miércoles, 11 de septiembre de 2013

“DEBEMOS BUSCAR LA FORMA DE SER FELICES”

“DEBEMOS BUSCAR LA FORMA DE SER FELICES”

Zenair Brito Caballero
Hoy en este artículo, voy a dejar por un rato mi escritura sobre la política venezolana y escoger mi condición de Dra. En Psicología y en Ciencias de la Educación, para escribir lo importante que es para los seres humanos buscar y procurar encontrar la felicidad. Tal como los viajeros nómadas llevan una pesada alforja en la espalda, cada ser humano lleva una carga en el alma, donde se esconden nuestros sufrimientos y alegrías, esperanzas y desventuras, odios, rencores y amores, fantasías que a veces se convierten en la guía de nuestras vidas. 
En ocasiones, también nos cargamos con las angustias de nuestros familiares, de los  hijos, de los amigos, en un intento por ayudar a superar sus problemas y dolores a quienes están cerca de nosotros. Y quizás por yo una especialista en el área psicológica, vienen a mi montones de personas en busca de orientación y consuelo.
Pero a pesar que es tan hermoso pensar que podemos ayudar a alguien a librarse de su carga psicológica, debemos ser recatados y aprender a colmar la mente de aspectos positivos y a tratar de olvidar todo aquello que no podemos resolver, pero que produce más pesada la bolsa que llevamos.
La valentía, la intrepidez y la fortaleza de la voluntad, nos permite vencer el miedo y no quedarnos paralizados ante las dificultades, así como responder con firmeza a las exigencias de nuestra vida. También supone defender nuestras convicciones y valores, aunque eso en muchos casos provoque críticas e intolerancia.
La Integridad personal se compone de rectitud, moral, honradez, sinceridad y la capacidad de saber defender las propias creencias y los valores. La persona con estas cualidades asume sus errores y los reconoce, y tampoco tiene ningún problema de señalar los errores de los demás. Muestra sus intenciones, ideas y sentimientos, aunque haya quien no las comparta y cumple sus compromisos y sus promesas en el entorno personal, social y laboral.
La vitalidad de nada sirve si nuestra mente se obnubila de tristezas, sufrimientos y errores propios o ajenos. La fortaleza vital implica que la persona pone pasión en las tareas que ejecuta y muestra entusiasmo por el hecho mismo de vivir. Lo contrario es la apatía, el desinterés, la falta de energía y por último, la tristeza, la melancolía o depresión.
Pero si a esa carga que llevamos en el alma, la llenamos de frustraciones, miedos, desesperanzas y proyectos no logrados, y además le sumamos las miserias y sufrimientos de quienes nos rodean, nos dificultan el camino y no nos permiten disfrutar la vida.
Es como si fuera un saco de piedras que llevamos en la espalda y no nos dejan caminar con libertad. Es necesario, entonces, elegir entre las piedras preciosas y las que no tienen valor, las cosas importantes y las que no lo son, los problemas de seres más cercanos y de aquellos que no nos incumben.
Entonces hay que descargar ese "morral", y para eso hay que hacer un alto en el camino de nuestra vida y observar qué es lo que más nos hace sufrir o qué nos lleva a la alegría y a la felicidad.
De este modo podemos decidir ¿qué es lo que podemos tratar de tirar y qué debemos conservar para aligerar la carga?. Una vez que sea más ligera, nos permitirá comenzar nuevas experiencias y explorar nuevos caminos adonde pueda llevarnos la vida y buscar la forma de ser felices.
Porque ésta es nuestra obligación para con nosotros mismos y quienes nos rodean. Si somos felices podremos trasmitir esa felicidad, esa alegría a quienes nos acompañan en el camino de la vida y así nos veremos rodeados de quienes realmente nos quieren y su felicidad también será la nuestra.

Así, si podemos conservar lo que es realmente importante y tirar todo lo superfluo, y además de aceptar que quienes están junto a nosotros nos ayuden a llevar la carga, podremos conservar los pensamientos positivos y los buenos recuerdos, que pueden ser las alas que faciliten, -a pesar de las dificultades y los sufrimientos-, poder llevar una buena calidad de vida.  

¿CÓMO MEJORAR LA EDUCACIÓN PÚBLICA?

¿CÓMO MEJORAR LA EDUCACIÓN PÚBLICA?

