“CON MIEDO A LA
DELINCUENCIA NO SE ELIMINA ESTA PLAGA EN VENEZUELA”
Zenair Brito
Caballero (britozenair@gmail.com)
Hay
que enfrentar a los venezolanos que han hecho del recelo, del miedo y la desconfianza a la delincuencia un
tremendo negocio: Pareciera ser, que el miedo a la delincuencia es un negocio
económico y político. Tenemos que eliminar el miedo en la sociedad porque éste
“es un mal compañero para la solución” del problema de la delincuencia. “El
miedo paraliza y oscurece la razón. Enmudece a la gente e inhibe la acción”.
Aquí
en Venezuela a pocos meses de lo ocurrido en la cárcel del Rodeo y luego el de
la Planta, los vecinos tienen temor y en general en la sociedad venezolana el
miedo a la delincuencia es generalizado. Hay que sacudirse el miedo para
hacerle frente a la violencia y la delincuencia; ya no es tiempo para la
indiferencia, la apatía, y el silencio.
Debemos tener claridad que el crimen gana cuando la
sociedad no participa y se vuelve indiferente, y la delincuencia gana cuando la
sociedad tiene miedo, tiene recelo, tiene desconfianza hasta de salir de sus
casas.
Para
ser prósperos en su ilegalidad, los delincuentes imponen dos estrategias que
les permiten actuar con comodidad: la violencia y el miedo. Donde estas
estrategias, funcionan atemorizan y silencian a la ciudadanía, son
exitosas y los delincuentes empiezan a expandir su criminalidad.
En
una sociedad dominada por el miedo, el ciudadano no confía en las autoridades, en
los policías ni en la guardia nacional. Considera un riesgo personal alertar a
la policía porque generalmente ésta no hace nada y hasta protege a los
delincuentes, y el ciudadano asaltado o robado prefiere protegerse con su
propio silencio.
Eduardo
Galeano describe en un poema los miedos, el poema se llama “Miedo global” que
dice: “es el tiempo del miedo. Miedo de la mujer a la violencia del hombre y
miedo del hombre a la mujer sin miedo. Miedo a los ladrones y miedo a la
policía. Miedo a la puerta sin cerradura”.
El listado
de los temores que hoy debemos enfrentar los venezolanos es grande, tememos que
la crisis económica se profundice, que la vulnerabilidad ambiental nos lleve al
desastre, pero entre todos los temores el miedo a la delincuencia es el más
democrático y perseverante: democrático porque afecta a todos los ciudadanos
sin exclusión y, persistente porque una vez instalado, tiende a permanecer
aunque según el gobierno socialista-comunista el número de homicidios haya
disminuido, porque todo es culpa del amarillismo y exageración de los medios
opositores al gobierno
Los
venezolanos somos víctimas del miedo, la zozobra y la incertidumbre, porque
nadie sabe en qué momento, en qué lugar y en qué circunstancia podemos ser objetivo de la delincuencia; no existen plenas
garantías para los habitantes de las ciudades, municipios, parroquias y
pueblos, del mantenimiento de la paz y el orden público. Hay que decirlo
claramente, los niveles de violencia y criminalidad no se han reducido ni el
miedo tampoco en casi 14 años de desgobierno revolucionario. Han aumentado, se
han duplicado.
Vivimos
con miedo a que nos roben el carro, nos arrebaten el celular o la cartera en la
calle; que un extraño nos asalte en una buseta del transporte público; que
alguien entre a la casa cuando no hay nadie; y también a ser maltratados
o golpeados por un soldado o un policía.
Por
temor a la delincuencia, se instalan cerraduras adicionales en las puertas, se
colocan barrotes, puertas de seguridad, alarmas en las casas o negocios; se
contrata vigilancia privada diurna y nocturna; se ponen circuitos eléctricos en
las entradas de los edificios y quintas para controlar y restringir el paso de
los delincuentes al interior de las viviendas. Todo esto no debe ni puede
continuar. Pero para alcanzar y vencer
el miedo a la delincuencia, se necesita contar con una política pública
específica que lo enfrente.
Debemos
recuperar nuestro derecho a vivir sin miedo, porque está comprobado, que los
individuos que viven con miedo al delito sufren más problemas de salud. Para
empezar a conseguirlo hay que enfrentar a los que han hecho del miedo a la
delincuencia un negocio: El miedo a la delincuencia pareciera que es un negocio
económico y político. Hay muchas empresas que sin miedo no harían negocios.
Mientras más sensación de inseguridad haya, más amplio el campo de los negocios
para el sector de la seguridad privada y esto no puede continuar, pues no solo
los delincuentes viven de nuestro miedo
Se
debe tomar en cuenta que cuando una sociedad tiene valor y tiene valores, todo
lo demás se puede lograr. Cuando la sociedad se decide a participar no hay
problema por mayúsculo, por complejo, por grande que sea que no se pueda
solucionar. Gracias a la participación ciudadana se puede resolver el problema
de la inseguridad; cuando la gente se decide a tener esperanza en lugar
de miedo. ¿Cuándo empezamos? Hay un camino para lograrlo EL DEL PROGRESO