jueves, 25 de octubre de 2012

"ANTE LA INMINENTE IDEOLOGIZACIÓN EDUCATIVA SOCIALISTA”


"ANTE LA INMINENTE IDEOLOGIZACIÓN EDUCATIVA SOCIALISTA”
En rechazo a la Resolución 058
Zenair Brito Caballero 
(britozenair@gmail.com)

Sin ser abogada, pero si Dra. En psicología y en Cs. De la Educación y profesora Titular universitaria tanto de pregrado como de post-grado, así como también  integrante activa durante muchos años de la comisión evaluadora de acreditaciones de los postgrados de las universidades venezolanas en el CNU, tanto públicas como privadas, he leído y entendido, que en teoría constitucional se dice que la verdadera democracia funciona cuando la Constitución escrita está en consonancia con la que en realidad se ejecuta.

La democracia se convierte en pura palabrería, charlatanería, locuacidad y desparpajo, cuando quien detenta el poder como lo es en este gobierno revolucionario socialista-comunista venezolano, lo ejerce contrariando los valores y principios constitucionales.

Cuando las constituciones son creadas como fachada, es evidente que no corresponden a la realidad y a sus necesidades; no son diseñadas para funcionar realmente sino como símbolos y coartadas políticas legales.

El autor Armando Novoa, al comentar a Thomas Fleiner en su libro "Desafíos para un nuevo constitucionalismo", expone que la Constitución puede ser "una pura expresión semántica detrás de la cual se devela una coartada o una especie de fachada que oculta la acción de otros poderes no siempre explícitos o visibles a los ciudadanos."

Frente a la grave crisis que afronta la educación en Venezuela - la cual cada día será peor - tratando de imponerle a nuestros niños, adolescentes y jóvenes venezolanos una educación socialista-comunista a la manera cubana, a través de  la resolución 058, que le cambia el nombre a la Comunidad Educativa por Consejo Educativo y sustituye a la 751 que establecía 3 órganos: la Sociedad de Padres y Representantes, la Organización Estudiantil, a partir de 7° grado (hoy 1er año de Educación Media) y el Consejo de Docentes, creando 11 comités y otorgándole al consejo educativo un carácter de órgano ejecutivo y no consultivo.
Reconocida por la ministra de Educación como un mandato del poder ejecutivo y aprobada por el teniente coronel, lo antes dicho, es la sensación de impotencia que nos deja este llamado gobierno socialista-comunista y el Ministerio de Poder Popular para la Educación, y que ha merecido protestas en todas las redes sociales de Internet como Twitter y Facebook, donde maestros, profesores, universidades, representantes y la sociedad civil han rechazado unánimemente.
Pregunto yo Zenair Brito una simple educadora universitaria de muchos años, ¿es que acaso esta Educación bolivariana, socialista y robinsoniana es una simple innovacioncita educativa? ¿eso no es nada? o es solo la manera del gobierno socialista-comunista de imponer a nuestros hijos y nietos a ultranza un adoctrinamiento ideológico socialista-comunista, como ya lo afirmó el comandante hace como tres años cuando él mismo se preguntó en el programa dominical Aló Presidente, ¿estamos ideologizando? y el mismo se respondió "yes, si estamos ideologizando."

No sólo afirmó lo que tanto él como su gobierno y los dos ministerios de educación en manos de las ministras Hanson y Yadira Córdoba pretenden, ya que esto no ataca el fondo del problema, sino que más bien está encaminada a mantener el apoyo de las fulanas misiones educativas que se han declarado rojas-rojitas y las cuales carecen de una auténtica ideología y de calidad académica, porque simplemente son adoctrinadas con la cartilla anti capitalista y anti-imperialista.

Seguramente, que si esos grupos rojos rojitos fueran lectores y conocedores de lo que es verdaderamente el Marxismo-Leninismo y se hubieran leído el Manifiesto Comunista, El Capital de Marx y la Ley de Educación Cubana, ellos también estuvieran en contra de la mencionada Ideologización de la mal llamada Educación socialista-comunista venezolana, el umbral se hubiera quedado en cero y la " fulana ideologización educativa" no se hubiera pretendido aplicar.

No desde el mismo momento de la derrota sufrida por el gobierno revolucionario hace años atrás con el NO sobre el SI, sino desde el mismo momento que se dio inicio a la protesta en contra de la formación del fulano hombre nuevo del Che Guevara, por parte de maestros, profesores, representantes y de la sociedad civil.

Visto así, esta es otra forma de consolidar el poder del comandante tratando de meter por debajo de cuerda, de contrabando y de manera tramposa esa Educación socialista-comunista, que ya formaba parte del articulado de la derrotada reforma Constitucional del comandante, bajo el ropaje de una "pseudodemocracia".

Pero aun así, la ideologización de la Educación socialista-comunista del gobierno chavista se ha impuesto de facto, para que el poder ejecutivo y las dos ministras de Educación tomando todas las medidas pertinentes puedan garantizar la ideologización, el adoctrinamiento socialista-comunista de los actuales y futuros maestros, profesores, niños, niñas, adolescentes y jóvenes del país.

