VENEZOLANOS
POR TUS HIJOS NO NOS EQUIVOQUEMOS MAS
Zenair
Brito Caballero
(britozenairgmail.com)
Comenzó
la lucha y la guerra sucia de la finalización de la campaña electoral: alianzas, discusiones,
triquiñuelas, ofensas, promesas que no se cumplen, en fin, lo mismo de siempre
para dar como resultado lo mismo de siempre.
Venezuela
no puede darse el lujo se equivocarse tanto en la escogencia de su gobernante
como lo ha venido haciendo desde hace catorce años, por la buena o regular gestión
de los que la regentaron, con entrega y deseos de servicio, era una nación
modelo de democracia de América Latina en muchos aspectos: limpia, con
estadistas académicos, de excelente verbo y jamás una grosería en sus labios, respetuosa
del espacio público, sin escándalos de corrupción tan notorios, en fin,
era más que bueno el camino que se le había trazado para convertirla en una de
las mejores de Latinoamérica.
De
pronto, en los últimos años, se ha ido hundiendo en un abismo de desorden, de
malos manejos, de corrupción rampante, de irresponsabilidad, de abandono; una
pobre tierra de nadie.
Duele
que el prestigio que lograron buenos Estadistas, gobernadores, alcaldes, se
haya perdido por la mala voluntad de los que han llegado con un socialismo del
siglo XXI ¿qué no se sabe en que paró?, no elegidos a conciencia, sino por
amistad, partidismo, compadrazgo, amiguismo y las disímiles promesas de
imposibles o simplemente por la artimaña de un pueblo que cree que la vida y la
historia se construyen sólo con el ‘folclorismo’ raizal que no nos permite una
proyección nacional y ¿por qué no, universal?
Nos
volvimos a meter en la caverna ignorando lo que dijo un pensador el admirado
Platón: “ya es hora de mirar hacia el sol”. Ahí están los dos candidatos uno que miente y miente en 14 años sin hacer
nada, honrado uno, otro ni que decir; capaz y brillante intelectualmente uno,
incapaz el otro; marrullero, pícaro y truhan el mismo de siempre que usted bien
conoce y yo también hace 14 años, bueno en los políticos rojos-rojitos eso de
la marrulla es muy común; sí, ahí está, prometiendo, esgrimiendo su hoja
de vida llena de realizaciones y altas distinciones en sus 14 años de
desgobierno, ciertas unas, falsas otras; o apareciendo con una humildad
más franciscana que la del santo; amable y besador de viejitas y de niños; ahí
están todos sus acólitos aplaudiéndole cual focas en un acuario, sin ninguna
novedad.
Pero
si escogemos entre el prospecto que se nos presenta con un camino de progreso, sabemos
que valdrá la pena y pueda rescatar a la nación y reiniciar una buena parte de
su historia
No
más equivocaciones amigos lectores. No podemos seguir al populacho que, ciego y
amorfo, como siempre, se inclina hacia el que más bulla hace o hacia el que más
se parece a ellos por sus bravuconadas y vulgaridades o elige para castigar a
la clase o al partido político imperantes.
Esto
de elegir a quien nos gobierne es cuestión de mucha neurona, es pensar en el
bien colectivo antes que en el personal; es saber que el escogido no nos va
a avergonzar tanto en Venezuela como
en el escenario Internacional; es sentir que nos llena de orgullo nuestro Presidente
por sus manos limpias, su vida limpia, su gestión limpia
¿Qué
eso es utópico? Es posible, pero si pensamos y sentimos así por lo menos
logramos un buen porcentaje de limpieza y contenido del gobernante; por lo
menos no nos vamos a arrepentir de haber votado por él; y si eso ocurre nos
queda la satisfacción de que lo intentamos. Vamos a vivir la democracia en su
momento más representativo y con compromiso, pero con unidad todos por la misma
causa: el bien de nuestra Venezuela que es el de nosotros mismos.
Hay
un hermoso futuro y es el camino DEL PROGRESO