“BORRÓN Y CUENTA
NUEVA: EL RETORNO”
Zenair Brito
Caballero
Cuando esté subiendo las escaleras del
éxito, no olvide que recorrerá el mismo camino de regreso: muy útil reflexión
que nadie debería ignorar. No atropelle a nadie en el camino, no pierda la consideración,
la humildad, el respeto.
Avance con prudencia, sin fanfarronería; no se crea superior a los demás y más
bien valore y agradezca esa oportunidad, que la vida le otorga, de saborear el
éxito. Apoye a otras personas que con esfuerzo y honestidad trabajan, sueñan y
desean progresar, pero hágalo desinteresadamente, sin maltratar, sin intentar
comprar sus conciencias, sin abusar de su necesidad. Y ojo: no se venda a
ningún precio.La arrogancia es un enemigo silencioso que cosecha resentimiento y dolor en los corazones; aprovecharse de otros, pasando por encima de su dignidad y usándolos sin respeto para lograr un objetivo personal es una equivocada actitud que siempre traerá consecuencias.
A ninguna persona le gusta ser
mancillada, agraviada y maltratada, aunque muchas lo toleran por necesidad y
temor; es común observar, a quienes se creen poderosos, abusar de la necesidad
de los demás con fastidiosa arrogancia, presionándolos a cometer actos
impropios que rayan en el delito y, nunca faltan quienes agachan la cerviz y se
venden “por treinta monedas de plata”, como le ocurrió a Judas.
Es necesario tener siempre presente que
el verdadero trono es de Dios. Reflexione acerca de la importancia de mantener
una sana independencia con respecto a los demás, en asuntos de principios y
dignidad, cuidándose de no caer en una trampa por estar atravesando momentos de
necesidad.
Muchas personas han quedado aprisionadas en las garras de pseudolíderes que hábilmente los involucran y luego con la misma pericia los abandonan a su suerte: para usarlos son encantadores y para voltearles la espalda son insensibles y fríos. Cuantos creen que mal apadrinados están subiendo a la cumbre más rápido, enceguecidos de manera necia e irresponsable: las mayoría, en un abrir y cerrar de ojos, caen y quienes fueron sus padrinos, ahora son sus enemigos: por eso, si aspira subir y llegar garantizando además un regreso amoroso, evalué muy bien con quien se mete y que entrega en el viaje: hay cosas que no tienen precio. Piénselo y reflexione antes de caer en la perdición de venderse por dinero o por alguna dádiva politiquera.