“DEJAR DE SER SÚBDITOS PARA SER CIUDADANOS”
Zenair Brito Caballero
Una gran
mayoría de los venezolanos está reaccionando con indignación y con rabia, ante
las diarias evidencias de corrupción en sectores muy importantes de la sociedad
política. A la indignación se suma la preocupación por el ocultamiento
descarado de información de las instituciones del Estado que por Constitución
Nacional y por un mínimo sentido de ética y lealtad social, deben facilitarse
constantemente con transparencia a la ciudadanía en cuanto tal y a toda la
sociedad civil.
Al fin,
todos los funcionarios públicos son mantenidos en sus sueldos con el dinero que
pagamos los venezolanos, para que hagan su trabajo con fidelidad y bien hecho.
Es cierto que la sociedad civil también tiene ciudadanos corruptos. Y alguno
podría recordar las palabras de Cristo; “Quien esté libre de pecado que tire la
primera piedra” (Jn 8,7) pretendiendo con ello silenciar la crítica, porque
todos estamos en el mismo fango.
Ese requerimiento
para silenciar la crítica sería una interpretación sesgada del pensamiento de
Cristo. El mismo Jesús, siguiendo la dinámica de la justicia, del amor y la
búsqueda del bien, dice claramente que si tu hermano hace algo que está mal, ve
y díselo para que se corrija, y si no te hace caso, ve con otros dos testigos,
y si aun así no se corrige, denúncialo a la comunidad (Mt 18,15). La crítica
cristiana está orientada a desvelar la corrupción y corregirla, a construir el
bien eliminando el mal.
La
ciudadanía es parte mandante del Estado. Ejerce el poder público mediante el
voto. Como dice la Constitución Nacional de 1999, la soberanía está en el
pueblo Los funcionarios de todos los niveles en el gobierno y la administración
pública, son delegados pagados por los venezolanos para que se ocupen de los
asuntos e intereses del bien común.
Es a los
ciudadanos venezolanos, a quien los funcionarios tienen que rendir cuentas de ¿qué
hacen y cómo administran los bienes y fondos que se les confían?. Todo acto o
intento de acción por parte de cualquier funcionario, aunque sea presidente de
la Asamblea Nacional, o presidente del Tribunal Supremo de Justicia o
Presidente del CNE, o presidente de la República, sea quien fuere, que
menoscabe el derecho y la obligación que tiene la ciudadanía de controlar a los
que ejercen el poder, será un acto o intento que pervierte, corrompe y destruye
la democracia.
Todos los
funcionarios, y con más razón todos los diputados de la Asamblea Nacional,
deben saber que la transparencia en la información de lo público no es una
posibilidad optativa, es una obligación esencial en la verdadera democracia.
Como lo ha dicho con lenguaje inequívoco un político que ahora no recuerdo su
nombre, “lo público es público”. No es tautología.
Es
lamentable que conceptos fundamentales del Estado de derecho, de la filosofía
política y de la ética política sean ignorados por personas con altas
responsabilidades políticas.
Ahora la
ciudadanía cuenta con unos medios de expresión y comunicación que no había
tenido antes. Gracias a las redes sociales como Facebook y Twitter por medio de
internet, está demostrando que además de reclamar sus derechos individuales,
quiere ejercer su derecho de opinar sobre los asuntos que pertenecen al bien
común, y que se le han confiado a las instituciones políticas de los poderes
del Estado.
Los
políticos que están en el gobierno, no pueden ignorar que las posibilidades de
participación de la ciudadanía en el campo de lo socio-político se han ampliado
con estos medios. Su participación proyectiva ya no queda reducida al momento
del voto. Y su participación receptiva no queda limitada a ciertas
oportunidades en que los administradores del Estado pasen ocasionalmente la
información de lo que hacen.
Ahora la
ciudadanía puede manifestarse constantemente por sus espacios abiertos en
internet, y los funcionarios, sean gobernantes o administradores de cualquier
nivel, pueden informar con sus respectivas páginas web permanentemente
completadas y actualizadas sobre el estado de su administración.
Es una buena
noticia que los venezolanos estén reaccionando con indignación a nivel
personal. Y es mucha mejor noticia que numerosos de ellos, hayan encontrado
espontánea e inteligentemente los escenarios ilimitados de las redes sociales
como Twitter por internet para manifestarse colectivamente.
Creo no
equivocarme, que en Venezuela, se está logrando dejar de ser súbditos para ser
ciudadanos con ejercicio de poder, mediante la participación y la presión de la
opinión pública. Dios nos ayude!!!!!!! britozenair@gmail.com