“DIA DE LA AMISTAD”
Zenair Brito Caballero
En estos tiempos cibernéticos donde
prevalece lo virtual, los seres humanos necesitamos vincularnos con personas
reales cercanas para mantener cuerpo y mente saludables.
Por eso las individuos que están solos,
o quienes se sienten así aunque estén rodeados de multitudes, tienen más
posibilidades de sufrir depresión, ansiedad, angustia, desórdenes en su
alimentación y deterioro de su memoria, su personalidad y su cerebro. Creo que
los efectos físicos y sicológicos de tener buenos amigos son los mejores
aliados del bienestar y la salud.
Tener la posibilidad de hablar y de
compartir con otras personas facilita la vida, hace que uno se sienta mejor consigo
mismo, con sus quehaceres, con su cuerpo y con el entorno que lo rodea.
La soledad interior, hace que una
persona se sienta triste y con más posibilidades de depresión, con mayor
tendencia al abuso del alcohol, el cigarrillo y otras drogas, por la necesidad
de llenar los vacíos que deja no contar con nadie con quien hablar, consultar;
una oreja que te escuche y en lo posible, que te haga reír, la mejor terapia, y
es gratis.
Los vínculos sociales sostienen las
reservas de conocimientos de nuestro cerebro, porque los amigos nos hacen
recordar, ejercitar nuestra memoria y nuestras habilidades sociales e
intelectuales, que son parte de la cultura y del conocimiento que hemos
adquirido en la vida, y que de lo contrario poco a poco van quedando olvidadas y
marchitas en la vida del solitario.
Hay encuentros que nos nutren ¿Nunca
se han preguntado por qué los seres humanos siempre se reúnen a las horas de
las comidas, y sienten placer en compartirlas? Es la necesidad social de tener
un tiempo para compartir, socializar, hacer comentarios, contar lo que nos ha
sucedido a lo largo del día y eso divierte y hace bien.
Eso hace que lo principal no sea la
comida la protagonista, porque el motivo de la reunión es el afecto, el cariño,
el compartir esa parte de nuestra vida. Y eso es muy importante, porque las
personas en soledad tienen más predisposición a comer desordenadamente o por el
contrario, a dejar de comer sanamente para pasar a consumir chatarra.
Los amigos verdaderos son el mayor
valor que puede poseer una persona y por eso hay que cuidarlos, frecuentarlos,
preocuparnos por ellos y no tener dudas de plantearles nuestros problemas,
porque eso es la vida, algo para compartir. La calidad y la profundidad de esos
vínculos son factores cruciales para el bienestar, sabiendo además que también
a ellos los favorecemos con nuestra dedicación.
Para cultivar la amistad hay que tener
la capacidad de poder ponerse en el lugar del otro, ser empático como lo señaló
Carl Rogers. También sucede eso en una sociedad: para que funcione y perdure en
el tiempo, cada socio tiene que pensar en el beneficio del otro antes que en el
suyo propio y así, esa sociedad podrá durar por siempre.
Hoy a los adolescentes y a los jóvenes
les cuesta mucho compartir y hablar, por eso buscan otros estímulos como las
redes sociales cibernéticas, el chateo con quienes no saben quiénes o qué son
los que se comunican con ellos.
En la amistad, el cariño fluye sin
buscar ninguna compensación y en esa falta de interés en recibir nada, reside
su mayor valor. Es que en la vida necesitamos de los afectos profundos para
vivir mejor. A los amigos a quienes no he visto en años o meses y a los amigos
virtuales, que siguen y sigo mi cuenta de Twitter, desearles hoy buen día de la
Amistad y a todos sin excepción presente y ausente, de corazón: FELIZ DIA DEL
AMOR Y LA AMISTAD… con mayúscula.