sábado, 24 de agosto de 2013

“BORRÓN Y CUENTA NUEVA: EL RETORNO”

“BORRÓN Y CUENTA NUEVA: EL RETORNO”

Zenair Brito Caballero

Cuando esté subiendo las escaleras del éxito, no olvide que recorrerá el mismo camino de regreso: muy útil reflexión que nadie debería ignorar. No atropelle a nadie en el camino, no pierda la consideración, la humildad, el respeto.

Avance con prudencia, sin fanfarronería; no se crea superior a los demás y más bien valore y agradezca esa oportunidad, que la vida le otorga, de saborear el éxito. Apoye a otras personas que con esfuerzo y honestidad trabajan, sueñan y desean progresar, pero hágalo desinteresadamente, sin maltratar, sin intentar comprar sus conciencias, sin abusar de su necesidad. Y ojo: no se venda a ningún precio.

La arrogancia es un enemigo silencioso que cosecha resentimiento y dolor en los corazones; aprovecharse de otros, pasando por encima de su dignidad y usándolos sin respeto para lograr un objetivo personal es una equivocada actitud que siempre traerá consecuencias.
A ninguna persona le gusta ser mancillada, agraviada y maltratada, aunque muchas lo toleran por necesidad y temor; es común observar, a quienes se creen poderosos, abusar de la necesidad de los demás con fastidiosa arrogancia, presionándolos a cometer actos impropios que rayan en el delito y, nunca faltan quienes agachan la cerviz y se venden “por treinta monedas de plata”, como le ocurrió a Judas. 
Es necesario tener siempre presente que el verdadero trono es de Dios. Reflexione acerca de la importancia de mantener una sana independencia con respecto a los demás, en asuntos de principios y dignidad, cuidándose de no caer en una trampa por estar atravesando momentos de necesidad.


Muchas personas han quedado aprisionadas en las garras de pseudolíderes que hábilmente los involucran y luego con la misma pericia los abandonan a su suerte: para usarlos son encantadores y para voltearles la espalda son insensibles y fríos. Cuantos creen que mal apadrinados están subiendo a la cumbre más rápido, enceguecidos de manera necia e irresponsable: las mayoría, en un abrir y cerrar de ojos, caen y quienes fueron sus padrinos, ahora son sus enemigos: por eso, si aspira subir y llegar garantizando además un regreso amoroso, evalué muy bien con quien se mete y que entrega en el viaje: hay cosas que no tienen precio. Piénselo y reflexione antes de caer en la perdición de venderse por dinero o por alguna dádiva politiquera. 

LA DELINCUENCIA PERVERTIDA

LA DELINCUENCIA PERVERTIDA

Zenair Brito Caballero

La situación tocó fondo. La delincuencia depravada que azota a Venezuela y a Maracay parece no tener fin, tanto que hasta los mismos agentes de la Policía Nacional han sido víctimas de ella en función de su labor.


En varios artículos de opinión que escribí en su momento, cuando el Gobierno Nacional presentó hace varios meses atrás un plan de seguridad para las ciudades, en el marco del Programa Patria Segura, donde la Guardia Nacional se ocuparía de vigilar barrios y urbanizaciones de todas las ciudades venezolanas, fui una de las primeras en aplaudir esta iniciativa que según los anuncios sería extendida a los otros estados del país.

Sin embargo, ya han pasado  no sé ni cuantos meses del Programa Patria Segura y no se ha conocido la expansión de este programa a todos los sectores de la ciudad de Maracay donde resido, porque no los he visto.

La realidad muestra un panorama más preocupante, pues los asesinatos, atracos, hurtos y vandalismo parecen aumentar. Los maracayeros se sienten cada vez más inseguros. La tradición de dialogar por las tardes con los vecinos se ha ido perdiendo, pues si lo hacen, son presas fáciles para los delincuentes motorizados, que atracan bien sea a plena luz o a cualquier hora de la noche, incluso en fiestas y parrandas.

Para las bandas delincuenciales no existen horarios, ni fecha en el calendario, y así mismo debería ser la labor de las autoridades –Policía y Guardia Nacional en especial-, que deben estar prestos a cualquier hora a atender los llamados de la ciudadanía.

Ante esta situación y luego de haberlo resaltado en varios artículos de opinión, le pregunto al comandante de la Policía de Maracay: ¿Por qué los funcionarios policiales no funcionan? ¿Por qué no contestan a los llamados que hace la ciudadanía al a los números celulares que difundieron ampliamente para que los ciudadanos se comunicaran ante cualquier hecho delictivo?

