miércoles, 18 de diciembre de 2013

LA INDIFERENCIA A LOS VENEZOLANOS DECENTES

LA INDIFERENCIA A LOS VENEZOLANOS DECENTES

Zenair Brito Caballero

El molesto ruido que ocasionan las noticias de cosas malas que suceden en Venezuela a nuestro alrededor, no nos deja apreciar muchas cosas positivas que tienen lugar en el mismo entorno. La vida no se reduce a atemorizarnos con tantos asaltos, asesinatos y corrupción, también existen millones de personas que todos los dí­as trabajan estudian y se esfuerzan en ir forjando una mejor sociedad.

Valorar el silencio de los venezolanos decentes no significa desconocer los actos violentos, pero nos ayudan a tener una perspectiva más realista del paí­s. Ejemplo de ello son muchos: Acaban de actuar exitosamente en varias ciudades europeas, los jóvenes y los adolescentes de la Orquesta Sinfónica Simón Bolí­var, quienes utilizan sus instrumentos como los mismos ángeles bajo la batuta del maestro Dudamel. Un ejemplo monumental que nuestros jóvenes no están condenados a ser pirañitas.

En muchas escuelas venezolanas hay grupos de escolares que estudian diariamente con su pequeña computadora. Son nativos digitales que se preparan para afrontar el desafí­o de un mundo cada vez más inmerso en la era digital y la informática. Bien por la gente que hace posible esta exitosa experiencia

En muchos colegios la palabra “emprendedurismo” ya no es un vocablo de otra galaxia, pues los estudiantes se unen, crean mini empresas y producen cosas que luego comercializan en el mercado. Los muchachos aprenden que usando su inteligencia, organizándose y trabajando, pueden tener éxito en sus emprendimientos.

Esta es una buena forma de combatir la perniciosa idea que lo mejor es recurrir a un padrino para trabajar en un ente público. Centenares de jóvenes en todo el paí­s se asocian para realizar tareas de servicio social, ayuda a los más necesitados, construcción de viviendas populares, asistencia a niños y ancianos desamparados, etc.

Hay voluntarios que cuidan a niños enfermos de Sida, otros que enseñan lo que pueden a pequeños con limitaciones fí­sicas o retraso mental. Admirable y reconfortante, ante tantas noticias de jóvenes involucrados en riñas de barras bravas, discotecas, asaltos o el submundo de las drogas

En ciertos pueblitos de los andes y de los llanos, es posible ver a miles de campesinos labrando la tierra, cosechando el fruto de su trabajo, disfrutando de una linda casa y confortables vehí­culos. Son los productores agrí­colas que generan gran parte de la riqueza nacional con su esfuerzo y no amparados por la política sucia del poder reinante. El exigente trabajo no les deja tiempo para ir a la capital a realizar manifestaciones o pedir subsidios monetarios al Estado

¡Cuántos hombres y mujeres en la Colonia Tovar, se levantan poco después de medianoche, alzan al hombro cajones de productos frutihortí­colas o el folclórico remedio casero, o viajan en pésimas condiciones hasta los mercados capitalinos para ganarse el sustento diario!

Al caer el sol, regresan a casa y el cuerpo pide descanso porque mañana será otra dura jornada. Son también millones los padres y las madres que mañana, tarde y noche se preocupan por los hijos, por mantener un hogar en armoní­a, bienestar y progreso.

La vida es dura, difí­cil, pero el amor a la familia es más grande, y pese a los problemas, hay que seguir adelante. Son héroes anónimos, nunca salen en los noticieros, pero vale la pena recordarlos y valorarlos aunque sea de vez en cuando. 




PETICIONES AL NIÑO JESÚS PARA LOS VENEZOLANOS

“PETICIONES AL NIÑO JESÚS PARA LOS VENEZOLANOS”

Zenair Brito Caballero

Inician las misas de aguinaldos, familias y comunidades se reúnen para elevar al cielo sus oraciones y durante nueve días, desde el 16 hasta el 24 de diciembre, realizar el rito espiritual que conduce al nacimiento del Niño Dios. 

Como acompañamiento a las misas,  me atrevo hoy a proponer una plegaria colectiva, para que lleguen al cielo las súplicas de todos los venezolanos, y las voces unidas alcancen un tono más potente, convirtiéndose en clamor general que encuentre eco en la eternidad.

Nueva peticiones, una para cada día, que acompañen los tradicionales gozos. Para que ese Benignísimo Dios de infinita caridad que tanto haya amado y sigue amando a los seres humanos, les escuche y atienda.

Ruego por todas las familias venezolanas y todos los hogares del mundo. Para que sea el amor el habitante principal de cada casa y a su lado vivan: el compromiso, el respeto, la tolerancia, la responsabilidad, la persistencia y el diálogo. 

Ruego por todos los líderes políticos de izquierda y de derecha, para que la integridad y la búsqueda del bien colectivo sean los pilares de todos los Planes de Desarrollo y de la conducta y las convicciones de quienes ejercen el poder.

Ruego para que por fin aprendamos que la pólvora solo la deben utilizar los expertos. Que las cifras de personas quemadas por esta causa, de una vez por todas queden en cero.

Ruego por los comerciantes, para que esta época les traiga prosperidad y resultados óptimos en el cumplimiento de sus metas.

Ruego por los ancianos. Para que sus familiares recuperen la ternura por la vejez, los consientan y atiendan como se merecen, con gratitud, respeto y consideración; para que disfruten los años finales de su existencia y lleguen tranquilos al encuentro con el Ser Eterno.

Ruego por los vendedores ambulantes de pueblos y ciudades venezolanas y por quienes administran el espacio público, para que encuentren soluciones de justicia, que permitan que el ejercicio al trabajo se armonice con el respeto a la ley y la existencia de territorios aptos para la circulación de ciudadanos y vehículos.

Ruego por el sistema de salud venezolano y por quienes están interviniendo en su reestructuración. Para que se acabe esta noche negra de enfermedad y muerte y vuelvan la dignidad, los buenos medicamentos, los procedimientos oportunos y la vida, a las clínicas y hospitales del país.

Ruego por los conductores de motocicletas, para que Dios guarde su vida, que no sufran accidentes y puedan desplazarse con prudencia y seguridad, llegando a quienes los aman cada día.

Ruego por los Alcaldes y Concejales recién electos, para que su alma se mantenga limpia y su mente clara y cumplan con los ofrecimientos a sus comunidades.

 “Feliz Navidad para todos los venezolanos”.