domingo, 22 de julio de 2012

ZENAIR BRITO CABALLERO, LOS JÓVENES Y EL CAMINO HACIA EL PROGRESO


LOS JÓVENES Y EL CAMINO HACIA EL PROGRESO
Zenair Brito Caballero 
(britozenair@gmail.com)



Es la fortaleza y la inteligencia de los jóvenes venezolanos lo que puede transformar al país. Emociona ver el despertar de su conciencia política, sus ganas de construir una Venezuela diferente. Cada vez están más organizados y construyen colectivamente una visión de Nación por la cual están dispuestos a luchar. Presenciamos un renacer político del 2012.

Emociona su decisión de no ser "convidados de piedra" y el valor con que dan la cara y rechazan el anonimato. Muestran sus credenciales en un acto simbólico que los afirma como participantes y como ciudadanos. Están saliendo a las calles, inundando plazas y jardines, con esa convicción de cambio, un cambio de fondo y no sólo un cambio de personas

Están tejiendo una gran cadena humana, que inició con la expropiación de RCTV ya hace 5 años, ha seguido en muchas universidades públicas y privadas a lo largo del país: y todos están montados en el autobús del PROGRESO  Quieren una democracia con calidad, en la cual se garantice cabalmente el derecho a la información y se refleje la pluralidad que somos y que nos enriquece como Nación

Los jóvenes tienen un diagnóstico sobre los problemas que enfrenta el país y sobre lo que tendríamos que hacer para cambiarlo. Me sorprende su claridad y su determinación por luchar, aun cuando parezca una nueva versión de Caín y Abel. Su demanda principal es la apertura, la inclusión y están definitivamente en contra de las imposiciones y las simulaciones. Están por que se garantice aquí y ahora el derecho de todos a estudiar; su derecho a tener seguridad y a vivir en paz y alegría; a tener futuro con empleos de calidad. En marchas, mítines y asambleas reclaman su derecho a la esperanza

Simpatizo con estos estudiantes y comparto su pasión por un cambio verdadero y pronto. Su sentido de urgencia genera optimismo y la certeza de que Venezuela sí tiene futuro. Me identifico con su movimiento porque yo misma empecé a participar escribiendo  en los diarios regionales de muchas ciudades venezolanas siendo profesora Titular Universitaria, indignándome por la dolorosa desigualdad, marchando junto a miles de ciudadanos contra los fraudes electorales y contra los intentos una y otra y otra vez de imponer en Venezuela una sola visión y aplastar la diversidad política

Desde muy joven asumí un compromiso social que mantengo y mantendré toda mi vida. Por eso sé que estos jóvenes cambiarán al país. Así como en 1958 se gestó la transición democrática, en el 2012 se incuba un cambio que, estoy convencida, dará un rostro progresista a Venezuela con un Presidente joven y demócrata a la cabeza.
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Una de las principales exigencias de los jóvenes está en la diversificación de los contenidos de los medios, especialmente la televisión, y por ello han pedido que se normen las cadenas presidenciales, donde el candidato-presidente las utiliza para promocionar una obra de gobierno de 14 años que no se ve por ninguna parte Ojala sea un triunfo para los jóvenes y un adelanto para promover el voto informado.

Su movimiento ha recibido críticas del gobierno y de sus seguidores socialistas-comunistas, y creo que la mayoría se centran en el tono de sus exigencias. A algunos les molesta que los jóvenes alcen la voz cuando, desde mi perspectiva, lo que necesitamos para darle un nuevo impulso a la transición democrática es precisamente que más ciudadanos y ciudadanas exijan, demanden, pregunten y se involucren en la cosa pública -la "red publica"-.

Algunos analistas se preguntaban por qué, si en otros países se daba el despertar colectivo de la juventud, en el nuestro aún no se había manifestado. 

Pues bien, el autobús del PROGRESO ha llegado. Los jóvenes están irritados y tienen razón: los que gobiernan y los adultos les deben mucho. Ellos quieren -y Venezuela necesita- un cambio verdadero. Un cambio que garantice igualdad, que garantice todos los derechos para todas y para todos; que garantice empleo y seguridad, que garantice una Nación libertaria, justa y progresista.