 Zenair Brito Caballero

Dado que en este gobierno socialista-comunista venezolano se nombra tanto la palabra “Educación”, no me parece ocioso volver a retomar algunas cosas referentes a dicho tema. Y por ello, es bueno traer a colación en este artículo de opinión los planteos exigentes, que salen del círculo de docentes universitarios de extraordinaria excelencia, ¿Cómo mejorar la educación pública?, que nos trae el historiador y educador escocés Niall Ferguson.
En su último y excelente libro que acabo de terminar de leer (“La gran degeneración. Cómo decaen las instituciones y mueren las economías”), Debate, junio de 2013), el autor citado Niall Ferguson se replantea la necesidad de reformar  la política educativa del Reino Unido para mejorar decididamente la calidad de la enseñanza.
En ese sentido,  el eminente educador y erudito Ferguson adopta una postura más radical y exigente. Sostiene que es necesario “incrementar de manera significativa el número de instituciones educativas privadas” y, paralelamente establecer un programa de becas para asistir a los niños de familias de menores recursos.
Este destacado académico e ilustre educador escocés reconoce, que la educación estatal cumplió un importante papel en la alfabetización masiva, pero advierte que no es idónea para enfrentar el problema de la calidad. ¿Por qué? Se pregunta Porque “la calidad disminuye debido a la falta de competencia y al encubierto poder de los intereses creados de los ‘productores’ (léase profesores, maestros y educadores en general).
Hay que vencer los “prejuicios y las preocupaciones ideológicas” –argumenta- porque “las instituciones educativas privadas desempeñan un papel crucial a la hora de establecer y elevar los estándares educativos en todo el mundo”.
No se trata de eliminar a las escuelas públicas sino apostar por la biodiversidad, porque la “mezcla de instituciones públicas y privadas con una competencia significativa favorece “la excelencia” que en Venezuela brilla por su ausencia”.
Ferguson nos sugiere en su libro, un sistema educativo que favorezca un mayor control de la sociedad civil en la enseñanza, que existan escuelas independientes, autónomas, con subvención privada y libre para elegir alumnos y programas de estudio.
Si bien el educador e historiador piensa sobre la realidad de su país, sus reflexiones bien podrían ser un interesante punto de partida para atacar los graves problemas que enfrenta Venezuela en el campo de la educación en estos momentos. 
Las experiencias de los colegios y liceos de Fe y Alegría, muestran que con una mayor intervención de la sociedad civil, es posible atacar el ausentismo escolar, aumentar el conocimiento de los alumnos y el compromiso de las familias.
Las huelgas de los maestros y de los profesores de los liceos venezolanos son para honrar su escuálido salario, que no les alcanza ya ni para sobrevivir y es apenas la punta del iceberg con el que choca la calidad educativa. Es un asunto mucho más profundo que las movilizaciones docentes por mejoras salariales. En todo caso las protestas de maestros y profesores de escuelas primarias, de liceos y de universidades, son un síntoma de la enfermedad que ataca a la educación venezolana y por eso un aumento real del presupuesto educativo no resolvería todos los problemas de fondo que son muchos.
La educación pública en Venezuela enfrenta una crisis de tal magnitud que está poniendo en riesgo el crecimiento económico del país de los próximos 20 años. El problema de fondo que enfrentamos hoy es la política educativa socialista-comunista a la cubana, que le dio al Estado un sistema educativo paralelo al formal llamado misiones,  que cuasi monopoliza en la ejecución de un sistema escolar gratuito, obligatorio y laico, además de mucha cantidad de participantes, pero de mediocre calidad educativa. La reforma de la IV República fue  muy exitosa en universalizar la educación no terciaria. ¿Pero es adecuada esa política exitosa de finales del siglo XIX y del siglo XX para enfrentar los retos del presente?
Un país como Venezuela, sin un capital humano de calidad no puede proyectar un futuro venturoso para sus ciudadanos y no solo pensando en la economía. Está comprobado que ello tiene también un impacto en los atributos democráticos del  país.
La revolución educativa del siglo XXI debe perseguir el norte de la calidad y la excelencia con un doble propósito: enseñar los contenidos adecuados para los desafíos del futuro sin ideologización ni adoctrinamiento politiquero, y retener a los miles de jóvenes que abandonan un sistema de educación anticuado y poco útil para las exigencias del mundo actual.
Por todo ello, debo coincidir con este gran historiador contemporáneo cuando dice que “la revolución educativa del siglo XXI será que la educación de calidad esté al alcance de una creciente proporción de niños, adolescentes y jóvenes”. Y para lograrlo es clave la presencia y el compromiso de la sociedad civil. No podemos lavarnos las manos diciendo que es solo un problema de los gobernantes. Ellos deben asumir la mayor cuota, pero es nuestro problema y el de todos los venezolanos, porque allí se juega nuestro futuro y de las nuevas generaciones.