¿Por qué no se observan a sus agentes patrullando los barrios y centros comerciales, que es donde ocurren la mayoría de los hurtos y atracos? ¿Cómo va el Plan Integral de Seguridad para el ciudadano venezolano? ¿Sigue vigente el puesto de control en el Terminal de Pasajeros, para tener presencia permanente de la Policía?

Programas, anuncios y promesas de más seguridad se han escuchado cada vez que sucede algo extraordinario. Sin embargo, se quedan en la misma retórica de siempre. Ya es hora de actuar con mayor contundencia para que los  venezolanos y maracayeros se sientan seguros en su entorno.  




miércoles, 21 de agosto de 2013

“VIRTUOSOS O MANILARGOS”



“VIRTUOSOS O MANILARGOS”

Zenair Brito Caballero

Perseguir la corrupción, ha sido una tarea que le ha faltado al gobierno venezolano, y hoy Maduro Moros para legitimarse y como una mentira mas, hace creer al pueblo, que lo ha emprendido con nuevos ánimos. Debe quedar en el archivo del olvido la indolente promesa de capturar "peces gordos" y, que sólo fue una buena broma del funcionario que tenía la obligación de combatir este flagelo nacional.

La sustracción de dinero de los erarios estatales o municipales no es ni ha sido privativa o exclusiva de un gobernador, de un alcalde o de un secretario de despacho. Tampoco las acciones de nepotismo, colocando a todos sus familiares en cargos públicos o el uso indebido del cargo oficial, como utilizar helicópteros oficiales con fines románticos o la aparición súbita de decenas de propiedades.

Ahora lo importante es conocer la suerte que tendrán los implicados por los más recientes señalamientos en el famoso video de Mario Silva o los señalamientos del ex Magistrado Aponte Aponte, que puede considerarse como una advertencia para quienes tienen responsabilidades importantes, en especial para quienes ocupan la oficinas principales de los Palacios de Gobierno.

A últimas fechas se han difundido casos de desvíos de fondos públicos o de incrementos escandalosos de la deuda pública sin a que a la fecha se revelen los destinos de esos recursos de la nación.

En la era actual, se llevan a cabo investigaciones de carácter judicial, orientadas hacia ex gobernadores y ex alcaldes opositores al socialismo-comunismo, en atención a una instrucción específica de cerrar las puertas a la corrupción y a la impunidad, venga de donde viniere y sea del partido que fuere.

Todos tienen derecho a ser presumidos de inocentes, hasta en tanto un juez decida si son culpables o no, sobre su hipotética responsabilidad de haber cometido algún ilícito.

No es, ni será, la primera ocasión que se dan a conocer presuntos desfalcos de ciertos gobernantes. A últimas fechas los apellidos de renombre se repiten en todos los tonos y en todos los foros. La lista es larga. No son todos los que son, ni son todos los que están. Algunos inculpados pertenecen al pasado no tan lejano o reciente; también los hay del presente, son de varios colores partidistas; unos tienen señalamientos de "enriquecimiento inexplicable", otros de presunto peculado, también de uso indebido del cargo público o de abuso de autoridad y los que resulten...

Todos o la mayoría ya han sido condenados por ese juez implacable representado por la vox populi, que observa y comenta los ejemplos escandalosos como una muestra palpable de impunidad y de inmunidad, que protegen a quienes han llegado a ocupar cargos públicos relevantes. De norte a sur, las historias de estos usos y abusos de casos indebidos están latentes y han llegado a ocupar los principales espacios noticiosos.

Los que han sido señalados como posibles responsables de desvíos del patrimonio nacional, les han sido difundidas sus ostentosas propiedades no solo en territorio nacional, sino también en el extranjero, Quienes conocen el sistema jurídico venezolano intuyen que los resultados finales de los procesos pueden ser inciertos. Un pequeño error en la elaboración de la averiguación, puede salvar su
destino.

Las autoridades judiciales han actuado con mucha diligencia para deslindar responsabilidades y al final resolver conforme a derecho. Hasta donde se tiene conocimiento, no existe indicio que haga presumir que las autoridades hayan iniciado investigaciones por consigna o que parezca "cacería de brujas", en contra de cierto ex gobernador o ex alcalde.

Lo que esperamos todos los venezolanos de esta administración socialista-comunista, es que actúe con mucho rigor en contra de los que se han enriquecido a costillas de todos nosotros, bien y rápido, para acabar con tanta impunidad y el saqueo a las arcas nacionales.

