jueves, 30 de agosto de 2012

“HIPOCONDRÌA ESPIRITUAL O DERROTA PERMANENTE”


“HIPOCONDRÌA ESPIRITUAL O DERROTA PERMANENTE”
Zenair Brito Caballero 
(britozenair@gmail.com)


¿Está enfermo por la crisis? ¿Se la pasa lamentándose de la suerte que tiene y protesta por todo?: porque no hay plata, porque llueve, porque la novia lo dejó, porque no se halla, en fin…Por cualquier tontería llora, la comida le cae mal, no duerme, se vuelve irascible y piensa cosas sin sentido. Asume el más detestable de todos los roles: el de ‘pobrecito yo’. Es el ‘quejón’, el amargado, el aburrido, ese que jamás le encuentra el rumbo a su mundo. ¿Conoce a alguien así?
Es fácil de identificar: se le ve triste, desanimado, casi depresivo. Vive cansado, no se concentra en nada y hasta piensa en morir. Lo peor es que en ese afán de buscar consuelo, el ‘pobre ser humano’ termina refugiado en la lástima que le ofrecen los demás.
Es más, se atreve a decir que Dios lo abandonó y, por supuesto, le vive echando la culpa a Él de todo lo que le sucede. De alguna forma y en esta época en la que el mundo entero habla de crisis, todos podríamos llegar a ser unos “pacientes espirituales”.
Los problemas de plata, el desamor, los quebrantos de salud y las angustias del día a día terminan enfermándonos el alma. Si eso le ocurre, usted puede estar sujeto a dos salidas viables. Primera: ir al médico de tal forma que pueda recibir un diagnóstico y un tratamiento. ¡No! no es que esté loco; es que necesita ayuda profesional.
Segunda: descansar en Dios. Porque debe saber que no está solo. Sí, sin siquiera notarlo, cuenta con la intervención de alguien que desde arriba lo acompaña, cualquiera sea el momento por el que esté atravesando. Usted puede sentirse hundido y hasta creer que no vale nada. Pero no es así. Por muy oscura que sea la noche, al fin amanece y de todas formas, en las tinieblas o en la claridad, Dios escucha al que padece.
Además de tener fe, si estamos depresivos y buscamos a Dios, finalmente evitamos un mal muy común en estas épocas, que hemos decidido bautizar así: “hipocondría espiritual”. Ojo: experimentar esa sensación no es que sea un delito, ni mucho menos un pecado. ¡Ni más faltaba! Lo grave es no hacer nada para salir de esa situación de derrota permanente.
Mejor dicho: no pierda tiempo, deje de protestar por su vida y póngase a trabajar ya. ¡Actuar siempre será bueno! De ahora en adelante, cuando crea que usted es un ‘pobrecito’, lo mejor será buscar la mejor cápsula y la más efectiva receta que doctor alguno le podrá recomendar: ¡Dios!
LISTA de Consejos espirituales: le conviene dejar de aburrirse por todo lo que le ocurre. Lamentarse no resuelve su situación. Además, si usted asume el papel de “quejador”, las personas que lo rodean se fastidiarán y terminará aburriéndolas.
Siga las siguientes recomendaciones para que el mundo no le parezca tan “desabrido”: 1. No envidie a nadie. 2. Vaya a su trabajo con entusiasmo. 3. Evite pensar en cosas desagradables. 4. Si encuentra alguien en su camino, salúdelo siempre sonriendo. 5. Jamás juzgue a una persona por su aspecto. 6. No comente sus problemas con extraños. 7. No les demuestre a los demás lo que usted no es en realidad. ¿Para qué aparentar? 8. Enfrente las situaciones que le ponga la vida con fuerza y valentía. 9. Realícese en su hogar y disfrútelo. 10. Agradezca siempre a Dios por lo que tiene.
¡Decídase! Desde hace mucho tiempo usted está postergando la solución de su problema. Es hora de “tomar el toro por los cachos”. Use de manera racional su buen sentido para resolver su problema, pero sin precipitación alguna. Permanezca en silencio y pida ayuda divina. Una voz muy clara y límpida le señalará el camino a seguir.
Aprenda a escuchar la voz que existe en su interior. Ella tiene las soluciones para todos sus problemas. Y una vez decidido, siga el rumbo aconsejable: ¡camine hacia adelante! Lo siguiente fue dicho alguna vez por Albert Einstein: “No pretendamos que las cosas cambien, si siempre hacemos lo mismo. La crisis es la mejor bendición que puede sucedernos porque la crisis trae progresos. La creatividad nace de la angustia como el día nace de la noche oscura”.
Es en la crisis que nace la inventiva. Quien supera la crisis se supera a sí mismo sin quedar superado. Quien atribuye a la crisis sus fracasos y sus penurias, violenta su propio talento y respeta más a los problemas que a las soluciones. La verdadera crisis es la “crisis de la incompetencia”. Es en la crisis donde aflora lo mejor de cada uno, porque en crisis todo viento es caricia. Hablar de crisis es promoverla, y callar en la crisis es exaltar el conformismo. En vez de esto trabajemos duro. Acabemos de una vez con la crisis amenazadora, que es la tragedia de no querer luchar por superarla

