LA CAMPAÑA
PRESIDENCIAL DE MADURO LA ESTÁ HACIENDO UN MUERTO
Zenair Brito Caballero
Lo que pasa hoy en Venezuela es tan curioso
que, si no fuera en exceso peligroso, podría ser un buen chiste: la campaña
presidencial de Maduro la está haciendo un muerto. Porque el cadáver del desastroso
difunto Chávez es la fortaleza de Maduro, quien heredó un gobierno
irresponsable, pendenciero, belicoso, ofensivo, revolucionario
socialista-comunista, y quien basa su campaña en las mismas tesis desoladoras,
equivocadas y retaliativas de su líder comandante-camarada.
Un muerto que los rojos-rojitos no han
dejado descansar en paz (como él, en vida, tampoco nos dejó descansar en paz a
nosotros) y que ha sido objeto de romerías, traslados, procesiones, desfiles,
artistas cantando, visitas sin fin y abundantes maquillajes, para conservar
viva la estampa (algo desagradable por cierto) de quien supo despilfarrar la
fortuna del país en su enriquecimiento personal y en el mantenimiento de
millones de vagos que hoy reciben subsidios estatales por no trabajar.
Al paso que vamos, la campaña de Maduro
tendrá que hacerse en una carroza fúnebre para poder trasladar al verdadero
candidato hasta los sitios donde decida detenerse a leer el telepronter, que
tampoco ha aprendido a manejar. Será una campaña de exposición. ¡Sí! De
exposición del cadáver de Chávez.
Y de acuerdo con las últimas noticias
dichas por Maduro, todo parece indicar que Chávez no podrá ser embalsamado o momificado
y entonces la descomposición del cuerpo vendrá a hacer de las suyas. Aunque esa
descomposición corporal seguramente no será tan fatídica ni tan pestilente como
la descomposición social y moral que dejó en Venezuela.
Es una campaña curiosa, repito. ¡Pero
además ridícula! Oír a Maduro decir que es el hijo de Chávez, y que desde
ultratumba, fue el promotor que el nuevo Papa sea argentino “es aterrador”.
Pero más aterrador aún, resulta ver a los ministros, la cúpula militar, la
Presidenta del CNE, del TSJ y la Fiscal General de la República y un auditorio entero aplaudiendo esas
estupideces. Como aterrador es ver la imagen de los militares golpistas del 4
de febrero ante uno de los ataúdes de su camarada-compinche-aliado, volcados en
llanto y desconsolados por todo lo que significa perder el soporte de las más
perversas intrigas.
Pero, repito también: además de todo esto
ser curioso es peligrosísimo. Porque los desvaríos, las locuras, la insania y
los desafueros en cabeza de un candidato vayan y vengan. Pero esas mismas
circunstancias en cabeza de un presidente son el estopín de una bomba de
incalculables proporciones.
Y el riesgo que tiene Venezuela que Maduro
sea elegido presidente es muy alto pues, el candidato presidente tiene la
chequera estatal, la burocracia y los medios que le garantizan un alto porcentaje
del triunfo. Además, que esos millones de vagos subsidiados no querrán
prescindir de los dineros que el Estado irresponsable les entrega y harán hasta
lo imposible por conservar el estatus, así esto signifique la quiebra de
nuestro país.
De manera pues que todavía faltan unos días
más de este espectáculo circense en el que se ha convertido la campaña
presidencial Venezolana. Serán unos días en que tendremos que soportar la
verborrea de un Maduro más envalentonado, pero a la vez más absurdo, y una
Venezuela más radicalizada y dividida entre quienes queremos salvarla de este
caos Chávez-Terrorismo-Comunismo-Maduro y quienes pretenden seguir succionando
de la teta estatal así la pobreza crezca día a día. No al socialismo-comunismo
cubano y SI a la Democracia con plenas libertades.