miércoles, 8 de enero de 2014

¡VIVIMOS LA VIDA DEL QUÉ DIRÁN Y NO LA NUESTRA!

¡VIVIMOS LA VIDA DEL QUÉ DIRÁN Y NO LA NUESTRA!
Zenair Brito Caballero
No se puede andar por la vida al ritmo de lo que los demás piensen o digan de nosotros. Tampoco podemos intentar complacer a todo el mundo, pues acabaríamos por volvernos locos. Una persona a quien alguien le dijo “burro” y, de buenas a primeras, empezó a mirarse en el espejo qué tan grandes tenía sus orejas. Luego se dejó crecer el cabello con la firme intención de que el pelo las tapara y nadie se las viera, al final comprobó que se estaba comportando como un auténtico “burro”.
¡A casi todos nos pasa igual! Les prestamos tanta atención a las necedades que nos dicen los demás que nos olvidamos de lo que en realidad debemos sentir y creer de nosotros mismos. El temor a la desaprobación, con relativa frecuencia, afecta la manera en la que actuamos. Mejor dicho: Vivimos la vida del ‘qué dirán’, no la nuestra.
¿Por qué será que no hacemos nada sin pensar antes qué puedan decir nuestros amigos o familiares? Es como si dependiéramos de la opinión ajena. Nos preocupamos tanto por los juicios que hagan de nosotros que modificamos actitudes, decisiones y hasta nuestros estados de ánimo; incluso llegamos a extremos increíbles. Hay cosas que debemos ignorar, más allá de las recriminaciones.
Las críticas destructivas deben pasarse por alto. Nuestras angustias por lo que los ‘otros’ hablen de nosotros pueden amilanarnos. No es que tengamos que hacer precisamente lo contrario que todo el mundo hace, para así tener carácter. ¡No! tampoco se trata de ser necios. La idea va más allá: Es tener una personalidad propia y atreverse a manifestarla en el momento preciso, incluso en medio de un ambiente diferente o ante unas personas que piensen de modo distinto.
No podemos vivir atados a la aprobación de los demás; no podemos perder de vista nuestra capacidad de hacer lo que nos corresponde en la vida. Escuchando las otras voces se nos van apagando las nuestras. Porque de tanto vivir colgados del muro del ‘qué dirán’, nos quedamos sin nada qué decir de nosotros mismos.
Por el ‘qué dirán’, cuando nos vemos frente al espejo, las imágenes que vemos de nosotros no nos gustan y nos hacen pensar que no ha valido la pena ningún esfuerzo para cambiar. Nunca trate de impedir su sombra por culpa del ‘qué dirán’, pues las habladurías tienen una habilidad casi ‘diabólica’ para causarle más dolor del que se pueda imaginar.
Debemos enfrentar nuestras decisiones con la frente en alto. Con esa valentía para desechar el ‘qué dirán’ descubriremos todo lo maravilloso que podemos hacer. Lo importante no es lo que digan de nosotros, sino lo que nosotros hacemos con tanta ‘basura’ que escuchamos.
Les recomiendo hacer este ejercicio. Después de leer estas líneas, dedique unos minutos de tranquilidad para ‘sintonizarse’ con usted mismo. Acepte la buena noticia que de una vez por todas, se ha visto tal como es y que así existan personas que lo critiquen por todo, usted es capaz de sacar el máximo partido de lo que la vida le ha regalado.
Eso sí, no olvide que debe tener presente siempre en sus acciones y comportamientos a Dios. Ahora cuestiónese: ¿Cómo se comportaría si Dios estuviera ahora mismo de pie, frente a usted? Es hora que empiece a actuar cómo debe ser.
Aunque no lo crea, Dios está muy cerquitica. Y siempre que decida hacer cosas positivas, Él le ayudará para estar por encima del ‘qué dirán’. Preocúpese si usted tiene… 1. Unos ojos orgullosos. 2. Una lengua mentirosa. 3. Unas manos que emplea para robar o golpear a los demás. 4. Un corazón amargado. 5. Unos pies que lo conducen a donde no le corresponde estar. 6. Una forma necia de comportarse. 7. Chismes por contar y, lo que es peor, críticas destructivas.

britozenair@gmail.com