viernes, 7 de septiembre de 2012

"DIME DE QUE PRESUMES... Y TE DIRÉ DE QUÉ CARECES"

"DIME DE QUE PRESUMES... Y TE DIRÉ DE QUÉ CARECES"
Zenair Brito Caballero 
 (britozenair@gmail.com)


La naturaleza del candidato-presidente socialista comunista no cambia: la doble moral, el desprecio infinito hacia las autoridades y a las instituciones y la idea,  que sólo él posee la verdad absoluta, han sido una constante en su vida. Ello no sería importante, si no estuviera obsesionado con ser -otra vez- "presidente Legítimo" de Venezuela  La biografía de quien se autonombra como una persona con tres principios fundamentales -no mentir, no traicionar y no robar- además de presumir su incorruptibilidad, no deja más remedio que pensar "Dime de que presumes... y te diré de qué careces".

A lo largo de su vida pública, el "teniente coronel" ha faltado a lo más elemental de la ética política: carece del sentido de la lealtad, es mentiroso, terco y contumaz. De su proclividad a la traición pueden atestiguar quienes lo impulsaron y lo protegieron en el pasado: como Luis Miquilena, García Ponce, Edmundo Chirinos, Luis Fuenmayor Toro, Ismael García, El Gato Briceño, Henry Falcón y hasta  su ex"Marisabel Rodríguez", son algunas de las víctimas de la volubilidad del obcecado comandante barinés.

A treinta días de las elecciones presidenciales, no asombra que  el teniente coronel muestre una vez más a su instinto de faltar a la verdad: rechaza todas las encuestas que no le favorecen y porque "de acuerdo con su personal encuesta" él encabeza la preferencia del voto. Con su acostumbrado cinismo, y su eterna mitomanía, insiste ante sus seguidores que, según "sus números, está adelante en la campaña, "voy creciendo y el Majunche va en picada".

Con esa repetitiva declaración sarcástica y burlona, se percibe que el teniente coronel vive en un mundo de fantasía, en el que descalifica a instituciones y personas -en especial a la MUD, A Alianza Popular, Hay un camino y a todos los partidos tradicionales y nuevos que se han sumado al camino del Progreso y - que se atreven a tener una visión contraria a la suya. Por algo es el "Mesías" de Sabaneta y de Venezuela.

En sus poquísimos recorridos por el territorio nacional subido en una carroza como si fuera carnaval rodeado de los genuflexos ministros del Gabinete, proclama anticipadamente su triunfo por varios puntos de ventaja sobre su adversario Henrique Capriles Radonski -declaración muy similar a la de todas las campañas del PSUV- que pronostican, desde ahora, que las hordas rojas-rojitas repetirán las acciones de "resistencia civil pacífica" de todas las elecciones.

A todos sus seguidores, el teniente coronel les hace creer, que "ya tiene la victoria electoral en el morral", y las autoridades deben reconocer su "triunfo"; ante una posible derrota, de alguna manera anticipa las reacciones de sus seguidores que convertirán las principales calles y avenidas de la Ciudades venezolanas en campamentos para el cultivo de rencor, pero ahora acompañados de connatos de violencia en rechazo del supuesto "fraude".El reclamo de un "triunfo" no conseguido en las urnas, pero con la cantaleta de la existencia que le robaron la elección, sólo existe en la mente del comandante. Será una copia de lo ocurrido en el Referéndum, cuando perdió en aquella pretendida reforma para proclamarse con perpetuidad en el poder.

La actual estrategia del candidato de la llamada "izquierda socialista-comunista", es la de adelantar su "triunfo" y ante una nueva frustración, desconocerá el resultado oficial y repetirá la consigna "voto por voto y casilla por casilla". Volverá a "mandar al diablo" a la MUD  y a todas las empresas que hacen encuestas, para asumirse "despojado de la Presidencia de Venezuela".

El teniente coronel se considera un ser dotado de poderes transformadores, es un "iluminado", casi puede repetir la consigna bíblica "yo soy el camino, la verdad y la vida", quien además sabe como "salvar al pueblo, como serenar a la nación con abrazos no con balaceras". Convertirá a la nación en un edén, como la Cuba de Fidel Castro. El actual "candidato-presidente", dice tener la fórmula mágica para conducir a la nación hacia un mundo de felicidad, lo que no hizo en 14 años de gestión.

Su insania es de clínica; promete utopías que ofrece y promete pero no ha cumplido, ni cumple, ni cumplirá. Todo un caso de análisis mental. En suma, si no "gana" la elección presidencial del próximo 7 de octubre, el comandante quizás acepte la derrota u organice un conflicto con sus seguidores en contra del nuevo gobierno, no obstante que se ha comprometido a firmar un pacto de civilidad, del que -como es su costumbre- no hará mucho caso.