¡A PARTIR DE HOY DECÌDASE A CAMBIAR!


¡A PARTIR DE HOY DECÌDASE A CAMBIAR!
Zenair Brito Caballero 
(britozenair@gmail.com)

He decidido por un tiempo no escribir de política, porque estoy asqueada, desagradada y estresada de tanta mentira y falsedad del comandante y sus compinches en esta campaña electoral. Prefiero escribir lo que me gusta y está relacionado con mi profesión, y quizás pueda ayudar con ello a quienes me siguen amablemente leyendo mis artículos, a mejorar su autoestima y su crisis existencial Y hoy empezaré con unas preguntas que siempre me hago a mi misma
¿Quién no soñó alguna vez con luchar por la justicia social, la igualdad de oportunidades y el respeto entre las personas? ¿Quién no dijo?: "¿Por qué...? esto no debería ser así". ¿Quién no quiere vivir en un mundo mejor? ¿Quieres cambiar al mundo? ¡Tú puedes hacerlo! Comienza cambiándote a ti mismo. Luego, podrás influenciar en otras personas a tu alrededor. Al hacerlo, no sólo comenzarás a instalar en ellos algo positivo y beneficioso, sino que además, encontrarás una inagotable fuente de motivación y energía.
Comienza modificando el significado que le das a los eventos y sucesos a tu alrededor. Entiende que nada en la vida tiene significado en sí, sino que somos nosotros quienes determinamos qué es bueno y qué es malo, qué es positivo y qué es negativo. Aprende a encontrar qué hay de bueno y de beneficioso en lo que te sucede. Cuando lo hagas, comenzarás a experimentar mayor felicidad que la que imaginas posible.
¿Sabes? No es que el mundo a nuestro alrededor no sea lo suficientemente rico como para que experimentemos placer y felicidad a cada momento. Es solamente nuestra percepción del mundo quien no lo es. Por lo cual, está en cada uno de nosotros la tarea de enriquecer dicha percepción.
¿Existe maldad y la injusticia? Por supuesto que sí. Pero también existe el bien, el amor, la compasión y la esperanza. ¿Existe gente que sólo se preocupa por aprovecharse y tomar ventaja de otros? Obvio que sí. Pero también existen millones de personas, como tú, como yo, que incansablemente luchan por convertir a este maravilloso mundo en el que vivimos en un lugar cada vez mejor.
No es necesario que hagas trabajos comunitarios. No es necesario que ayudes a personas pobres. No es necesario que dones tu tiempo y esfuerzo. Si decides hacerlo, mejor aun, pero si sólo comienzas a influenciar positivamente en los seres a tu alrededor, en tu pareja, en tus hijos y en tus amigos, entonces sentirás que estás haciendo tu parte en esta importante misión. Demuéstrales, a través de tus acciones, cuál es el camino a seguir.
Demuéstrales que el amor, el respeto y la solidaridad, son parte del otro lado de la moneda (el lado que lamentablemente muy pocas veces percibimos). Demuéstrales que el secreto para vivir una vida feliz y plena, no está en adquirir más y más cosas materiales, ni en volverse inmune e indiferente a la maldad y la injusticia. El secreto está en saber apreciar y valorar todo lo bueno que tenemos a nuestro alcance: nuestra familia y amigos, la frágil naturaleza que hace posible nuestra enigmática existencia, la motivación interior que nos brinda la esperanza de vivir un futuro mejor. Demuéstrales que el secreto está en cambiarse a sí mismos, tal, como estoy segura, tú también acabas de hacerlo. 

Si te gustó, me alegro mucho por ti y por mí porque no he escrito este artículo en vano