“APRENDE A DECIR QUE NO”

“APRENDE A DECIR QUE NO” 

Zenair Brito caballero

¿Por qué nos cuesta tanto decir NO a las peticiones que nos hacen los demás cuando éstas no son buenas o convenientes para muchas personas? Muchos de nosotros fuimos educados para complacer a los demás aun cuando en algunos casos esto signifique renunciar a nuestros sueños o intereses personales.

Eres de las personas que con frecuencia se escucha respondiendo: ¡Claro nos encontramos donde tú quieras!, ¡Vamos a ver la película que te guste!, ¡Está bien, yo te recojo a las 4:00 en punto!... todo esto muchas veces sin tener ganas o teniendo otros compromisos que tendrás que cancelar para poder complacer a estas personas.

¿Dices cosas que no sientes para quedar bien? O ¿te dejas convencer con facilidad para hacer algo que no te provoca? Si la respuesta es sí, hagamos una reflexión importante juntos porque tal vez, tienes problemas para decir que NO, sin sentirte culpable.

Algunas de las razones por las cuales te es tan difícil decir que NO son: Porque tienes miedo de perder el cariño de algunas personas, entonces te dedicas a complacerlas para que te quieran. Porque te enseñaron a complacer a los demás, porque quieres ser aceptado y entonces vives en función de otros ignorando muchas veces tus verdaderos deseos.

También porque no has practicado suficiente el arte de decir que no, ya que cada vez que vas a hacerlo le miras la cara a la otra persona y te arrepientes antes de decirlo. Cuando en lugar de decir que NO dices que sí... generalmente más tarde te sientes arrepentido y molesto con la persona o contigo mismo por ceder una vez más a pesar que tu decisión era decir que no.

Además, es una falta de respeto a ti mismo que muestra a otros que pueden conseguir de ti aquello que necesitan ejerciendo un poco de manipulación. Y por supuesto cuando te sientes abrumado por la cantidad de compromisos que has adquirido sin querer, tu autoestima se baja reafirmando tu incapacidad de superar la situación.

Defiende tus verdaderos deseos, fortalece tu autoestima y aprende a decir NO, sin quedar o sentirte mal. No se trata de ser insensible a las necesidades y a los deseos de los demás, se trata de aprender a pensar en ti mismo a ratos. Mira a los ojos... y afronta la situación. - Atrévete a decir, siempre, lo que quieres.

En lugar de disfrazar tus verdaderos pensamientos o sentimientos, anímate a expresarlos a la otra persona sin darle muchas disculpas y sin sentirte molesto. Encuentra las mejores palabras para decirle: Lo siento mucho pero no puedo quedar contigo para esa hora porque tengo otro compromiso previo. No te sientas responsable de la situación del otro. - No te justifiques. Cuando das muchas explicaciones para justificar tu negativa a complacer a la otra persona, muestras inseguridad y le das espacio al otro para seguir dándote razones hasta que logre convencerte de que cambies tu respuesta negativa - Con amabilidad, mantente firme.

Esta es una buena combinación que muestra tu seguridad y al mismo tiempo la claridad y la responsabilidad frente a tus compromisos. Hay momentos en los que podemos mover un poco nuestra agenda para apoyar a otro pero no podemos hacerlo todo el tiempo, porque corremos el riesgo de perder el manejo de nuestro tiempo y el cumplimiento de nuestros propios compromisos. –

No te afectes por la reacción de los demás. Muchas veces estás tan atento a la reacción de la otra persona cuando dices no, que al notar su malestar te sientes culpable y sólo unos segundos después te escuchas diciendo: Está bien, yo veo lo que puedo hacer para estar ahí... Recuerda que eres tú quien le enseñará a los demás a respetarte como persona y a valorar tu tiempo y disponibilidad, no te sientas culpable ni temeroso de su rechazo. –

No te dejes manipular. Cuando los demás conocen tu debilidad, se aprovechan de tu incapacidad a decir que no para solucionar sus situaciones personales. Fortalece la confianza en ti mismo, valórate y siéntete seguro para establecer límites firmes que les impidan a los demás manipularte. –


Arriésgate a ser tú mismo. Pregúntate: ¿Qué es lo peor que puede pasar si en un momento dado dices que no? Te dejarán de querer, se alejarán de ti, se molestará la persona... tal vez. Pero también te puede suceder que los demás aprendan a respetarte y acepten de buena gana tu negativa sabiendo que detrás de ella, existe el mismo cariño y la misma disposición de compartir y cooperar britozenair@gmail.com