¿El ex amoroso de los humildes y besa viejitas y niños en las cadenas, cumplirá su amenaza de exacerbar su "revolución socialista-comunista"? ¿Quién podrá contener a las hordas del teniente coronel, que han sido azuzadas desde hace casi 14 años? ¿Seguirá la campaña de odio y de insultos por las redes sociales a quienes no simpatizan con el comandante?

Los "intelectuales" incondicionales del teniente coronel, ¿buscarán artimañas legales para tratar de anular las elecciones presidenciales? ¿Derivará en violencia lo anunciado en un escenario de crisis post electoral? La mano que mece la cuna ¿es la de Diosdado Cabello, o la de Elías Jagua o la de Nicolás Maduro? Esperemos el 8 de Octubre donde derrotaremos con votos al sátrapa y enrumbados al camino del PROGRESO.

“EL AGOTAMIENTO DE LOS GOBIERNOS FARSANTES”


“EL AGOTAMIENTO DE LOS GOBIERNOS FARSANTES”
ZENAIR BRITO CABALLERO 

(britozenair@gmail.com)

A finales de la década de los 70 y a partir de los 80 del siglo pasado, "teniendo como telón de fondo" los procesos democráticos que vivió la Europa meridional y América Latina, muchos estudiosos de las ciencias sociales comenzaron a cuestionarse sobre los problemas modernos de la democracia, en especial su vinculación con los regímenes políticos y la relación institucional entre el Estado y la sociedad civil.
Por lo que se refiere al desarrollo de los gobiernos en América Latina, el presidencialismo es la institución que, en este contexto, se ha analizado para poder conocer las causas de la fragilidad democrática (o si se quiere crisis democrática) que viven los países de la región.
El sistema presidencialista es la forma de organización política preponderante en la región y el origen de todos sus males. De acuerdo con muchos autores, las rigideces propias del régimen presidencial tales como la tendencia a la concentración del poder, la ausencia de un poder moderador, la naturaleza de ganador único en las elecciones con la posible consecuencia de estancamiento en la relación entre el Ejecutivo, el Legislativo. El Judicial y el Moral (juego de suma cero) y el potencial polarizador de dichas elecciones, inducen a estos regímenes a vivir en permanente conflicto e inestabilidad.
De ahí que hayan planteado como el mejor medio para combatir estas dificultades, el hacer avanzar los regímenes presidencialistas hacia sistemas semipresidenciales que incentiven la conformación de mayorías que puedan hacer cumplir los programas de Gobierno, que doten de una mayor capacidad para gobernar en el marco de un sistema multipartidista, que generen una menor propensión a que los Ejecutivos gobiernen dentro de los límites de La Constitución y otorguen mayores facilidades para destituir al jefe de un Ejecutivo que actúe en contra de la misma o de los intereses de la población.
No obstante, no todo el problema vinculado con las crisis latinoamericanas está en las deficiencias del diseño institucional que desincentivan la cooperación y obstaculizan la suscripción de compromisos y pactos de carácter consociativos necesarios en todo proceso de transición a la democracia.
El otro gran factor que ha detonado la mayoría de las crisis gubernamentales en América Latina ha sido la imposibilidad de los Gobiernos de resolver las añejas y nuevas carencias sociales que afectan a su población, así como de reducir las cada vez más preocupantes desigualdades, la miseria y la pobreza. De acabar con la guerra de clases y de generar nuevas oportunidades para sus ciudadanos. En fin, consolidar un Estado social de Derecho capaz de producir a la vez crecimiento económico y bienestar social.
El hastío y la desilusión ante gobiernos mentirosos y farsantes, por la carencia de representatividad y de soluciones viables a los problemas de la sociedad es tal, que los ciudadanos han comenzado a ensayar nuevas opciones (Populismos, demagogias, democracias plebiscitarias, control popular sin intercesión institucional, poderes fácticos vs Poderes legales, etc.) que han puesto en riesgo ya la estabilidad interna de varios países y podrían poner en peligro incluso a la región y al continente entero.
Nuestro país  tiene que aprender de las lecciones de la historia y evitar caer en propuestas populistas y demagógicas  socialistas-comunistas que ya lleva 14 años, como medio para enfrentar la pauperización y las desigualdades que castigan a nuestro pueblo. Venezuela ha perdido en casi 14 años de régimen revolucionario la oportunidad de adecuar las instituciones nacionales a la nueva realidad política de la nación y de consolidar la democracia social para poner fin a los rezagos en la materia. En 14 años, no se ha podido concretar ninguna reforma importante y los programas sociales que ha venido aplicando no son más que la continuidad de los programas de la administración anterior pero con otros nombres como las llamadas misiones, que ya mostraron sus límites.
Para el gran cambio fundacional es necesario que se tome en cuenta este enorme reto y nos ofrezcan propuestas concretas y verdaderas orientadas a fortalecer nuestra institucionalidad y asegurar un desarrollo social más equitativo. Hay un camino para este cambio EL DEL PROGRESO.