EL
VENEZOLANO SE VOLVIÓ MASOQUISTA ANTE EL PODER
Zenair
Brito Caballero
(britozenair@gmail.com)
Más allá de las
lamentaciones y denuncias sobre las tracalerías o marramuncias que pudiese
haber usado el comandante y sus radicales seguidores socialistas-comunistas del
comando Carabobo para ser reelegido, hay que recordar que fue su perspicacia y
perversidad de acomodar la Constitución a su llamado proyecto revolucionario y
manipular las leyes lo que le han permitido atornillarse en el poder.
A partir de ahí se valió
de infinidad de maniobras, artimañas, manipulaciones y tretas. Su supuesta
enfermedad, por ejemplo, lo colocó al borde de la compasión creando en el
pueblo una misión lástima, porque manipuló a sus seguidores con la religión y
haciéndose ver como creyente de Dios y de Cristo, llorando ante el Santo Cristo
de la Grita y comulgando ante miles de fieles en misa, luego de renegar de la
iglesia y de los sacerdotes católicos; compró votos entre los pobres dando
dinero a adolescentes embarazadas, a ancianos y a personas necesitadas, bolsas
de comida de Mercal y de Pdval a hambrientos por la pobreza que él mismo ha
provocado; y lo más cruel fue que se envalentonó con una fulana guerra civil
que, seguramente, asustó a muchos.
Nuestro país es un Nación
polarizada, donde ocurre un pugilato entre dos grupos sociales: chavismo vs
oposición. En otros tiempos fue lo contrario. No me refiero a pobres y ricos,
sino a cargas humanas que se aplastan entre sí por resentimiento o codicia.
A pesar de eso, valerosos
opositores al socialismo-comunismo hicimos hasta lo imposible por cambiar el
destino con un candidato a presidente bien preparado para ocupar el cargo. Más
de 15 millones, equivalente al 80 por ciento del padrón electoral, fuimos a las
urnas y por lo menos felizmente la mitad somos contrarios.
Sin embargo, el comandante
fue reelegido y completará 20 años en el poder y lo que sí pueden estar seguros
amigos lectores es que la “democracia” funcionó como él presidente
socialista-comunista la escribió en su libreto.
Los venezolanos que
votaron por él no saben ni se imaginan lo que se les viene encima. Quienes
gobiernan, incluyendo a sectores de las fuerzas militares, son sabandijas que
devoran todo a su paso y están dejando al país en la ruina, convertido en el
único baluarte de un comunismo arcaico marxista-leninista.
Sin dejar que la oposición
se levante aun del garrotazo recibido, el chavismo amenazó que la revolución
socialista se radicalizará; entonces, debemos preocuparnos porque habrá más
persecución a la prensa y más expropiaciones con el engaño y la trampa de que
es la riqueza recuperada para el pueblo, pero es mentira, porque quienes viven
con lujos y derroche son los que están en el poder.
Los venezolanos no
podremos saber qué pasó con los lingotes de oro, propiedad de los ciudadanos,
que el comandante hizo trasladar al país desde bancos extranjeros. Hace un año,
Venezuela estaba en el puesto 15 de las reservas mundiales de oro con 365
toneladas, que equivalen al 60.8% de sus depósitos en divisas, de acuerdo al Consejo
Mundial del Oro.
Si llegase a morir el
líder “supuestamente muy enfermo”, temámosle más a los chavistas que no solo
seguirán desfalcando los fondos del Estado, sino que acomodarán los ideales de
la revolución bolivariana, para el bienestar de su ambición.
En Venezuela, en la
llamada IV República, no había tanta criminalidad. Era un país con pobreza evidente, pero con futuro pujante,
lleno de gente trabajadora, buena educación, buenos hospitales, excelentes
profesionales y con menos delincuencia y
más empleo. Pero hoy Caracas está considerada como una de las ciudades más
peligrosas de Latinoamérica y muchos de los malhechores salen de las milicias
bolivarianas que armó el gobierno para defender su causa.
Solo resta encomendarse a
Dios y que los ciudadanos que creen en la revolución socialista-comunista de
nuestro país despierten rápido de su aturdimiento y que no se repita la larga
historia de desasosiego y miedo que embarga a millones de cubanos. Amén.