¿QUÉ
IRÁ A PASAR EN VENEZUELA DESPUÉS DEL 14 DE ABRIL?
Zenair
Brito Caballero
Mundialmente ha causado conmoción la muerte de
Hugo Chávez, quien, obedeciendo directrices de Fidel Castro y de su hermano
Raúl, cambió durante 14 años el sistema de gobierno y, virtualmente, todo el
contexto de Venezuela. Castro sigue siendo, tras bastidores, el dictador que
maneja dócilmente, a su hermano Raúl como su marioneta presidencial.
El comandante socialista-comunista, mantuvo un
discurso ofensivo, provocativo, injurioso y amenazante contra lo que
llamaba “imperialismo”. Histéricamente vociferaba diciendo que el
“imperio” debería desaparecer del mapa, lo que también pretenden sus aliados
políticos como Bolivia, Ecuador, Nicaragua, Irán y más de algún otro país
involucrado en una conspiración antiestadounidense.
El teniente-coronel se fue al mundo del silencio y
de las sombras sin haber declarado o explicado nunca en qué consistía el Estado
Socialista del Siglo XXI que anunciaba. El
debatido personaje que en vida se erigió en “dictador democrático”, como dicen
sus apologistas; tuvo hechos positivos y, asimismo, muchos
negativos.
Estimo pertinente dar motivo a una pregunta: ¿Cuál
será el curso que seguirá lo político-ideológico de nuestra patria llamada por el chavismo
Bolivariana, ahora que Chávez ha comenzado a descansar inmerso en el sueño de
la eternidad?
Ha llamado la atención el hecho, que no bien habían
principiado los homenajes póstumos, el viceministro en funciones del régimen
“chavista”, Nicolás Maduro, apresuradamente corrió a ponerse de pecho a espalda
la banda tricolor presidencial... Ni lerdo ni perezoso, ¿noooooooo?
Hay comentaristas que están externando opiniones
sobre si Maduro está en el “trono” con todas las de ley o si ha conculcado la
ley, sobre todo los específicos y claros preceptos constitucionales. En el
ambiente nacional e internacional deambulan muchas sombras de duda al respecto.
Destacados expertos constitucionalistas opinan que
no puede ser presidente, y hacen razonamientos justificativos. Indudablemente, la herencia de
Chávez para el nuevo mandamás que surja es grande, y quién sabe si podrá
lograr importantes realizaciones en beneficio de un pueblo que, al menos
al presente, se encuentra sin disfrutar las supuestas bondades de la llamada
“dictadura democrática”…
Maduro debería comenzar por dejar de lado el pito
de la demagogia, de la manipulación de las emociones de los humildes, de
ofrecerles mentiras que no va a cumplir como su antecesor y de la oratoria
violenta, estridente, chillona, estrepitosa que caracterizó a su
desaparecido predecesor.
Si en las elecciones le suena el flautín,
debe eliminar la galopante corrupción, restituir la libertad de expresión,
porque Chávez puso “¡show!” a la prensa y a la televisión independiente; además,
debe tratar con respeto a los países democráticos para no afrontar problemas
que pueden debilitar más, aún, las relaciones con los países del mundo en el
que se respiran aires vivificantes, no asfixiantes como los de Venezuela…
Henrique Capriles, aspirante presidencial de la
Unidad democrática, ¡podrá ser ¡un hueso duro para Maduro!!! Es un joven,
inteligente, con cualidades de ser un buen orador, gran político, ha sido
alcalde, gobernador y Presidente de la Cámara de Diputados del extinto Congreso
Nacional, además de derrotar 2 veces en la Gobernación de Miranda a Elías Jagua
y a Diosdado Cabello. Casi se le apareó a Chávez en las urnas el pasado 7 de
octubre de 2012. Las
directrices castristas que obedeció Chávez a introducir reformas a la usanza soviética
en sus dominios, merecieron total rechazo en lo nacional e internacional.
Se trataba de lesionar los intereses y derechos de
la gente representativa de la vida activa y productiva. Decepcionados y enardecidos,
alzaron vuelo medio millón de empresarios y miles de víctimas de la expropiación
de tierras.
Nadie más que los venezolanos debemos meter hocicos
y narices en los asuntos soberanos de Venezuela. Permitir intromisiones
extrañas como lo están haciendo con Cuba, hasta cantando el himno y enarbolando
la bandera junto a la venezolana es reprobable, censurable y antipatriótico.
El claudicante y apátrida puede caer como fruta
pasada de madura…
Así, pues, Nicolás Maduro u otros que en lo venidero hayan de empuñar las riendas del poder en nuestra Venezuela, deben gobernar con los mejores propósitos apuntando a la diana del éxito de un país que, hace siglos, sufrió los zarpazos del colonialismo rapaz, causante de espantosas masacres, que sólo terminó por las acciones heroicas que patrióticamente realizó Simón Bolívar y un grupo de verdaderos patriotas, cuya egregia figura exhiben por aquí y por allá, demagógica y taimadamente; lo mismo que la de José Martí los Castro en la Cuba comunista, y Daniel Ortega la de Augusto César Sandino en Nicaragua. Por ello, NO al socialismo-comunismo-cubano y SI a la Venezuela democrática que nos conduzca a la paz y al desarrollo de Venezuela.
Así, pues, Nicolás Maduro u otros que en lo venidero hayan de empuñar las riendas del poder en nuestra Venezuela, deben gobernar con los mejores propósitos apuntando a la diana del éxito de un país que, hace siglos, sufrió los zarpazos del colonialismo rapaz, causante de espantosas masacres, que sólo terminó por las acciones heroicas que patrióticamente realizó Simón Bolívar y un grupo de verdaderos patriotas, cuya egregia figura exhiben por aquí y por allá, demagógica y taimadamente; lo mismo que la de José Martí los Castro en la Cuba comunista, y Daniel Ortega la de Augusto César Sandino en Nicaragua. Por ello, NO al socialismo-comunismo-cubano y SI a la Venezuela democrática que nos conduzca a la paz y al desarrollo de Venezuela.