EL HAMBRE ACABA CON VENEZOLANOS DESVALIDOS
Zenair Brito Caballero
El poder comer una vez por día es quizá el
mejor de los escenarios para las y los pobres venezolanos que viven en
condiciones de pobreza extrema. Las cifras son abrumadoras, según datos del
Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social en Venezuela
hay cerca de 18 millones de pobres.
Estudios realizados de la Pobreza en Venezuela por expertos investigadores de la
UCAB, definen a la pobreza alimentaria como "la incapacidad para obtener
una canasta básica alimentaria, aun si se hiciera uso de todo el ingreso
disponible en el hogar para comprar sólo los bienes de dicha canasta";
para los habitantes de municipios como San José de Tiznados en Guárico,
Los Rastrojos en Lara, Payita en Aragua,
Pueblos indígenas de la Goajira Venezolana, indígenas en la zona de Tucupita y
Amazonas, pueblos rurales de Guárico, Anzoátegui, Mérida, Maturín entre otros y
zonas rurales de todas las ciudades venezolanas, en la pobreza alimentaria se
define en una sola palabra: hambre.
Hace apenas transcurridos unos meses de la
pasada campaña electoral para la Presidencia de la República, el candidato
opositor que visitó pueblo por pueblo y se empapó de la realidad reinante.
Lanzó una propuesta si ganaba las elecciones, lo que llamo: Cruzada Nacional
contra el Hambre. Mucho se ha dicho en los últimos días y, si bien es innegable
que la lucha contra la pobreza es una aspiración fundamental y una profunda y
acrecentada deuda histórica con millones de connacionales, la realidad es que
el gobierno socialista-comunista en 14 años de mandato, ha dejado fuera a casi
500 municipios que viven en pobreza extrema, 300 de los mismos en dónde la
atención a esta problemática es urgente.
De ello, hay varios casos emblemáticos como
el de los municipios indígenas de la Goajira, de Tucupita y del Amazonas,
cuenta con poblaciones que viven en niveles infrahumanos de pobreza. La
comparación es obligatoria ya que ayuntamientos como los de Caracas, Valencia, Barquisimeto,
Maracay con índices cercanos al 14 por ciento sobre el mismo rubro, serían de
los primeros en beneficiarse por la ayuda de la Cruzada si apoyan a los rojos
rojitos.
En Caracas por ejemplo, dentro de la lista de
municipios en los que actuaría de manera inmediata el programa, están 23 de
enero Catia, Caricua y las Vegas, el primero con índice de pobreza alimentaria
del 31.5 por ciento, y el segundo con un orden del 15.7 por ciento.
En contraste están municipios como los del Junquito y los del Litoral con casi
47.4 por ciento de pobreza de este tipo o El Estado Miranda al norte del
Estado, con casi 39.4 puntos porcentuales de población en la misma condición de
hambruna; dichos territorios no han sido considerados prioritarios por el
gobierno socialista-comunista dentro de los parámetros de la Cruzada Nacional
contra el Hambre.
Al respecto de los cuestionamientos, muchas
asociaciones y ONG se ha pronunciado señalando que los criterios de selección
de los municipios se da con base a los indicadores proporcionados por este
organismo, mismos que son públicos y han servido en esta ocasión como fuente de
información para la redacción de este artículo y los cuales no coinciden con la
elección de una buena parte de los territorios que atacará esta cruzada.
La dinámica parece ser tristemente obvia, se
está dando mayor importancia a aquellos lugares donde el clientelismo rojito es
una realidad y donde hay mayores perspectivas políticas en un contexto
electoral en que en este 2013 habrá elecciones municipales en todos los estados
de la república
Lamentablemente este programa carece de una
visión de largo plazo, que coadyuve en la eliminación de la pobreza
alimentaria, no es integral porque no subsiste dentro de otros programas que
eliminen el origen de la misma, y está segmentado porque se dirige en gran
medida a aquellos sectores que ayudan a los chavistas a definir elecciones.
Aunado a ello el tema de los precios de garantía de la canasta básica así como
la seguridad alimentaria son temas de los que hay mucho que discutir como parte
de una verdadera política pública de combate a la pobreza y al hambre en
nuestro país.
Una verdadera política pública debe tener un
carácter universal, que atienda a su sector objetivo, teniendo metas y logros,
al corto y largo plazo. No podemos caer en la trampa con programas que,
financiados con dinero público, están destinados a cumplir tangencialmente con
sus lineamientos expresos mientras atienden de forma directa con compromisos
electorales
britozenair@gmail.com