 Ante un problema tan grave, de tanta envergadura, al teniente coronel, a su partido, a las ministras de educación les falta grandeza, nobleza, generosidad y solidaridad con un pueblo que reclama una actitud ética, una educación democrática, una educación con verdaderos valores morales y éticos, que demuestre verdaderamente el interés por una educación de calidad y excelencia para sus hijos e hijas, y no solamente por sus propios intereses egoístas y politiqueros.

De seguir así seremos rehenes de un estilo político socialista-comunista a la cubana, que nos tiene predestinados a que impotentes, los venezolanos y las venezolanas asistamos a la desaparición de la poca educación democrática que aún nos queda en terapia intensiva.

VENEZUELA VIVE PRISIONERA ENTRE EL MIEDO Y LA DESCONFIANZA


VENEZUELA VIVE PRISIONERA ENTRE EL MIEDO Y LA DESCONFIANZA
Zenair Brito Caballero 
(britocaballero@gmail.com)

La incansable violencia y el atavismo delictivo son hechos que marcan la cotidianidad  de los venezolanos y generan todo tipo de temores, constante zozobra y mucha desconfianza. La inseguridad produce una especie de histeria colectiva que los políticos en campaña para las gobernaciones. Sobre todo los oficialistas nombrados a dedo por el comandante explotan al máximo.

Las ciudades están repletas de miedos, acechadas por fantasmas como la delincuencia, el atraco, el homicidio por gatillos alegre que andan en motos disparando solo por placer de hacerlo, el robo a mano armada de celulares y zapatos de marca, el desempleo, la informalidad y el caos urbano.

La inseguridad, y sobre todo la percepción que tienen los ciudadanos, es un grave problema social que afecta a todos y reclama soluciones adecuadas. La cultura del miedo, aupada por el conflicto interno, parece estar sobrepasando los límites del aguante.

En medio de ese drama, está el afán bélico  incontrolable, impulsado por la industria militar mundial, la más dinámica, la que siempre gana. Nos siembran el miedo porque mientras tanto la mitad de los recursos del mundo se destinan a matar prójimo. El círculo es diabólico, el miedo impulsa la guerra y esta genera más miedos

El aumento vertiginoso de los crímenes en nuestro país, las nuevas formas de delincuencia organizada, la inseguridad pública, la impunidad, el escaso control estatal y la falta de programas coherentes para controlar estos males han acentuado los miedos en la población venezolana.

El tema de la inseguridad es abrumador en los medios de comunicación televisivos e impresos, en forma de noticias, editoriales, reportajes, denuncias. El drama es aprovechado por las empresas de seguridad privada que ofrecen servicios de protección, incluidos los de aseguramiento cuando los primeros no son suficientes.

Se ha generado un gran mercado privado de la seguridad personal. Casi nadie  espera que el Estado le garantice protección; éste servicio también se privatizó y sólo quienes disponen de recursos acceden a él. Los grupos sociales más vulnerables, los pobres y los que viven en zonas marginales, se sienten más amenazados y menos protegidos. La percepción de la inseguridad está ligada a la desigualdad creada por el gobierno socialista-comunista que, en Venezuela, se ha vuelto alarmante.

Los temores invaden a la sociedad y a todos los ciudadanos que en ella habitan. Se teme al Gobierno y a sus marramuncias, a su insaciable deseo de poder, a los abusos de sus instituciones guapas y apoyadas, a la banca usurpadora, al deterioro ambiental que afecta la salud, a la policía, a los servicios de seguridad. Huyéndole a estos fantasmas se pasa a la desconfianza en las relaciones personales y familiares.

Asustados, muchas veces nos alejamos de quienes no lucen como nosotros en apariencia personal, cultura, educación, ingresos, color de piel.  Creemos que el primer enemigo es el prójimo, ese hombre o mujer que pasa por ahí y  mira o se  acerca, es peligroso, es una amenaza, puede atacar, secuestrar o robar. Nos entrenamos en el miedo todos los días. La confianza está en crisis. La vejez, la gordura, el aspecto personal, las arrugas, las canas, el anonimato, pero sobre todo el desempleo, la pobreza y el incierto futuro producen pánico. ¡Es justo esto?

Hay miedo de todo: de abrir la puerta a un desconocido, de compartir con el vecino en  el pasillo  de nuestros apartamentos, de saludar al que pasa, del tráfico caótico, de las autopistas veloces, de los vigilantes, de participar en una protesta, de actuar en colectivo. Es el miedo al prójimo. A esto nos ha llevado este gobierno.

Por eso muchos terminan encerrados en apartamentos y casas o quintas convertidas en cárceles, cargadas de cerrojos, rejas Multilock, circuitos eléctricos rodeando el edificio o la casa, alarmas y cámaras; algunas parecen trincheras para resguardarse, rodeadas de vigilantes y controles; pero nada es suficiente, los delincuentes son más veloces.

