ideológicos, el más difícil de definir es el Anarquismo porque no es un conjunto único y estructurado de ideas. Es difícil encontrarle un padre legítimo como se dice de Marx y Engels con respecto al Comunismo o de Locke como padre del Liberalismo. Quienes hayan leído algo sobre el tema recordarán a autores como William Godwin en Inglaterra, Miguel Bakunin, Kropotkin y Tolstoi en Rusia donde hubo un fuerte movimiento anarquista antes de la revolución, Stirner en Alemania, Proudhon en Francia, Pestaña en España y otros de menor categoría.

Para el consumo nuestro y objeto de este artículo bastará decir que sea consciente o no, sea intelectual o analfabeto, es anarquista toda persona que proclama como ideario la libertad absoluta del ser humano para decidir su vida (individualismo puro) sin más limitaciones que las aceptadas por su propia voluntad. Consecuentemente el anarquista odia toda forma de autoridad, al Estado como forma suprema de organización jurídico-política, a la ley que establece en forma impositiva derechos y obligaciones, a la propiedad privada y a la clase social que la organiza y disfruta sus beneficios. El anarquista lucha contra todo sistema económico-político, pero no ofrece ninguno como alternativa.
Todo sistema ideológico-político es una propuesta para organizar el Estado y su relación con la persona individual y la sociedad, pero su ideal es una sociedad sin Estado al cual hay que destruir por todos los medios posibles, sin excluir el terrorismo a cuyas actividades dedicó Bakunin sus mejores esfuerzos. El anarquista no lucha contra un gobierno, sino contra todos los gobiernos como representantes del Estado al cual quiere destruir por ser la negación más clara de la libertad individual como autoridad soberana sobre el territorio y la población.

La única profesión que el anarquista ejerce a tiempo completo es el Anarquismo. Justificaciones siempre existirán. Hoy será por una causa y mañana por la causa contraria, pero lo único que importa es la lucha constante. En la lucha contra la autoridad y la ley, elementos fundamentales del Estado, no hay reposo.

Aplicándole en forma abusiva al anarquista la frase que Cervantes puso en boca de Don Quijote diríamos que su lema es “mis arreos son las armas, mi descanso es el pelear.”

El anarquista es al mismo tiempo un idealista y un resentido social. Idealista porque pretende refundar la convivencia social en pequeños grupos comunitarios en los cuales no haya autoridad fuera de la voluntad de sus miembros, no haya propiedad privada como fuente de privilegios y no haya más ley que la voluntad de cada persona en coincidencia con la voluntad de los miembros del grupo. Resentido social porque nada de lo que existe como organización global de la sociedad lo satisface y en todo ve un atentado a la libertad y a la justicia. Como el anhelo por cada vez mayor libertad individual y mayor justicia social ha acompañado al ser humano desde que el mundo es mundo, podemos afirmar que el Anarquismo es tan viejo como la humanidad.

Sin embargo su expresión más organizada ocurrió en Europa a raíz de la Revolución Industrial en coincidencia con el nacimiento del Socialismo con el cual caminó hasta la polémica de Marx con Proudhon en dos libros famosos, la Filosofía de la Miseria por el segundo y la Miseria de la Filosofía con que le contestó el primero.
El caldo de cultivo del Anarquismo fue el Sindicalismo. La mayor fuerza la tuvo en el anarco-sindicalismo español en el período entre las dos guerras mundiales. Su decadencia ocurrió al unirse en la guerra civil española al Republicanismo y su derrota por lo que después se conocería como el Franquismo, es decir el régimen impuesto por Francisco Franco. Sus ideas y sus luchas pueden leerse en muchos libros, pero de manera testimonial en el libro Lo que aprendí en la vida de Ángel Pestaña.

Hasta donde sé, nunca ha existido en Venezuela un movimiento anarquista organizado e identificado como tal como han existido en otros países. Difícilmente se puede negar, sin embargo, que en todos los movimientos sociales y políticos ha habido personas que aún sin saberlo están en contra de los que están a favor y a favor de los que están en contra sin más orientación que anarquizar y pescar en río revuelto.
El tránsito de una sociedad autoritaria a una sociedad con mayor libertad frente a toda autoridad, desde la familia hasta el Estado, sin que se acompañe ese tránsito con un proceso de formación en el uso responsable de la libertad puede generar la conformación de personalidades anarquizantes.

El Anarquismo es atractivo, especialmente para los adolescentes y jóvenes por ser las edades en que se está ensayando la formación de una personalidad propia, libre e independiente de la autoridad familiar. Antes había una estrecha relación entre la familia y la escuela para ayudar al adolescente en ese difícil tránsito evitando que cayera en manos de grupos de amigos que llenaran la necesidad de pertenencia que todo ser humano necesita.

