EL
GOBIERNO SIGUE INCREMENTADO LA VIOLENCIA EN VENEZUELA
Zenair
Brito Caballero
(britozenairgmail.com)
Venezuela
tiene desde hace más de 13 años un problema social de violencia extrema. Las ferocidades
que se han venido sembrando para garantizar intereses y expandir la dominación
de los poderosos militares revolucionarios, la continua intimidación con la
compra de armas de destrucción masiva, la imposición a los empleados públicos y
a los serviles al régimen de movilizaciones a las caravanas electorales del
candidato-presidente, han generado una espiral de crimen y fanatismos
socialistas-comunistas que sólo pueden
frenarse trabajando por el bien de los pobladores, sin exclusiones,
siendo más justos, tolerantes, comprando menos armas y creando más escuelas,
liceos y universidades de calidad y excelencia.
Hemos de
marcar, pues, otro orden de prioridades más sensibles con la vida de las
personas. No es suficiente escuchar al candidato-presidente hablar de paz, máxime cuando siembra terror y cultiva la intransigencia o adoctrina
socialmente con el fuego del odio y la venganza. Es un lobo disfrazado de
oveja.
Por
desgracia, hemos convertido esta siembra violenta que, nos circunda por todos
los pueblos y ciudades venezolanas, en algo normal y no lo es, porque al final
ese espíritu violento nos acaba degradando a todos. Por ello, uno puede
expresar un descontento, pero con la condición de manifestarlo pacíficamente.
No son de recibo la destrucción de bienes, con el despilfarro de dinero que
esto supone, y mucho menos la lesión de personas inocentes, que pueden toparse hasta
con la muerte.
Desde
luego, debemos desterrar cuanto antes las actuaciones y mensajes violentos de
los jerarcas gubernamentales y sus acólitos, a través de la conciencia pública
y la educación. Una cultura de paz no se aviva manifestándose a pedradas,
matando a personas porque no comulgan con su ideología como el asesinato a 3
jóvenes de primero justicia que manifestaban su alegría en una caravana,
utilizando la sinrazón y violentando normas democráticas, promoviendo la
traición y desplegando el rencor.
Sin duda,
no podemos cerrar los ojos ante este tipo de hechos antisociales, que lo que
buscan es dividir y generar miedo e incertidumbre para amedrentar a la gente
para que no vaya a votar el 7 de octubre.
A diario
se producen multitud de comportamientos antisociables que habría que detener.
Los conflictos se intensifican y generan exclusión social para crear miedo,
desconfianza y desasosiego. Las organizaciones del gobierno
socialista-comunista que siembran el
terror, que avivan la violencia de
género y la violencia sexual, en los últimos tiempos también emergen con fuerza
y adquieren un poder depredador.
Por
consiguiente, pienso que todos tenemos el derecho a vivir una vida libre del
drama de la violencia. El buen juicio para nada necesita de hechos fanáticos.
Es hora de oponerse con rotundidad a todo tipo de salvajismo.
A mi
juicio, urge que las personas manifiesten el más radical rechazo de la
violencia, de toda violencia, y que el próximo gobierno del progreso ejerza la
responsabilidad colectiva de proteger a los ciudadanos venezolanos que son
víctimas de hechos verdaderamente crueles.
Indudablemente,
ante estos sucesos inhumanos no se puede mirar hacia otro lado. Hay que mirar
al futuro con un nuevo gobierno progresista. Hay un solo camino votar
masivamente el 7 de octubre por HENRIQUE CAPRILES RADONSKI