lunes, 28 de octubre de 2013

“HOY COMO ANTES HAY QUE DARLE PRIORIDAD A LA EDUCACIÓN DE CALIDAD”

“HOY COMO ANTES HAY QUE DARLE PRIORIDAD A LA EDUCACIÓN DE CALIDAD”

Zenair Brito Caballero

Cuando era una niña, recuerdo que el personaje de comiquitas Dick Tracy era un detective del mundo de las fábulas, cuyo acceso a la tecnología de avanzada era tan solo un viaje a un mundo de ficción o de leyenda que, décadas después, está cerca de convertirse en realidad.
El mes de Septiembre pasado, se ha convertido en el mes favorito de los grandes dueños de las empresas tecnológicas para el lanzamiento de sus más recientes innovaciones, con la expectativa de posicionarse como los indiscutibles líderes de lo nuevo, de lo hot y, por qué no, de ese innovador gadget que facilitará nuestra existencia.
Con el afán de adelantarse a su archirrival Apple, Samsung lanzó en el mes de Septiembre un nuevo reloj-inteligente, que hará posible que experimentemos una nueva dimensión de portabilidad, y nos convierta a todos en un Dick Tracy de la nueva era.
Guerra comercial aparte, las adquisiciones han tenido como víctimas a exlíderes como Motorola y Nokia, a manos de los gigantes Google y Microsoft; no obstante, hay que reconocer que los grandes ganadores de esta lucha encarnizada hemos sido por mucho los consumidores, que, en un mundo más sencillo e interconectado que nunca, con una pequeña tableta, un celular y una conexión a Internet, contamos con una amplia plataforma de comunicaciones y servicios
Gracias a una cada vez más barata conexión a Internet, podemos acceder a las más variadas fuentes de información, recibir correspondencia al instante y compartir fácilmente documentos e imágenes, y realizar videoconferencias, entre otros.
Sin duda, es un mundo de ganadores y también de perdedores. Para muchos, una oportunidad; para otros, un reto por la sobrevivencia, en el que solo quedarán los mejores, más creativos e innovadores. Hay industrias que, de no cambiar, pueden convertirse, como la Kodak, en dinosaurios en extinción.
Hay que reconocer que uno de los grandes aciertos que tuvo Venezuela como país en el pasado fue priorizar la educación. En 1870 la secularizamos y la declaramos pública, gratuita y obligatoria y los gobiernos de la época destinaron más recursos para la educación, lo cual nos permitió tener índices de desarrollo humano competitivos con el primer mundo, excelente preparación académica y brillantes profesionales universitarios en todas las ramas del saber.
Hoy finalizando 2013, lamentablemente, contamos con una brecha de equidad cuyas semillas más profundas están en un sistema educativo deficiente y de accesos diferenciados. Uno formal y uno paralelo, con las llamadas misiones.

En el siglo XXI deberíamos propiciar verdaderos cambios que nos permitan brindarles a nuestros niños y jóvenes no solo una educación pública de calidad, excelencia y pertinencia, sino que garantice también el acceso universal a lo último en  ciencia, tecnología y comunicaciones, al bilingüismo, que promueva su creatividad y estimule sus capacidades de innovación y producción con racionalidad y coherencia.