Esa relación desapareció, con las excepciones del caso, así como ha desparecido en muchos casos la ayuda de los grupos religiosos en ese proceso. ¿Existe el anarquismo en Venezuela? Lo más seguro es que puede ser o ¿quién sabe?

INICIOS DEL APOCALIPSIS


“ESTARÁ EL MUNDO EN LOS INICIOS DEL APOCALIPSIS”
Zenair Brito Caballero

El origen de las profecías nace de los oráculos de las divinidades del Olimpo,  algunos con vaticinios apocalípticos otros de buena suerte, a veces con aciertos; sin embargo, la extinción  de la humanidad como castigo a su codicia y desvíos, en realidad es utopía que sólo asusta a la gente incauta.

Según la predicción de la primera de las siete profecías de los Mayas (civilización precolombina mesoamericana), admirable por su avanzado conocimiento en el cálculo del tiempo, el mundo desaparecería el 21 de diciembre del año 2012. Quienes les creían, me imagino deben estar muy felices por seguir con vida en el mismo mundo.

Ahora, ante la renuncia del Papa Benedicto  XVI, sale a relucir la “Profecía de los Papas” de Malaquías, publicada en 1595, con relatos hipotéticos relativos a los siguientes 112 papas que gobernarían la Iglesia católica, desde el Papa Celestestino hasta un supuesto Pedro el Romano, con el cual terminaría el papado católico, ya que sería el 112 Papa.

Entre los posibles papables, para sustituir a Benedicto XVI, hay dos candidatos con el nombre de Pedro, uno de ellos es el cardenal, Tarsicio Pietro (Pedro en español) Bertone,  nacido en la ciudad de Romano Canavese, Italia, en 1934 (tiene en contra su avanzada edad), pero en la actualidad es el cardenal más influyente del Vaticano, el otro es el cardenal brasileño Odilón Pedro Scherer de 63 años, edad en la que se conservan todas las facultades para ejercer el liderazgo que le corresponde al Sumo Pontífice.

A lo anterior se le agrega la profecía  de Nostradamus, quien anunció que la elección de un hombre de color negro como jefe supremo de la iglesia católica, sería su fin. Tal alternativa es probable en vista de que hay tres cardenales negros papables, dos nigerianos  y uno ghanés. Pues, con la reelección de Obama como presidente de Estados Unidos, la designación de un Papa negro ya es posible.

El reciente paso de un asteroides a 27 mil 650 kilómetros de la tierra y la sorpresiva caída de un meteorito en Rusia, dejando más de mil heridos, aviva las amenazas de las profecías apocalípticas con versiones de toda índole, principalmente de tipo religioso; por ejemplo, el diluvio universal del que sólo se salvaron los que DIOS indicó a Noé alojara en su arca;  la tragedia  del barco Titanic, cuyo constructor tuvo la osadía de desafiar a DIOS, y en su primer crucero por el impacto de un iceberg naufragó; la destrucción de las imponentes torres gemelas del centro de New York -la capital mundial-, por orden del musulmán Osama Bin Laden, ante la confusa e impotente mirada de G. W. Bush, en ese momento el presidente más poderoso del mundo.

El apocalipsis podría darse por múltiples formas, con fenómenos naturales y artificiales, como choques de grandes meteoros,  asteroides, astros y estrellas, entre otros componentes del espacio sideral, terremotos, huracanes, tsunamis, epidemias, guerra nuclear y biológica con mutación de microorganismos.  También el calentamiento global con deforestación de la tierra,  extinción de la fauna, de la flora y contaminación del ambiente, pueden acabar paulatinamente a la humanidad. En fin, Nostradamus habla que  una civilización extraterrestre con tecnología superior conquistaría la tierra.

En todo caso, según la mayoría de las religiones habrá un juicio final, en el que se revelarán las acciones buenas y malas de la humanidad. Y, por ejemplo,  en Venezuela, se conocerían los autores intelectuales de los asesinatos del abogado Danilo Anderson, la muerte inhumana de Franklin Brito y de cientos de jóvenes universitarios, hasta ahora en la impunidad y, definitivamente, se sabría cuáles políticos se aliaron con, narcotraficantes y delincuentes de cuello blanco para ganar elecciones presidenciales y de gobernadores. 