De ahí que los partidos políticos tienen la palabra para impulsar en la Asamblea Nacional, a través de sus legisladores o diputados, todo lo necesario para reformar lo que tenga que reformarse, con el fin de que se castigue a quien tenga que castigarse.

¿Cómo se podrá prever que los altos funcionarios no cometan esta clase de ilícitos? ¿La Secretaría de la Función Pública o en el futuro la Comisión Nacional Anticorrupción, tendrá facultades punitivas? ¿Esta instancia se coordinará con la Auditoría Superior de la Federación? ¿O duplicarán sus actividades? 

¿La Comisión Nacional Anticorrupción, tendrá mecanismos para inhibir la corrupción? Esperemos a ver qué ocurre, o es una mentira más de este gobierno farsante.  

¿QUIÉNES SON LOS FARISEOS Y MEDIOCRES DE NUESTRA SOCIEDAD?

¿QUIÉNES SON LOS FARISEOS  Y MEDIOCRES DE NUESTRA SOCIEDAD?

Zenair Brito Caballero

Son aquellos (as) que dan la apariencia de ser encantadores; todo lo fundan en la aceptación social o política. Hacen creer que están inundados de conocimientos y expresan sus opiniones, más bien sus prejuicios o caprichos, con un notorio desparpajo, con una soltura tal que por sí misma les conferiría la condición de hombres de mundo.

Engañan a los incautos. Se muestran como personas serviciales o solícitas, cuando no hacen sino obedecer a cálculos mezquinos, algo que luego cobran con el carácter de una recompensa. Arrastran un egoísmo insalvable. El interés es su motivación primordial. Nunca conceden nada a cambio de nada. En su interior se saben poca cosa, pero eso lo compensan con maneras cortesanas y un andar insolente que les granjea, en ocasiones, aplausos de compromiso. Y eso los envanece.

Hablan en los pasillos, despotrican a espaldas de los incriminados, se hacen los valientes detrás del burladero de la cobardía y llevan y traen cuentos en tono de murmuración. No soportan la existencia de alguien que sea independiente u honrado, porque ellos necesitan prosperar a la sombra de alguien, con la aquiescencia de alguien. En esto son expertos. Halagan, intrigan y dejan caer ante el interlocutor de turno unas falsas migajas de preocupación sobre temas éticos.

Por supuesto, confunden ética con moral. Como no tienen un sentido de lo universal, lo pequeño les merece una atención neurótica, obsesiva. El chisme y la burla les interesan como una forma de dañar un prestigio, no como una opción de ridiculizar la solemnidad.
Tienen tan poco sedimento cultural que cualquier tontería les parece una muestra encomiable de ingenio. Confunden la sabiduría con el ardid, se ufanan de sus pequeños éxitos materiales y suponen que el espíritu se reduce a la exhibición impúdica, con ojos entrecerrados, de una fe dominguera y sospechosa.
La noción de Dios, por supuesto, se les prefigura como un patético cuadro de viernes Santo, con truenos, lluvia torrencial y nubes arreboladas. Quien más les recuerda su propia idiosincrasia es Poncio Pilatos. Lavarse las manos es, para ellos, una forma de genialidad o de viveza. Nunca aparecen, nada hacen con el pecho por delante, jamás se exponen a una cornada.

La oscuridad es su reino, donde más cómodos se sienten. Allí urden y alimentan envidias, recelos y aversiones, los cuales expresan con la advertencia de que eso no es de su coleto sino que proviene de la maledicencia ajena, siempre tan ruin y desvergonzada, según piensan para sí.

Después que se cruzan con un hombre de bien, en su intimidad hacen una mueca de perplejidad y descreimiento. Les parece irreal. No conciben que haya alguien distinto a ellos, que repose en sus antípodas, sin hacerle venias a la liviandad o al oportunismo. Son, en el lenguaje común, unos paquetes que se autocomplacen.

Sin jamás haber dictado una clase en una universidad de prestigio o una conferencia, ni nunca haber escrito una página siquiera aceptable en un periódico de los más leídos, fungen con vana prepotencia de poseer una inteligencia noble y cultivada.

Mostrarse como son les significaría el descrédito o la muerte pública. Los libros les son ajenos. La literatura o el arte les son indiferentes, tal vez fastidiosos o innecesarios. Creen que la vida es el cuerpo, la ropa, los zapatos y un andar vanidoso por los pasadizos de un club.

