“SI LADRAN SANCHO ES PORQUE
CABALGAMOS”
Zenair Brito Caballero
Zenair Brito Caballero
Es frecuente acudir a la conocida
sentencia: “Si ladran es porque cabalgamos” cuando nuestras acciones relevantes
dejan huellas y nuestros detractores nos ladran como una manera de acallarnos,
de acorralarnos, de perseguirnos como lo hacen los revolucionarios con los
opositores a su gobierno comunista.
Vale aclarar que esa expresión que
se le ha adjudicado a Cervantes en boca de Don Quijote, no aparece en ninguna
de las páginas de su libro, porque su autor es Goethe, sí, el que sólo se conoce
por Fausto, su obra cumbre, en su poema El Labrador, donde dice: “Vanos
ladridos ahogados por el viento / cabalgamos por el mundo en busca de fortuna y
de placeres / Mas siempre atrás nos ladran / ladran con fuerza, / pero sus
estridentes ladridos / sólo son señal de que cabalgamos…”.
En la primera mitad del siglo XX, en
España se usó la expresión y se le agregó el nombre de Sancho y la acomodaron:
“Si ladran, Sancho, es porque cabalgamos”, se hizo común y hoy le pasa como a
la sentencia “Ayúdate, que yo te ayudaré” que para los que la usan está en la
Biblia y no es así, no aparece en el libro sagrado ni la dijo Dios.
Hecha esta aclaratoria, que no está
de más, quiero utilizar esa socorrida frase de Johann Wolfgang Goethe para los
que constantemente se aponen a las acciones que sólo tienen un noble interés, y
no hacen más que ladrar, porque son personas que sienten el roer de la
envidia o del odio ante el logro, el accionar, el buen obrar de los demás, odio
y envidia que no son más que ladridos de impotencia porque sólo se hacen
notar rechazando todo, oponiéndose por oponerse o ladran a falta de argumentos
contundentes.
En nuestra Venezuela es muy común el
concierto de ladridos de perros chandosos que estropean acciones, obras,
decisiones que pueden ser redenciones para muchos problemas, pero no las pueden
aceptar porque hay sentimientos turbios ya sea por disputas familiares o
políticas que los llevan a oponerse al que se destaca o propone algo en
beneficio de la comunidad.
Esta vez me refiero a la lucha
constante de los estudiantes opositores al gobierno socialista-comunista a
favor de una educación democrática y plural, un mejor presupuesto para las
universidades públicas venezolanas no afectas a la ideología gubernamental y a
la guerra sucia que se le hace a nuestra UCV ¡cuánta urticaria provoca en los
jerarcas gubernamentales!, y muchos más ladridos roncos de perros sin
pedigrí.
Pues bien, nuestros muchachos y el
grupo Rectoral de la UCV, han protestado el ensañamiento del gobierno contra la
Alma Mater porque “cabalgan” los que deben ser, los llenos de afecto por la
universidad, porque no necesitan un bus o un trago de licor o una promesa que
no se cumple, para movilizarse.
Plantearon el problema de
inseguridad, de un mejor presupuesto universitario
para el aumento a los profesores, empleados y obreros, para el aumento de becas
a los estudiantes, mejoría de los comedores, del transporte y mas presupuesto
para la investigación y la extensión y están seguros que su presencia es importante.
Y la protesta de estudiantes,
profesores y grupo Rectoral de la UCV es el comienzo de un trabajo permanente
por la paz, por la tranquilidad, que lo seguiremos con escritos de opinión, con
todo lo que imprima beneficio para encontrar la serenidad de un pueblo que por
sus arraigos de mansedumbre, se merece una mejor vida.
Aun sigue la protesta de estos dignos estudiantes y profesores ucevistas
en contra de grupos subversivos que han dañado nuestra Alma Mater, que quieren
salir de esta Venezuela desbancada para obtener los beneficios presupuestarios.
Es seguro que a los ladradores o detractores del
gobierno socialista-comunista les serviría participar en todos los actos democráticos de la universidad, para que
conjuren el negativismo y el ardor que sienten ante lo que ellos no pueden
manejar.
Únanse a una educación democrática, al
camino hacia el progreso, ya verán que bien se sienten, se les alivianará el
alma aunque sea por un ratito. Andrea Alciato escritor italiano del siglo XIV,
escribió: “Para el perro, es la luna un gran espejo; /Ve su reflejo
creyéndolo otro perro, /Vanos ladridos ahogados por el viento. /La luna
sorda, prosigue su camino”. Y no más, sólo
hago votos para que los ladradores, al final, no se conviertan en solitarios
aulladores a una luna indiferente y que triunfe la democracia y la paz en la
UCV” Amanecerá y Veremos”.