UN BUEN CIUDADANO


“EL VENEZOLANO REQUIERE SER UN BUEN CIUDADANO”
Zenair Brito Caballero
Ser buen ciudadano, no es algo difícil; no es algo que tenga que estudiarse en una universidad; no es seguir un cúmulo de normas y aprenderlas de memoria. Basta el sentido común; el no hacer nada que nos contraríe a nosotros o a las demás personas.
Se pueden resumir las acciones de un buen ciudadano, en estas sencillas normas: Respetar las leyes y normas que rigen la vida de la sociedad, Cumplir con sus obligaciones de impuestos. Ser un celoso cumplidor de las normas de tráfico. Celoso guardián del medio ambiente.
 Cumplir con su deber de participar en las elecciones. Sentir las necesidades de los demás, como si fuesen propias. No ser agresivo ni violento. Ser siempre solidario.  Tener bien claro, el compromiso social. Observar y darle el justo a los pequeños detalles.
Las leyes no deben tenerse como una serie de normas que debemos cumplir,  porque se nos impone. Miremos estas leyes como una necesidad de la misma persona. Acatemos las normas y procuremos que otros lo hagan, pero no como una imposición o por evitar castigos. Hagamos del cumplimiento de las normas, una expresión de respeto a los demás.
Tomar nuestra obligación de contribuir con el Estado, como algo absolutamente necesario. No prejuzguemos sobre cómo se han de invertir esos recursos. Miremos esos impuestos, como nuestra contribución para que el Estado pueda cumplir con las obras de beneficio comunitario, pagos de salarios a quienes laboran, pago de servicios públicos y todos los gastos que tiene. Evadir el pago de estas contribuciones, origina la comisión de delitos, que son penados por la ley y sancionados económicamente.
Un buen ciudadano, cumple las normas de circulación y tránsito, porque con ello protege su vida y protege la vida de las demás personas. Cuando respetamos el semáforo; cuando no excedemos la velocidad; cuando nos cuidamos de sobrepasar otro vehículo en sitio prohibido; cuando cruzamos la calle por los sitios indicados para ello, estamos cuidando nuestra propia vida y con nuestro ejemplo, protegiendo la vida de los demás.
No podemos mirar de soslayo, las campañas que procuran mejorar el entorno ambiental, porque este trabajo no es para que algunos “locos” encuentren oficio. Miremos estas actividades como algo beneficioso para mí y lógicamente para todos los que me rodean. Conservando la naturaleza, conservamos nuestra propia vida.  Conservando la naturaleza hoy, podemos ofrecer a nuestros hijos y a nuestros nietos, en el día de mañana, un medio ambiente sano.
Siempre que se convoque a elecciones, debemos participar con agrado, sin presiones. Procuremos favorecer con nuestro voto a los más capaces. Si participamos en la elección, podemos exigir a nuestros elegidos el cumplimiento de su deber. No es criticando   por fuera ni absteniéndonos de votar, que se solucionan los problemas del país.
Cuando nos decimos buenos ciudadanos, hacemos nuestras las necesidades de los demás. No miremos por encima las necesidades de los demás. Seamos sensibles ante estos hechos y procuremos buscar solución a esos problemas, como si fuesen nuestros propios problemas. Miremos los ancianos, los niños, los enfermos, como nuestro prójimo; como la imagen de Jesús Misericordioso y recordemos sus palabras: “Cuando serviste a uno de ellos, a mí me servías”
No podemos ser agresivos o violentos. Huyamos de estas situaciones. La violencia genera más violencia. Con nuestra agresividad, no solucionamos nada. Antes por el contrario, agravamos más el problema. Nunca nos burlemos ni despreciemos a otras personas. Esto genera hacia nosotros, sentimientos de rechazo y marginamiento. Nada nos cuesta ser comprensivos y tolerantes. Antes de exasperarnos, contemos hasta diez, para emitir un juicio. Este tiempo nos permite pensar muy bien lo que vamos a decir o hacer.
Este es un llamado que hoy hago a la solidaridad. No seamos insensibles ante un hecho, porque no es con  nosotros. Si una persona residente en un sitio ubicado lejos de nuestra residencia, tiene un problema, no decir: eso no es conmigo. Antes pensemos: ¿cómo puedo ayudar a solucionar esta problemática? Interesémonos en los demás. Algún día, otros se interesaran por mí.
 No seamos miembros pasivos de la sociedad. Seamos siempre activos y dispuestos a desarrollar un compromiso serio con esa sociedad donde vivimos. Busquemos participar en todas las actividades, donde se busque el bienestar comunitario.
Ser fiel observador de esos pequeños detalles, que se convierten en grandes acciones, que nos benefician. Reconozcamos lo que otros hacen por mí; tratar de no molestar a nadie; procurar ser servicial, antes que mostrar antipatía o disgusto. Iniciemos esta tarea, con nuestros familiares, luego proyectemos este sentimiento hacia nuestros vecinos y luego a otras urbanizaciones. Así sembraremos buenos hábitos y buenas costumbres.

