domingo, 24 de marzo de 2013

LA FRACTURA SOCIAL DEL SISTEMA POLITICO VENEZOLANO


LA FRACTURA SOCIAL DEL SISTEMA POLITICO VENEZOLANO

Zenair Brito Caballero

En los años recientes se ha hablado con insistencia de la "fractura del tejido social venezolano", lo que ciertamente nos escandaliza, nos preocupa. Sin embargo, basta reflexionar un momento para darnos cuenta que, la referencia excesiva, gasta la expresión y le resta sentido, sin que la misma pueda cobrar una dimensión comprensible, que aporte un conocimiento de lo que estamos haciendo con nuestra Venezuela.

Ha sido una expresión que se utiliza para hacer alusión a la idea que nuestra sociedad está claramente descompuesta, lo que desafortunadamente se convierte en un postulado axiomático, algo evidente por sí mismo. Es claro que nuestra sociedad se descompone a un ritmo vertiginoso.

Hace apenas unos cuantos años nos escandalizaba la noticia, por extraordinaria, de la comisión de algún homicidio, de un robo, o de una violación. Hoy nos hemos acostumbrado a referir una cifra que puede ir de los 60, hasta los 100 mil muertos en los últimos seis años y de alrededor de 30 mil desaparecidos, lo que no incluye la cifra de delitos del fuero común, sino que se asocia exclusivamente a la guerra contra el narcotráfico.

Quien delinque se ubica al margen de la sociedad; se enfrenta al conjunto social negándose a formar parte de un todo, ignorando que al agredir a la sociedad, se está agrediendo a sí mismo. Se agrede a la sociedad cuando se tiene la conciencia de no formar parte de ella, cuando se le percibe como enemiga, como rival a vencer.

Mayoritariamente, actúan en contra de la sociedad quienes se saben marginados, excluidos de la sociedad, porque no han recibido de ella los satisfactorios más elementales: alimento, cobijo, afecto, educación, servicios médicos, empleo ni, desde luego, estímulo alguno que les permita comprender que la única forma de sobrevivencia individual es la integración al grupo.

Es necesario tomar conciencia que, mientras la sociedad no logre distribuir y hacer accesibles satisfactorios básicos a la universalidad de sus miembros, los excluidos se revelarán en contra de ella y la habrán de agredir de manera violenta, a través de cualquier conducta contraria al derecho, que es la institución que da cohesión y sentido a la vida en común.

De suerte que cuando la sociedad es incapaz de integrar, en su seno a todos sus miembros, a través de garantizar el acceso universal al conjunto de derechos sociales, se está sembrando la semilla del descontento, de la violencia, de la agresión, del rechazo; en una expresión, del delito.

Pero cuando esta conducta se masifica y se organiza para vivir al margen de la ley, entonces la sociedad, en su conjunto se ve amenazada y sus lazos de cohesión, es decir de unión, de identidad, quedan afectados y el tejido social se fractura y, cuando la falla es generalizada se llega a las riberas del Estado fallido.

Eso es lo que ha pasado en éstos años recientes y es esta realidad la que busca revertir la Política Social, a través de la instrumentación de acciones que concentren la mirada en la estructura y funcionamiento de la familia, del acceso universal a la educación, y a los servicios médicos, a la cultura, al deporte, a la recreación, a los valores colectivos, pero sobre todo, al ejercicio pleno de derechos de la persona.

Ese disfrute pleno de derechos colectivos es lo que da cohesión al conjunto de relaciones que se dan en el seno de la sociedad y a ese fenómeno de cohesión es a lo que llamamos tejido social. De ahí la necesidad que los beneficios sociales alcancen a todos, por igual. 

Por ello, comparto íntegramente la idea que ha expresado el autor que en este momento se me escapa su nombre en su libro "Estado Eficaz" cuando se refiere a que "nuestra generación tiene el reto de acabar con el miedo y renovar la esperanza... hoy contamos con la fuerza para lograr un nuevo pacto social que construya un estado eficaz... en el que los derechos de todos los venezolanos no sean sólo ideales plasmados en la Constitución, sino que en verdad los disfrutemos en la vida cotidiana , es decir, que pasen del papel a la práctica." De suerte que, mientras como sociedad no logremos garantizar el acceso de todos los venezolanos al ejercicio pleno de sus derechos sociales, el tejido social seguirá fracturándose.