miércoles, 17 de abril de 2013

“EL VENTAJISMO ELECTORAL EN LOS COMICIOS VENEZOLANOS”


“EL VENTAJISMO ELECTORAL EN LOS COMICIOS VENEZOLANOS”
Zenair Brito Caballero 
El proceso y la campaña electoral para los comicios del pasado domingo14 de abril estuvieron viciados por el ventajismo estructural y coyuntural que ejerce el régimen socialista-comunista que impera en el país. Vicente Díaz, único miembro no-chavista del Consejo Nacional Electoral (CNE), lo describió como “grosero y descarado”. No es un proceso libre ni justo.
Un proceso electoral distorsionado, encubierto, disimulado y solapado: por el uso y abuso de los recursos gubernamentales (petrodólares, bienes públicos, funcionarios) del Estado para los gastos de campaña (transporte, afiches, movilización, actos, anuncios de radio y TV), así como para aumentar demagógicamente las promesas, las prebendas, las donaciones de (electrodomésticos: neveras, cocinas, microondas, lavadoras, etc.), la inauguración de obras inconclusas, los subsidios y servicios sociales.
El propósito oportuno de los chavistas socialistas-comunistas, fue mantener y movilizar la mayoría electoral de un 54% más o menos, captada desde 1998. Esta mayoría “estructural” (unos 8 millones de votantes) se logró en elecciones pasadas con los programas asistencialistas de las llamadas “misiones” en vivienda, salud, educación y seguridad social que, según el decir de los chavistas, supuestamente  redujeron la pobreza de un 50% a un 20% (4 millones todavía) de la población.
El extinto Chávez empoderó con su populismo, demagogia y manipulación de las emociones de los desposeídos, esta mayoría estado-dependiente con una capacidad de consumo y un nuevo sentido de identidad, pertenencia y dignidad chavista. Por ello lo veneraron y hay muchos que todavía lo hacen.
Pero, uno de los elementos más delicados, es el control que tiene el régimen de todos los poderes del Estado. Chávez utilizó su mayoría electoral en el poder legislativo para copar el poder judicial y el CNE con adeptos acérrimos, y así modificar las reglas electorales a su favor, y perseguir e intimidar opositores políticos y medios independientes.
Inclusive así forzó el uso de un sistema sofisticado de votación automatizada, cuestionado por la mitad de los votantes  venezolanos y debido a su desconfianza en la neutralidad del CNE.
Además, ante la no juramentación de Chávez por su gravedad en Cuba, para su nuevo término presidencial, el régimen así inventó la figura inconstitucional de la “continuidad administrativa”, para efectuar un autogolpe que aseguró la permanencia indebida de Maduro, primero como vicepresidente, y luego como presidente a cargo y candidato para las elecciones que fraudulentamente acaba de ganar.
Las Fuerzas Armadas, encargadas de la seguridad de los comicios, han jurado defender a todo costo la revolución bolivariana, siendo su misión la defensa de la patria y la de los venezolanos.
Con una campaña de intimidación de los funcionarios que trabajan para el gobierno y que son  votantes generando dudas sobre el secreto del voto. Dirigida principalmente a funcionarios del régimen y de sus empresas, el gobierno alienta a sus simpatizantes y amedrenta a los opositores con el mensaje: “El gobierno sabe por quién votas. La tecnología lo permite”.
A través de la manipulación, dominación y abuso de los medios de comunicación del Estado y de sus aliados (controlan el 80% de los medios), los canales oficiales discriminaron contra la campaña de la oposición y el ministro de comunicaciones intimidando a los candidatos y medios independientes.
La oposición tenía solamente 4 minutos diarios disponibles en los medios televisivos para su campaña, mientras que el gobierno tuvo los mismos, más 10 minutos reservados para publicidad institucional, además de las cadenas nacionales por tiempo indefinido cada vez que le daba la gana. Ni debate hubo por miedo del candidato Maduro a enfrentarse al candidato opositor Henrique Capriles Radonski.
Este ventajismo amigos lectores, viola preceptos constitucionales y no es sancionado por el CNE ni la Contraloría General. Pero solo así, con trampas y funcionarios incondicionales el chavismo podrá superar el voto castigo que debería sufrir como consecuencia de la deteriorada situación del país, incluyendo el desabastecimiento y la inflación (la más alta en América Latina), la inseguridad y la criminalidad (de las más altas en el mundo) y los deplorables servicios del Estado. Un 50% de venezolanos cree que el país está en mal camino y hay sospecha de un fraude en los comicios.
Se requiere ese ventajismo del régimen para asegurar el continuismo en el poder de un gobierno autoritario en control de una democracia incompleta, donde el régimen cree que por haber ganado con fraude las elecciones tiene el derecho de ignorar o violentar los principios y libertades fundamentales de la gobernanza democrática.
Esta distorsión electoral es también una clara violación a los principios y prácticas fundamentales de elecciones libres y justas, acordados por todas las democracias del continente en la Carta Democrática Interamericana de la OEA.
Quizás por ello el chavismo socialista-comunista rehusó invitar la observación electoral de la OEA y la Unión Europea. Flaco favor le hacen a un probable amañado y fraudulento triunfo chavista en estas condiciones electorales: su gobierno será cuestionado por la oposición y la comunidad internacional y no gozará de legitimidad de origen.