JUVENTUD PATRIOTA


“QUE VIVA NUESTRA JUVENTUD PATRIOTA”
Zenair Brito Caballero

Aunque no soy socióloga sino psicóloga, pienso que la sociología nos enseña entre otras cosas muy importantes que, las sociedades suelen dividirse en segmentos de población según intereses, sexo, zonas, creencias, orígenes……y edades.
Precisamente uno de los más importantes segmentos de las sociedades es la JUVENTUD, la dichosa JUVENTUD, la vigorosa JUVENTUD, la efímera pero trascendental JUVENTUD, porque inevitablemente más temprano que tarde las juventudes tendrán que asirse de la conducción de sus sociedades, (llenas de escenarios políticos, económicos, culturales, y demás escenarios que dejo a la fluyente imaginación del lector) así como, un fiel capitán se prende del timón de su barco para un destino seguro y exitoso.
Ante esta naturalidad de la vida no queda más espacio en mí que, una auto interpelación: ¿Qué tipo de juventud en un futuro inmediato será la conductora de este barco, de esta sociedad venezolana?
Indiscutiblemente hay una parte de la juventud venezolana que vive en la displicencia, en lo escéptico y hasta en el derrotismo por los verdaderos temas importantes que les conciernen, mas sin embargo se muestran unos verdaderos protagónicos y aficionados cuando se trata de temas vanidosos, sobre todo aquellos que fabrica y conspira un sistema económico tan pero, tan dañino como el sistema socialista-comunista.
Me refiero concretamente al mundo tan criticado por el gobierno venezolano, el consumismo, al mundo de las redes sociales ( especialmente cuando su uso es de pasatiempo ), a la destrucción de la naturaleza, al irrespeto a los padres, menosprecio hacia la mujer,  a la deserción del estudio, al servilismo de la moda, a la percepción del dinero como un Dios, una juventud alienada, alienada a la transculturización, alienada a importaciones perversas que esta sociedad permite, alienada al odio, entre otras cosas y son ellos los primeros que lo practican dando el ejemplo desde los jerarcas del poder. Sin duda este tipo de juventud existe.

Asimismo, me encuentro con una magnífica noticia: hay también una juventud Rebelde, y no rebelde peyorativamente hablando, o que esta definición sea sinónimo de una juventud hostil u ociosa sino una juventud que, puede organizarse que, para ella lo primero es el estudio, una juventud decidida a cambiar lo que debe ser cambiado, una juventud con espíritu de Rebeldía, dispuestos a cualquier sacrificio por su patria sin importar la índole de este sacrificio.
Una juventud desesperadamente indignada, con las herramientas suficientes para lograr los cambios anhelados,  enamorada, sin ánimos de venganza, con la sangre solidaria, que sin importar tener el sol de frente sudara hasta ver la eclosión de la nueva alborada, donde ya no existe el rencor, donde la igualdad de oportunidades es más que una ley y donde tanto los deberes como los derechos son una realidad asumida, sí existe la Juventud Rebelde como la que se instaló varios días frente a la Embajada de Cuba pidiendo un informe médico del Presidente y reclamando el problema de la devaluación y el paquetazo rojo-rojito!!
Estoy muy clara que la juventud alienada no tiene la culpa por si sola de ser alienada, porque al fin y al cabo son víctimas de los presentes capitanes de este barco rojo-rojito socialista-comunista. Pero también quiero afirmar que la juventud rebelde debe avasallar y revolucionar a todos sus homogéneos lo más urgente posible en el tiempo. QUE VIVA NUESTRA JUVENTUD PATRIOTA ¡!!!

UN PAQUETAZO ROJO ROJITO


UN PAQUETAZO ROJO ROJITO QUE NOS LLEVA A LAS INEQUIDADES
Zenair Brito Caballero 
(britozenair@gmail.com)

Equidad y justicia son principios sobre los cuales debe sostenerse todo sistema fiscal y el régimen tributario que le corresponde refleja la esencia política del sistema de gobierno socialista-comunista que lo implementa. Si se trata de un régimen democrático los impuestos que pagan los contribuyentes no son sólo la principal fuente de recursos del Estado, sino que son también una herramienta importante para la redistribución de la riqueza y para la implementación de políticas de justicia social y programas de bienestar ciudadano. Así las cosas, los impuestos tienen que ser progresivos, es decir, a mayor ganancia o renta mayor impuesto. Lo contrario es regresividad, injusticia e inequidad

