“FELICES
FIESTAS NAVIDEÑAS”
Zenair
Brito Caballero
Llega diciembre época de celebraciones
familiares, de compartir, colaborar, de dar y recibir sonrisas y regalos, de
alegría, así que es el momento propicio para hacer un alto en el camino y
devolvernos en el tiempo y el espacio.
Es hora de hacernos un examen de
conciencia donde los puntos a calificar sean nuestra tolerancia, nuestro
respeto y paciencia, nuestra lealtad y compromiso; no sólo en nuestra casa con
nuestros familiares, sino en nuestro lugar de trabajo y con nuestros amigos.
Es momento también para una reflexión
que nos llegue más allá del mero deseo de rumba y pasarla bien. Es
época de compartir con la familia que de verdad queremos: padres, esposos (as)
hijos y dar gracias a Dios por los momentos vividos; buenos y malos. Es hora de
dar gracias a Dios por las personas que iluminaron nuestro camino y que ya no
se encuentran con nosotros, es hora de devolver la calidez de un abrazo y la
dulzura de una palabra dicha a tiempo.
Es tiempo para decir te aprecio a ese
amigo o esa amiga de tierras lejanas. Se acerca la Navidad. Todo debería
ser armonía, concordia, camaradería, fraternidad. Se acerca la Navidad y todo
se transforma, como si algo mágico se apoderara de los corazones y llenara las
calles, las ciudades y los días de cordialidad y de música. Está próxima
la Navidad y todos nos sentimos felices, aunque no sepamos explicar la razón.
Está cerca la Navidad y
comenzamos a darnos cuenta que el mundo puede ser muy hermoso y que la vida
siempre valdrá la pena. Y cuando
a nuestro alrededor todo es armonía y dicha, comprendemos que, después de un
año de trabajo y de momentos que a veces han sido muy difíciles, la Navidad nos
hace falta con sus canciones, sus gaitas, sus aguinaldos, sus villancicos, sus
hallacas, su dulce de lechosa, su pan de jamón, su panettone, su ensalada de
gallina, su arbolito y su pesebre y con las sonrisas de los niños al abrir sus
regalos, con el deseo de compartir que nos embarga a todos, y con el poder para
hacernos sentir que siempre hay un mañana.
Esta es mi sencilla manera de
desearles a todos mis lectores que Dios y Jesús Misericordioso les dé una feliz
Navidad con mucha salud, en armonía, tranquilidad y rodeados de sus seres
queridos.
Comparta con sus adultos mayores estas
festividades, quizá para el año próximo no cuente con su presencia. No
sabemos hasta cuándo contaremos con ellos, dígales que los quiere mucho, deje
de lado su engreimiento, su prepotencia y orgullo, dar un abrazo a los
familiares que usted dice que ama y a los verdaderos amigos reconforta el alma
y engrandece su espíritu y ellos se sentirán queridos e
importantes.
No olvide que ser sentimental y pensar
en los demás no lo hace inferior, pero sí un mejor ser humano. A los adultos
mayores que leen esta columna, a los no tan mayores y a todos los niños, niñas,
adolescentes y jóvenes, un saludo cálido y sincero de alguien que no los conoce
personalmente, pero que los lleva en su corazón por ser parte de su existencia,
sólo por el hecho de entrar en sus hogares a través de mis columnas semanales
publicadas en 15 periódicos regionales y 5 páginas web. A todos felices
días navideños.