La inseguridad extiende sus consecuencias a todos los ámbitos, es dañina para la vida social, estimula la agresividad e impide la construcción de una sociedad integrada y armónica. Comúnmente la gente reclama más policías, más represión, leyes más severas y más cárceles aunque se sabe que aquí en Venezuela  la justicia no funciona sino para la disidencia al régimen, que la policía no previene el delito, que las cárceles no reeducan a los delincuentes y que en nuestro país el sistema carcelario está en crisis.

La seguridad  no puede lograrse mediante medidas represivas que son, no sólo comprobadamente inútiles e inoperantes, sino contraproducentes porque resquebrajan aún más el tejido social y frenan la participación y el compromiso colectivo en la búsqueda de soluciones efectivas, amén de que generan frustraciones y deterioran aún más la imagen del Estado.

Estamos ante un problema que requiere de un análisis juicioso e investigación a cargo de verdaderos expertos. Ni el sentido común, ni la buena fe de un mandatario si es que acaso la tuviera y que sabemos no le interesa, porque ha tenido 14 años de gestión y de  desgobierno, los cuales hubieran sido suficientes para resolverlo.

Por supuesto, la solución completa para éste como para otros muchos, pasa por la superación del conflicto interno. Por eso la confrontación tiene que terminar y la paz debe ser un propósito común para todos los venezolanos. AMÉN.

¡ESCRIBIR ES VIVIR!



 ¡ESCRIBIR ES VIVIR!

Zenair Brito Caballero 

Hace varias semanas tuve la gentileza de ser invitada por el Director del Diario El Regional de Acarigua, el Licenciado Pedro Briceño Voirin, a  reiniciar mis artículos como columnista semanal de su Diario. Allí  gracias a su generosidad tengo como en otros diarios regionales de varias ciudades venezolanas, un espacio para dar rienda suelta a mi libre expresión y el manjar de la palabra, en un banquete de ánimos, interés y paciencia brindado por quienes nos manifestamos a través de la escritura.
A propósito de ello me surgieron algunas reflexiones ¿Por qué surge la necesidad de escribir en ciertas personas? ¿Por qué alguien deviene de escribidor? El problema es complejo y la respuesta no es fácil pues hay casos diversos. Un psiquiatra amigo me aseguró que esa escritura generada en lo más íntimo del autor resultaba una excelente terapia. Lo creo cierto, escribir todos los días, me libra de tensiones, de nerviosismo, de intranquilidades poniendo al descubierto ignorancias nocivas y secretos valiosos.
Escribir es, desde luego, darse, aunque a veces se revele tras una máscara (aún más expresiva que el propio rostro). Pero además de exteriorizarse, el autor se descubre a sí mismo al internarse en su laberinto interior, nunca totalmente explorado. Somos obreros de nuestras galerías, arqueólogos redescubriendo el jardín perdido, como ruinas enterradas.
La consecuencia que para algunos como en mi caso, escribir sea una necesidad vital, es que se escribe además con pasión y no sólo con la inteligencia y la técnica propias del que lo tiene como un oficio. Se persigue la emoción, se ansía provocarla en el lector, aún más que la anhelada admiración. Sólo en este sentido el para se añade al escribir por algo. Sin embargo, ese afán de hacerse creativamente mueve también, supongo, a los dedicados a otras artes e incluso a los científicos y a quienes se lanzan a empresas o aventuras. Entonces, ¿qué es lo que nos orienta precisamente hacia la escritura?
Sin estar muy segura de la respuesta me inclino a pensar que resulta decisivo el ambiente donde se desarrolló nuestra infancia. En mi caso, por ejemplo, tuve la fortuna de tener un padre brillante, intelectual, escritor, columnista durante 40 años del Diario El Impulso de Barquisimeto e historiador que puso a mi alcance tanto enciclopedias como muchos libros y de empezar a leer desde temprana edad. Por personas que me recordaron mi niñez sé que desde los 12 años me gustaba aislarme en mi cuarto con un libro cualquiera y antes de los 15 años ya había leído muchas novelas no sólo a Julio Verne, sino novelas de adultos como Don Quijote de la Mancha, Los tres mosqueteros o Ivanhoe y las leyendas del Rey Arturo.
Junto a ese entorno literario también considero de marcada influencia ciertos acontecimientos negativos vividos inconscientemente en edades muy tempranas como el divorcio de mis padres y la ausencia de mi madre lo que quizás me indujo a esquivar un mundo hecho inhóspito por esas vivencias, antes que adaptarme a él o someterme. No nacemos ganadores amigos lectores, como quienes desde el principio se desenvuelven pisando fuerte: no escriben, hacen.
Estas reflexiones permiten formular la que podría llamar la paradoja del escribidor, consistente en que no obstante al escribir se vive la propia existencia, a veces el resultado obtenido es que se viven otras vidas, identificándose con ellas.
Esa paradoja se asume de manera diferente y algunos piensan que el esfuerzo de crear varios personajes roba vida a su autor. Considero que mis artículos y columnas en los diarios y en los blogs añaden mundo a lo que soy y contribuyen a moldearme. Repito ahora, con más motivos: para mi aprendiz de escritora “escribir es vivir”. Gracias a quienes me honran con su lectura.