El gobierno venezolano  en manos del autobusero Maduro y del tenientico Cabello, se ha empeñado en lograr la aprobación de un paquetazo económico, que ignora estos principios, es a todas luces retardatario e inconveniente porque acentúa y profundiza las inequidades económicas en un país catalogado como uno de los más desiguales del mundo.
Todo indica que la reforma en cuestión tendrá efectos severos contra la población de medianos y bajos ingresos a la que castigaría con mayores contribuciones sobre sus sueldos, salarios y honorarios a través  de la devaluación y con más impuestos indirectos especialmente por IVA.
Además amenaza la estabilidad de instituciones muy importantes como el precario sistema de salud como consecuencia de la reducción (del 29.5% al 13.5%) de los parafiscales -gastos de nómina- de las empresas. Se dice que un nuevo impuesto, el –impuesto a las utilidades- compensaría las pérdidas, pero los analistas económicos han demostrado que los ingresos serían inestables, volátiles e inferiores a los parafiscales.

De otra parte la reforma se propone reducir los impuestos sobre la renta del 33 al 25% a las grandes empresas, a los monopolios y a las transnacionales, al tiempo que los dividendos seguirían exentos, lo cual se traduciría en una merma considerable de los ingresos corrientes de la nación y por ahí derecho se produciría una reducción significativa de las transferencias a las regiones.Se ha calculado que los entes territoriales perderían cerca de 6 billones de bolívares. 
 
Los argumentos del gobierno en favor de la reforma no resisten el más mínimo análisis. No hace falta ser experto economista, para saber que la favorabilidad tributaria al gran capital, lejos de estimular la economía más bien aumenta la concentración de la riqueza y en ningún país ha generado empleo ni mayores inversiones.

Los ejemplos son elocuentes y los han expuesto premios nobeles de economía. No hay evidencias ciertas acerca de que las rebajas de los parafiscales o la engañosa flexibilidad laboral estimulen la generación de empleo. Varios países han optado por esas políticas a propósito de la crisis y los resultados han sido contrarios, porque nada obliga a que así se haga y porque la generación de empleo depende de factores mucho más complejos que una simple política tributaria.

Como bien dice Eduardo Sarmiento: “no hay mano invisible que obligue a los empresarios a invertir productivamente o en sectores intensivos en mano de obra las ganancias extras generadas después de la reducción por vía normativa de los costos laborales” 

Varios analistas venezolanos del tema fiscal coinciden en que a la propuesta del gobierno le faltan estudios serios que la sustenten, muchas cifras no son verídicas; todo parece obedecer al afán del gobierno socialista-comunista de consagrar los privilegios del gran capital.

Sin duda es contradictorio y preocupante que precisamente mientras en Cuba se instala una mesa de diálogo y negociaciones en busca de acuerdos y soluciones a los problemas más graves del país el gobierno se empeñe en una reforma que va en contravía de esos propósitos. En un escenario se plantean opciones de paz y en el otro se estimulan las injusticias que alimentan la guerra.

Desde luego en Venezuela, es urgente una reforma tributaria pero no para acentuar las desigualdades sino para corregir las inequidades, para hacer justicia y para garantizarle al Estado los recursos que demande la atención y solución de los problemas del país (
britozenair@gmail.com)

PERTURBACIONES MENTALES


LAS PERTURBACIONES MENTALES EN NUESTRAS SOCIEDADES
Zenair Brito Caballero 
(britozenair@gmail.com)