Lo subjetivo nada les dice, y lo objetivo lo conminan a las apariencias, donde el ser humano se siente igual a los demás, es decir, donde es más fácilmente aceptado por los demás. Los errores humanos, los de los otros, los califican en blanco y negro. Excepto los suyos, los yerros merecen el infierno.

Nunca ven colores, jamás miran la contrafaz de las cosas, porque su talante tiende a excluir por conveniencia y a complacer por abyección. El amor no les atrae sino como un detalle instrumental, objeto de vanagloria. La simplicidad de sus almas se regodea en la televisión, en el cine barato o en las telenovelas de truculento acontecer. Pero lo que más los distingue es la superficialidad.

No les interesa la ciencia, que poco entienden, pero hacen de sus vidas una especie de ciencia-ficción, la cual adoban con un vano apego al dudoso brillo de los desechos tecnológicos. Aprovechan, claro, cuanta oportunidad aparezca de hacerse invitar, sea viajes o fiestas. En aquéllos no ven más allá de lo que permite la ventanilla de un avión, el concreto de unos edificios o el ambiente selvático y lujurioso de ciertos parques; de éstas sólo les interesa la posibilidad de lucirse con trivialidades o de adquirir nuevas víctimas para sus indeclinables y prosaicas apetencias. Son, en resumidas cuentas, pequeños hombres y mujeres de medianos triunfos, endebles notoriedades, infatuados fariseos, mediocridades irremediables…  

britozenair@gmail.com


“LEGALIZANDO LA TRANSGRESIÓN”

“LEGALIZANDO LA TRANSGRESIÓN”
Zenair Brito Caballero
Algunos mandatarios de América Latina parece que han ignorado la crisis que vive Venezuela, aunque conocen los antecedentes retorcidos del chavismo para imponer un gobierno totalitario encubierto, en una mal llamada pseudo-democracia de un vociferado socialismo del siglo XXI.
Cómplices, encubridores y compinches, son todos aquellos que sabiéndolo o sospechando, se quedan calladitos, muditos, reservaditos o aceptan la perversidad como si fuera normal para no meterse en problemas o para sacar provecho. Los hay por acción u omisión, pero ambas maneras son condenables, vergonzosas y reprochables.
Cómplice es Enrique Peña Nieto, actual presidente de México, quien se negó a recibir a Henrique Capriles, reconoció a Nicolás Maduro, pero, sin embargo, dijo que “no podemos ser parte de un conflicto interno” en Venezuela. Si fuese cierto su enunciado, recibiría al opositor para mantenerse imparcial. ¿No lo cree usted?
Cómplice también es Juan Manuel Santos, Presidente de Colombia quien, además, añade la ambigüedad y la imprecisión. Primero se sentó a platicar con Capriles y después con Maduro con quien derrochó elogios y adulación, casi al punto del servilismo, poniendo a Hugo Chávez como un “líder” para el bien y no para el mal, como realmente lo fue.
Cómplice es Dilma Rousseff Presidenta de Brasil, quien recibió a Maduro con banda de guerra y otros honores que merecen jefes de Estado elegidos legalmente, dándole una bofetada a la mayoría del pueblo venezolano que no quiere más chavismo socialista-comunista en nuestro país.
Cómplice es Ollanta Humala, Presidente del Perú, quien sacó un pretexto de tener un compromiso lejos de Lima, para evadir la reunión con Capriles… Y la lista sigue……….
No debemos ignorar u olvidar el fraude electoral del CNE que puso ilegalmente en el poder a Maduro el 14 de abril pasado.
No se puede borrar de la memoria, que su gobierno mantiene contacto clandestino con las FARC y sigue permitiendo que los guerrilleros se escondan en su territorio. Tampoco pasemos por alto que funcionarios chavistas permiten el narcotráfico por Venezuela.
No excusemos las instrucciones que dan los hermanos Castro desde Cuba y cómo cientos de socialistas-comunistas hacen parte del ejército y la red de salud en Venezuela. El chavismo le da empleo a extranjeros que son espías consentidos por el régimen, como lo hacen en la isla las milicias que vigilan los barrios, buscando inconformes de la revolución para delatarlos.
Ser compinches de una copia del chocarrero y payaso de América, como lo era Chávez, es un error histórico. ¿Lo hacen por petróleo? ¿Lo respaldan porque están de acuerdo con la represión al pueblo, la coartación de la libertad de prensa, la expropiación de bienes, empresas e industrias? ¿Toleran esos mandatarios latinoamericanos que una minoría gobernante se enriquezca y narcotrafique en aras de la revolución bolivariana?
Se entiende, pero no se acepta, que otros gobiernos, algunos de ellos igualmente con sospecha de imponerse de manera ilegal como el de Daniel Ortega en Nicaragua, glorifiquen el chavismo. Incluso se entiende que Rafael Correa de Ecuador, quien realmente tiene respaldo popular, avale las porquerías de Maduro y su pandilla roja-rojita. Pero, no se concibe por qué lo apoyan los gobiernos que la democracia real eligió. Revolcándose en la tumba debe estar Simón Bolívar, al saber que su ideal fue despojado por una manada de coyotes hambrientos de poder y dinero.   

