"LA TIRANÍA TOTALITARIA SE EDIFICA SOBRE LAS FALLAS DE LOS DEMÓCRATAS"
Zenair Brito Caballero
(britozenair@gmail.com)
Un proverbio anónimo dice que la política es el arte de obtener el dinero de los ricos y el voto de los pobres con el pretexto de proteger a los unos de los otros. En Venezuela llamamos democracia a una votación, a unas elecciones, en la que su principal irregularidad es exactamente esta: obtener el dinero de los ricos con el pretexto de favorecer a los más pobres.
No obstante, lo que resulta es la elección de los peores hombres o pseudo-líderes. Una tradición sofocante que condena a los niños y a las embarazadas a la muerte, a las niñas y adolescentes a la prostitución y a nuestros jóvenes a la violencia, en nombre de un dios y de una democracia, que pareciera que nunca va a ser misericordioso con nosotros.
Venezuela, en un artículo que leí por Internet tiene unas estadísticas asfixiantes: miles de personas bajo la línea de pobreza (69.46% de su población casi 28 millones de habitantes); miles de personas sin cobertura en salud (41.9% de sus habitantes sin acceso a clínicas, hospitales y medicamentos) ¿y Barrio Adentro dónde está?; unos miles de venezolanos (as) que no saben leer ni escribir ¿y la misión Robinsón dónde está?, o sea, un 15.36% de analfabetismo y se ufanan que Venezuela está libre de analfabetismo ¡MENTIRA; y un 16% de su población que ha sufrido un desalojo forzado, lo que constituye unas centenares de personas que han perdido sus tierras y enseres a causa de la violencia y la expropiación.
Las estadísticas son de Acción Social. En un país así las elecciones no pueden llamarse democráticas porque la democracia nace de la educación para tener capacidad de elección y de no tener hambre que nos compren con dádivas y bolsas de Mercal para elegir a los mejores. Y cuyos electores tienen derecho de morirse en la cama de una enfermedad común y no degollados por motosierras, acribillados por balas o de ausencia de justicia, que lo mismo mata.
Cuando un pueblo, como el venezolano, gira en torno a la pobreza absoluta, al desempleo y al abandono, el acto de sobrevivir a cada minuto de la existencia le quita el tiempo para la educación, la cultura y hasta para pensar. Los venezolanos ni siquiera hemos tenido la oportunidad de elegir nuestros sueños o nuestras pesadillas, ya que éstos nacen con nosotros debajo de la estera.
Democracia no es tener una Alcaldía, una Asamblea Nacional, un Tribunal de Justicia, una Contraloría, un Poder Ciudadano y un Presidente supuestamente elegido por el pueblo. Hemos elegido a los políticos para que nos roben el desarrollo.
Hemos reclamado el desarrollo y lo que hemos encontrado es la muerte, la cárcel, el hambre y la corrupción. Democracia es poder elegir libremente a los mejores, pero también poder ser elegidos si somos los mejores. Democracia es nacer dignamente en una cuna de un hospital, pero también es dejar que nos muramos de viejo en nuestra propia cama.
Da la impresión que el proceso electoral venezolano del próximo mes de Diciembre va mas dirigido a mantener una élite en el poder para salvaguardar los intereses económicos de los grandes que se denominan socialistas-comunistas.
Se blande, como una espada, cuando conviene que la gente vote por estos desfachatados, pero se olvida cuando hay que devolverle al pueblo la salud, la educación y los servicios públicos que prestan las empresas privadas. Lo dijo el presidente Kennedy: "Si una sociedad libre no puede ayudar a sus muchos pobres, tampoco podrá salvar a sus pocos ricos".
Y Albert Camus, escritor y filósofo franco-argelino (1913-1960), Nóbel de literatura en 1957, alguna vez escribió o dijo que "la tiranía totalitaria no se edifica sobre las virtudes de los totalitarios sino sobre las fallas de los demócratas". Todo lleva su tiempo, ellos necesitan el suyo con cada elección; nosotros, el nuestro para intentar corregir los errores que repetimos en cada elección.