“UN PUEBLO QUE ELIGE CORRUPTOS NO ES VÍCTIMA ES CÓMPLICE DE LA CORRUPCIÓN “
Zenair Brito Caballero
Seguridad y orden
constitucional son indispensables en un país que aspire a un sólido desarrollo
humano. Y en una administración pública, esta debe ser su principal razón al
operar. Vivir honestamente, no daña al otro y dar cada quien lo que le
corresponde” son principios en los que se basa el justo derecho.
Desafortunadamente el
panorama electoral venezolano para las elecciones municipales del 8 de
diciembre y las ofertas de sus candidatos no aportan interés en consolidar
acuerdos en ello. Esto a causa, del principal responsable como es la
partidocracia la cual propicia un Estado corruptor y codicioso,
secuestrado por fuerzas antidemocráticas socialistas-comunistas que con su
actuar demencial da lugar a un entorno raquítico éticamente y devora el
país lentamente a todo nivel y nos ofrece un futuro cada vez más sombrío y
apagado.
La impunidad, se hace
cada vez más presente y que al parecer no se tiene interés en afrontar. Las
ideas novedosas han sido desplazadas por quimeras que especulan de la
mano del clientelismo alejando con ello las demandas legítimas de los sectores
dinamizadores que integran la sociedad.
Basta ver la resistencia
constante en ser transparentes en las cuentas y manejos de las instituciones
estatales, aprobaciones trasnochadas de presupuestos los que nunca suplen
el canibalismo y la coima burocracia, acción incoherente en no aceptar mandatos
al apegarse a la ley como todo ciudadano.
Un ejemplo de ello, es la
Asamblea Nacional, El Tribunal supremo de justicia, la Contraloría, etc.; pero
¿qué decir del resto? En el Sistema Judicial o la misma Presidencia de la
República; cuyos estados contables son un verdadero bunker por su total
inaccesibilidad, y el irracional presupuesto parlamentario.
El resultado nefasto y
perverso de todo este actuar político refuerza la percepción ciudadana hacia
sus elegidos, quienes administran la hacienda pública como Cartel en el que
crean condiciones deprimentes que lo único que generan es enriquecimiento
ilícito todo por esa ansiedad por hacer dinero fácil y como sea . De ahí el
nulo interés de la juventud por estas temáticas. Por ello, insisto que la
sumatoria negativa de lo que se vive hoy día no fortalece la disposición de
petición que se intente realizar en un mañana cercano para crear políticas
públicas, por parte de los ganadores de las próximas elecciones municipales.
A esto se suma la
ausencia de seguridad para garantizar un resultado honesto y franco por parte
del CNE que ha demostrado no ser un poder independiente, sino un brazo ejecutor
de las decisiones del Ejecutivo. La credibilidad de un funcionario se basa por
su conducta y no por un finiquito. Y en un candidato a ser Alcalde o concejal con
mayor énfasis, pero algunos presumen que un papel con membrete les
garantiza “Honradez notoria “.
La ausencia de respeto
jurídico hacia los contribuyentes propicia un vacio evidente de la debilidad
institucional, y es difícil creer que se actuará de forma independiente y
eficiente en la lucha contra los males que aquejan la nación.
Esta situación demanda no
solo un mayor grado de exigencia por parte de la ciudadanía, que se reduce a
cuestionamientos desde espacios virtuales, la sociedad debe pasar de la comodidad
del dispositivo móvil a la acción real, abran los ojos despójense de el temor.
Pregunto: ¿Si el miedo es
algo que todo ser vivo siente, quién es más valiente? ¿el que no lo
muestra y no lo afronta o el que lo afronta pero si lo muestra?
¿Hasta cuando la
ciudadanía venezolana asumirá la responsabilidad de ser parte de la solución de
la problemática social que se expande por el territorio, mediante una
participación más activa?
Si bien somos testigos de
diferentes acciones de diferentes organismos y organizaciones, que a pesar de
pensar ideológicamente diferentes, la madurez ha sido tal que han logrado
converger en un propósito ideal como es la promoción y trabajo por la gestación
de una nueva conciencia participativa, enfocada directamente en la solución de
los conflictos sociales.
La sociedad venezolana,
no debe perder el tiempo en discusiones banales que estancan iniciativas de
desarrollo económico.
Trabajemos por el futuro
en el que las herramientas y condiciones sean factibles tanto en el
espacio educativo, político como económico y así poder fijar los
fundamentos democráticos para el tan ansiado desarrollo. Tengamos presente que:
“Un pueblo que elige corruptos no es víctima es cómplice de la
corrupción”