Latinoamérica y el Caribe no tienen unas políticas rigurosas de prevención y atención de las perturbaciones mentales en sus habitantes, y eso contribuye al atraso psicológico y socioeconómico. La prevalencia de estos problemas es alarmante en la región, ocupando el primer lugar los asuntos derivados del alcoholismo y la drogadicción.
Hay que entender que la enfermedad mental trasciende los estados psicopatológicos puros y engloba diferentes perturbaciones en las que el comportamiento desempeña un papel fundamental. Es decir, que el tema del trastorno mental va más allá de la locura como tal, de la depresión y la ansiedad, de los disturbios bipolares y del abuso o la dependencia de drogas. 
Cada vez es más claro que la enfermedad mental obedece a un funcionamiento cerebral alterado, a factores hereditarios o a secuelas de enfermedades del sistema nervioso central. El problema mental de origen estrictamente psicológico es improbable, de tal suerte que la tendencia es a considerar que siempre hay algún substrato orgánico que determina los cambios en el pensamiento, el humor o la conducta. Diversas infecciones, de hecho, se relacionan con múltiples manifestaciones neuropsiquiátricas, al igual que muchas enfermedades sistémicas que, de pasada, involucran al cerebro.
Hagamos una descripción esquemática y simplificada de las características negativas personales o sociopáticas que, atribuidas injustamente al carácter ibérico de nuestros antepasados, sobresalen en el concierto de las anomalías del comportamiento latinoamericano.
Violencia: No sólo se la ha pretendido justificar ideológicamente, sino que se le ha dado carta de ciudadanía en razón de que existe la pobreza. América Latina es una de las regiones más violenta del mundo y una de las más atrasadas. Muchas investigaciones sociales han demostrado, sin embargo, que los pobres no son más violentos que los ricos, de modo que ese argumento es deleznable. En ninguna parte el progreso, en términos intelectuales y materiales, se ha obtenido con actos de terror ni de sometimiento de la libertad, así que la quimera de la redención a través de la pólvora, el secuestro y el asesinato, no es más que eso: una vana utopía sangrienta. 
Corrupción: Se instala donde no hay ética personal ni mecanismos de control, donde no hay conciencia del bien común ni Justicia. Junto con la violencia, porta la mayor responsabilidad en el subdesarrollo local. En Venezuela el problema es endémico. El nicho de los viejos políticos dignos lo llenaron los contratistas y funcionarios indelicados con su imposición de un socialismo-comunismo; el de los empresarios decentes lo ocuparon las sabandijas rojas-rojitas de la especulación y el favoritismo; y todo eso revuelto con el narcotráfico, que sólo trasluce el afán desmedido de riquezas y extravagancias, compone el cuadro patético de nuestra descomposición moral.
Psicopatía: Para ostentar y defender las condiciones anteriores se necesita ser un poco psicópata: no tener vergüenza, no conocer el arrepentimiento e imaginarse que uno lo merece todo. Violencia justificada y corrupción en aras de que "todo el mundo hace lo mismo", son el sumun de la desfachatez y el cinismo en muchos venezolanos.
La violencia en busca de un hombre nuevo (otra vana utopía), que encierra a sus congéneres en jaulas, o que mata sólo por dinero, puede ser perfectamente considerada como un trastorno mental. El fanatismo ideológico de un marxismo comunista trasnochado, obsoleto y fracasado, letrado o ignorante, y la codicia enfermiza de los miembros del gobierno que expone la vida sin ninguna gloria, más que actitudes temerarias o propias de valientes, son enfermedades de villanos y de cobardes.    
Viveza: Aquí ha hecho carrera que el aprovechamiento de las oportunidades es un acto de inteligencia, que eso es saber vivir, que "así es como es la cosa", porque hay que rebuscarse. Propio de psicópatas también es la manipulación y la capacidad de enredar. Esos son expertos en tirar la piedra y esconder la mano. Son habilísimos para coger por el atajo y atribuirle sus triunfos a las virtudes de sus artes rastreras. Sus maniobras las preparan con delectación, saboreándose. Cuando se aprovechan de algo o de alguien lo celebran como una genialidad, y piensan de la víctima como de un tontarrón. La psicopatía de estos vividores gira alrededor de su yo hipertrofiado. Son pequeños megalómanos. 
Sé como psicóloga, que no conviene psiquiatrizar la conducta de las comunidades, pero cuando una sociedad alberga miles de violentos, de corruptos y avivatos, no queda más remedio que buscar la causa en las patologías del alma colectiva, que no derivan de la esquizofrenia, la depresión ni las crisis de la adolescencia, sino de la falta de seriedad en la política y los negocios, en la ausencia de una conciencia democrática predominante, pero especialmente en la falta de sanción social y de Justicia. 
El tratamiento de violentos y corruptos, aun a sabiendas de que tienen algo de psicópatas, no es la compasión ni la solidaridad que merecen todos los enfermos: es la persecución y la cárcel.     

EL PODER PARA SERVIR


EL PODER SE DEBE UTILIZAR PARA SERVIR
Zenair Brito Caballero 
(britozenair@gmail.com)