domingo, 18 de agosto de 2013

¿QUÉ SOCIALISMO ES EL QUE EN NOMBRE DE LOS POBRES UTILIZA AL ESTADO PARA ENRIQUECERSE?

¿QUÉ SOCIALISMO ES EL QUE EN NOMBRE DE LOS POBRES UTILIZA AL ESTADO PARA ENRIQUECERSE?
Zenair Brito Caballero
Hay que reconocer que del crecimiento y el éxito electoral de este neofascismo, al que han dado en llamar pomposamente socialismo del siglo XXI, tienen una gran parte de culpa las clases políticas venezolanas, que no han querido ni sabido resolver los enormes diferencias sociales que padece la nación.
Lo primero que hay que entender es que el de Chávez y el de Maduro no son gobiernos liberales, sino profundamente conservadores y antidemocráticos que, al tener la oportunidad, devinieron en auténticos autoritarismos unipersonales, en los que la única ley que rige es aquella que “quien no está conmigo está contra mí”. Cualquier crítica, cualquier disidencia cualquier desacuerdo convierte a las personas en enemigos a aniquilar.
No hace falta sino repasar las características comunes de esos gobiernos socialistas-comunistas desde hace 15 años en Venezuela. Comencemos por lo político: quizás uno con más éxito que otro, prácticamente han pretendido cambiar las legislaciones vigentes para concentrar el poder en el ejecutivo y anular la influencia de los otros poderes del Estado.
Han intentado y han conseguido modificar las reglas de juego electorales para poder eternizarse en el poder. Ambos pusieron en marcha operativos para controlar y acallar a los medios de comunicación, ayer fue RCTV y 34 emisoras radiales, hoy Globovisión y otros canales televisivos que parecieran ni-ni, pero están más rojos que azules o blancos.
En lo económico, dicen haber emprendido campañas de control del sector productivo y de estatización indiscriminada. Pero Venezuela, tiene el nivel más alto de inflación muy superior al promedio  de las demás regiones. Prácticamente nuestro país, tiene un nivel de crecimiento inferior al promedio regional.
En lo social, que se supone que es su objetivo central, en 15 años los niveles de pobreza se han incrementado mientras los índices de empleo han disminuido estrepitosamente. Los gobiernos de Chávez y de Maduro sin excepción, han experimentado un incremento de los sumarios de inseguridad y un aumento indicador de la delincuencia.
Me objetarán algunos lectores gobierneros, que ellos han incrementado significativamente el gasto social con la creación de las llamadas misiones y eso es muy cierto; pero el gasto social no es ni mucho menos equivalente a inversión social. “Regalar” plata a los pobres para ganarse su “adhesión política incondicional”, no es lo mismo que invertir en desarrollo social. Subvencionar la haraganería y la ociosidad no es lo mismo que crear puestos de trabajo y promover, a través de crédito barato, las microempresas.
En realidad lo que ha aumentado es el clientelismo, la genuflexión, con subvenciones y dádivas manejadas como arma política. De lo contrario, un incremento del dinero destinado a mejorar los problemas sociales habría generado menor pobreza, más empleo y menos delincuencia. Pero, evidentemente lo que ha ocurrido es todo lo contrario.
El caso que nos queda más de cerca como ejemplo de esto es Argentina: ¿Podía imaginar alguien que el país agropecuario por excelencia, el “granero del mundo”, tenga escasez de leche, de carne y de trigo o que, tras nacionalizar el petróleo, haya dejado de autoabastecerse y necesite importar crudo?
Pero quizás lo más grave del mal llamado socialismo-comunismo, es que potencian hasta el paroxismo, el ataque, la crispación social, volviendo imposible la convivencia. Todo ello en nombre de una  fulana ideología socialista-comunista inexistente, porque ¿qué ideología pueden tener unas personas que, en nombre de los pobres, utilizan al Estado para enriquecerse, diciendo que ser rico es malo y ser pobre es bueno?