martes, 3 de julio de 2012

ZENAIR BRITO CABALLERO, “CON MIEDO A LA DELINCUENCIA NO SE ELIMINA ESTA PLAGA EN VENEZUELA”


 “CON MIEDO A LA DELINCUENCIA NO SE ELIMINA ESTA PLAGA EN VENEZUELA”
Zenair Brito Caballero (britozenair@gmail.com)
Hay que enfrentar a los venezolanos que han hecho del recelo, del  miedo y la desconfianza a la delincuencia un tremendo negocio: Pareciera ser, que el miedo a la delincuencia es un negocio económico y político. Tenemos que eliminar el miedo en la sociedad porque éste “es un mal compañero para la solución” del problema de la delincuencia. “El miedo paraliza y oscurece la razón. Enmudece a la gente e inhibe la acción”.
Aquí en Venezuela a pocos meses de lo ocurrido en la cárcel del Rodeo y luego el de la Planta, los vecinos tienen temor y en general en la sociedad venezolana el miedo a la delincuencia es generalizado. Hay que sacudirse el miedo para hacerle frente a la violencia y  la delincuencia; ya no es tiempo para la indiferencia, la apatía, y el silencio.
Debemos  tener claridad que el crimen gana cuando la sociedad no participa y se vuelve indiferente, y la delincuencia gana cuando la sociedad tiene miedo, tiene recelo, tiene desconfianza hasta de salir de sus casas.
Para ser prósperos en su ilegalidad, los delincuentes imponen dos estrategias que les permiten actuar con comodidad: la violencia y el miedo. Donde estas estrategias, funcionan atemorizan y silencian a la ciudadanía,  son exitosas y los delincuentes empiezan a expandir su criminalidad.
En una sociedad dominada por el miedo, el ciudadano no confía en las autoridades, en los policías ni en la guardia nacional. Considera un riesgo personal alertar a la policía porque generalmente ésta no hace nada y hasta protege a los delincuentes, y el ciudadano asaltado o robado prefiere protegerse con su propio silencio.
Eduardo Galeano describe en un poema los miedos, el poema se llama “Miedo global” que dice: “es el tiempo del miedo. Miedo de la mujer a la violencia del hombre y miedo del hombre a la mujer sin miedo. Miedo a los ladrones y miedo a la policía. Miedo a la puerta sin cerradura”.
El listado de los temores que hoy debemos enfrentar los venezolanos es grande, tememos que la crisis económica se profundice, que la vulnerabilidad ambiental nos lleve al desastre, pero entre todos los temores el miedo a la delincuencia es el más democrático y perseverante: democrático porque afecta a todos los ciudadanos sin exclusión y, persistente porque una vez instalado, tiende a permanecer aunque según el gobierno socialista-comunista el número de homicidios haya disminuido, porque todo es culpa del amarillismo y exageración de los medios opositores al gobierno
Los venezolanos somos víctimas del miedo, la zozobra y la incertidumbre, porque nadie sabe en qué momento, en qué lugar y en qué circunstancia podemos  ser objetivo de la delincuencia; no existen plenas garantías para los habitantes de las ciudades, municipios, parroquias y pueblos, del mantenimiento de la paz y el orden público. Hay que decirlo claramente, los niveles de violencia y criminalidad no se han reducido ni el miedo tampoco en casi 14 años de desgobierno revolucionario. Han aumentado, se han duplicado.
Vivimos con miedo a que nos roben el carro, nos arrebaten el celular o la cartera en la calle; que un extraño nos asalte en una buseta del transporte público; que alguien entre a la casa cuando no hay nadie; y  también a ser maltratados o golpeados por un soldado o un policía.
Por temor a la delincuencia, se instalan cerraduras adicionales en las puertas, se colocan barrotes, puertas de seguridad, alarmas en las casas o negocios; se contrata vigilancia privada diurna y nocturna; se ponen circuitos eléctricos en las entradas de los edificios y quintas para controlar y restringir el paso de los delincuentes al interior de las viviendas. Todo esto no debe ni puede continuar. Pero  para alcanzar y vencer el miedo a la delincuencia, se necesita contar con una política pública específica que lo enfrente.
Debemos recuperar nuestro derecho a vivir sin miedo, porque está comprobado, que los individuos que viven con miedo al delito sufren más problemas de salud. Para empezar a conseguirlo hay que enfrentar a los que han hecho del miedo a la delincuencia un negocio: El miedo a la delincuencia pareciera que es un negocio económico y político. Hay muchas empresas que sin miedo no harían negocios. Mientras más sensación de inseguridad haya, más amplio el campo de los negocios para el sector de la seguridad privada y esto no puede continuar, pues no solo los delincuentes viven de nuestro miedo
Se debe tomar en cuenta que cuando una sociedad tiene valor y tiene valores, todo lo demás se puede lograr. Cuando la sociedad se decide a participar no hay problema por mayúsculo, por complejo, por grande que sea que no se pueda solucionar. Gracias a la participación ciudadana se puede resolver el problema de la inseguridad;  cuando la gente se decide a tener esperanza en lugar de miedo. ¿Cuándo empezamos? Hay un camino para lograrlo EL DEL PROGRESO