¡DEMOCRACIA PARALIZADA!
Zenair
Brito Caballero
"Me gustas democracia, pero estás como ausente". Este graffiti
escrito en la pared del estacionamiento de un edificio de una urbanización de
Maracay, me puso a reflexionar profundamente sobre el destino de nuestra
democracia venezolana, porque el presente y el futuro no son prometedores para
su desarrollo.
Desde el esplendor de la democracia
ateniense, hace ya más de veinte siglos, el término democracia ha sido el santo
grial de los pueblos, se han dado democracias ejemplares en todo el mundo y
nosotros mismos hemos tenido periodos de verdadera democracia, aunque su brillo
y esplendor haya sido apocado por una clase política y que revolucionaria
socialista-comunista que simple y sencillamente vive de ella desde hace catorce
años, utilizando el voto sagrado del pueblo para mantenerse en su estatus quo.
El que ayer fue diputado, hoy es ministro
o viceministro, el que fue alcalde hace unos cuantos años, hoy busca ser
diputado, aquel que perdió sus foros de ayer, quiere regresar a tenerlos, es
como "la sociedad de los poetas muertos", como un club social donde
lo último que importa es el bienestar de las grandes mayorías, los recursos se
emplean mal para poder mantener esa plantilla eterna de burócratas caros y lo
triste, hoy Venezuela se cae a pedazos.
El desarrollo del país se detuvo hace
14 años por culpa de la voracidad de la mayoría de ellos, unos desmantelaban la
red agropecuaria, los centrales azucareros, fincas privadas en pleno
desarrollo, solo para tener acceso a una
flota de camiones articulados por la actividad privada, las carreteras son
emparchamientos vulgares de asfalto donde los huecos se volvieron al revés,
todo, absolutamente todo se ha envejecido y descompuesto, hay derecho al grito,
pero nada más.
Los poderes públicos están tan
íntimamente ligados entre sí, que a veces es difícil saber hasta dónde llega
uno y donde comienza el otro. ¿Los magistrados no pueden ponerse de acuerdo
para tomar correctas decisiones, porque todos quieren ser el presidente del
Tribunal Supremo de Justicia y éste tiene que ser afecto al gobierno de turno?
Este acto en sí pasaría inadvertido, de no ser que deja a la vista profundas
fallas de procedimiento administrativo público que denota la penetración de la
corrupción en todos los poderes.
Pregunto aquí reflexionando ¿Tiene el
pueblo que tomar las calles para detener una decisión sobre la impugnación de
las elecciones del 14 de abril o la auditoría solicitada por Henrique Capriles,
el Comando Simón Bolívar y la MUD como a
todas luces se ve espuria, fraguada con
el visto bueno de CNE Y DEL TSJ?. Las palabras democracia, justicia y libertad,
hoy por hoy son palabras gastadas en las que nadie cree en nuestra Venezuela.