El poder excesivo es inconsistente en cualquier esfera de la vida, máxime si se trata del quehacer educativo, del derecho a aprender, a educarse en buena lid en momentos en que se hace énfasis en ese sentido. Quien ostenta el poder en la familia, debe demostrar autoridad, pero sin echar a un lado la sensibilidad. 
No pocos cantaletean que el poder es para usarlo. Así, unos lo utilizan para enriquecerse, otros para creerse dioses, para mancillar, para discriminar o hacerle la existencia imposible a un infeliz que solo tiene como riqueza la dignidad, el día y la noche. 
El poder se debe utilizar para servir. De este modo lo emplean los grandes hombres que dejan  huellas en la humanidad, por lo que son bien recordados y congratulados.  
Y  quienes  utilizan el poder para envilecer, provocan náuseas. ¡Qué bueno es tener el mazo contra un desvalido de la vida! Viene esto a propósito de dos niñas que conozco, a quienes sus padres les niegan el derecho a continuar sus estudios porque reprobaron dos materias en la carrera universitaria que estudian. A quien reprueba una o dos materias se le da un chance, si no supera el examen repite el curso, pero NO debe ser quitarlo de la institución donde estudia.    
En Venezuela para el 2008 unos 216,000 menores en edad escolar  no asistían a la escuela, conforme a un estudio de Foro Socio-educativo. El  último censo recoge que el 13% de la población era analfabeta, el 33% entre l5 y 29 años no había completado la educación básica y el 69%, con 20 a 29 años, no había completado el nivel medio. 
Con esas cifras, y sin esas ellas, a nadie se le debe negar el derecho a  instruirse. La mayoría de nuestros maestros y profesores son personas sensibles, que asimilan  a los alumnos como a sus hijos. 
Los alumnos siempre recuerdan a sus buenos maestros y profesores en los distintos escalones de la enseñanza. Si un alumno fallare, el maestro, profesor o quien dirige el plantel debe tratar de buscar una solución salomónica, que no perjudique al más débil.   
Llevar a un hijo hasta el último peldaño de la formación ha sido siempre un gran sacrificio para la familia que vive con el sudor de su frente, y a la vez  su gran trofeo es ver a su muchacho graduado. 
De ahí que en ningún estamento, y menos en el educativo aunque sea solo un caso de excepción, se debe usar el poder para abusar, para dañar. El mejor uso del poder es cuando se aplica de manera justa. 

jueves, 14 de febrero de 2013

“DIA DE LA AMISTAD”


“DIA DE LA AMISTAD”
Zenair Brito Caballero 
En estos tiempos cibernéticos donde prevalece lo virtual, los seres humanos necesitamos vincularnos con personas reales cercanas para mantener cuerpo y mente saludables. 
Por eso las individuos que están solos, o quienes se sienten así aunque estén rodeados de multitudes, tienen más posibilidades de sufrir depresión, ansiedad, angustia, desórdenes en su alimentación y deterioro de su memoria, su personalidad y su cerebro. Creo que los efectos físicos y sicológicos de tener buenos amigos son los mejores aliados del bienestar y la salud.
Tener la posibilidad de hablar y de compartir con otras personas facilita la vida, hace que uno se sienta mejor consigo mismo, con sus quehaceres, con su cuerpo y con el entorno que lo rodea. La soledad interior, hace que una persona se sienta triste y con más posibilidades de depresión, con mayor tendencia al abuso del alcohol, el cigarrillo y otras drogas, por la necesidad de llenar los vacíos que deja no contar con nadie con quien hablar, consultar; una oreja que te escuche y en lo posible, que te haga reír, la mejor terapia, y es gratis.
Los vínculos sociales sostienen las reservas de conocimientos de nuestro cerebro, porque los amigos nos hacen recordar, ejercitar nuestra memoria y nuestras habilidades sociales e intelectuales, que son parte de la cultura y del conocimiento que hemos adquirido en la vida, y que de lo contrario poco a poco van quedando olvidadas y marchitas en la vida del solitario.
Hay encuentros que nos nutren ¿Nunca se han preguntado por qué los seres humanos siempre se reúnen a las horas de las comidas, y sienten placer en compartirlas? Es la necesidad social de tener un tiempo para compartir, socializar, hacer comentarios, contar lo que nos ha sucedido a lo largo del día y eso divierte y hace bien.
Eso hace que lo principal no sea la comida la protagonista, porque el motivo de la reunión es el afecto, el cariño, el compartir esa parte de nuestra vida. Y eso es muy importante, porque las personas en soledad tienen más predisposición a comer desordenadamente o por el contrario, a dejar de comer sanamente para pasar a consumir chatarra.
Los amigos verdaderos son el mayor valor que puede poseer una persona y por eso hay que cuidarlos, frecuentarlos, preocuparnos por ellos y no tener dudas de plantearles nuestros problemas, porque eso es la vida, algo para compartir. La calidad y la profundidad de esos vínculos son factores cruciales para el bienestar, sabiendo además que también a ellos los favorecemos con nuestra dedicación.
Para cultivar la amistad hay que tener la capacidad de poder ponerse en el lugar del otro, ser empático como lo señaló Carl Rogers. También sucede eso en una sociedad: para que funcione y perdure en el tiempo, cada socio tiene que pensar en el beneficio del otro antes que en el suyo propio y así, esa sociedad podrá durar por siempre.
Hoy a los adolescentes y a los jóvenes les cuesta mucho compartir y hablar, por eso buscan otros estímulos como las redes sociales cibernéticas, el chateo con quienes no saben quiénes o qué son los que se comunican con ellos.
En la amistad, el cariño fluye sin buscar ninguna compensación y en esa falta de interés en recibir nada, reside su mayor valor. Es que en la vida necesitamos de los afectos profundos para vivir mejor. A los amigos a quienes no he visto en años o meses, desearles hoy buen día de la Amistad y a todos sin excepción presentes y ausentes, de corazón: FELIZ DIA DEL AMOR Y LA AMISTAD… con mayúscula.

miércoles, 13 de febrero de 2013

EL MIEDO SE ADUEÑÓ DE LOS VENEZOLANOS


EL MIEDO SE ADUEÑÓ DE LOS VENEZOLANOS
Zenair Brito Caballero 

britozenair@gmail.com

El miedo es una sensación que normalmente es personal. Cada persona  convive con sus propios miedos según su entorno y los sucesos que lo afectan. Pero cuando trasciende a otros seres, el miedo se hace colectivo y se apodera de la vida de muchos, que lo comparten como un mal común. Si se apodera de una multitud, estamos ante el miedo de masas, que se convierte en pánico y suele provocar acciones extremas por parte de algunos individuos que pierden el dominio de sí mismos.
También existe el miedo resignado que domina a una sociedad, y éste es el que hoy vive la sociedad venezolana, debido a la falta de seguridad. El miedo se ha incorporado a nuestra vida como una sombra indeseable y permanente que persigue donde quiera que estén y ocupa el pensamiento de los ciudadanos sin dejarles trabajar, divertirse o dormir tranquilos. La ciudadanía venezolana vive en un estado de inseguridad, sin saber qué hacer, si poner alarmas, si armarse, si adiestrar perros de guardia, etc.
Es una situación a la que, además, nuestra sociedad no estaba habituada hasta que llegaron los socialistas-comunistas. No hace tantos años el venezolano vivía en un ambiente de tranquilidad casi pueblerina, dejando las puertas de las casas abiertas o cerradas sin cerrojo, los autos con los vidrios abiertos y salíamos a la calle a conversar con los vecinos.
La situación no se resuelve sólo culpando a la Policía, que tampoco sabe bien qué hacer, -o qué los dejarán hacer -, porque el Poder Judicial usa los "derechos humanos" para defender a los indeseables en lugar de apoyar a las fuerzas del orden. El presidente y ahora el vicepresidente y los seguidores del PSUV culpan a los medios de comunicación, que "exageran" la crónica roja.
¿Por qué el gobierno no acepta la realidad  y asume la responsabilidad? ¿Por qué se empeñan en decir que la gran batalla es contra el Narcotráfico y las grandes mafias, contra el imperialismo? El problema de nuestra sociedad está en la delincuencia juvenil, en los adolescentes que delinquen, que han incorporado la impunidad como un derecho, y para quienes la propiedad y la vida ajena carecen de valor. Robar y matar o matar para robar, o simplemente matar porque sí a quien use otra camiseta que no sea la roja chavista, no tiene para ellos ninguna importancia, ni jurídica ni moral. Carecen de conflictos de conciencia porque carecen de valores morales para distinguir entre el bien y el mal.
Estos menores marginales, hijos de ladrones, drogados y alcohólicos, son ajenos al sistema educativo que se encuentra absorbido en sus propias  luchas gremiales.
En medio de esta situación surgen otros miedos colaterales: el miedo a defenderse de ladrones y asesinos imberbes, olvidados del derecho a la legítima defensa, mientras que el Estado no se siente capaz de defender a sus ciudadanos de esta horda de desaforados a quienes nadie les pone límites.
Y no es que no se puede, es que no se quiere. Hay que aparentar el papel de "protectores de los choros, (condenados a ser delincuentes de por vida) inocentes e irresponsables víctimas de una sociedad injusta, que por tanto debe tolerarlos sin derecho a defenderse con las mismas armas con las que son atacados y asesinados.
La inteligencia del gobierno, brillante para recaudar impuestos, devaluar el bolívar, no controlar la inflación, no ha sido capaz de instrumentar un solo sistema de rehabilitación porque eso no les interesa.
Mientras tanto la sociedad se va acostumbrando a la impunidad y al miedo, a no defenderse y a esperar que el Gobierno la cuide. Pero lo que ningún gobernante puede predecir son los límites del miedo. Algún día la población venezolana se va a aburrir de tanta mentira y de no poder convivir más con el miedo. Y ese día va a llegar, a pesar de los cálculos políticos de muchos.
El coraje perdido y la ética olvidada son las únicas armas que tiene la ciudadanía para salvarse del miedo. Son difíciles de encontrar pero el día llegará que alguien encuentre el camino de "parar la mano" y podamos salvar a esta democracia moribunda