martes, 5 de junio de 2012

“DEBEMOS UNIRNOS PARA VENCER LA CRISIS



“DEBEMOS UNIRNOS PARA VENCER LA CRISIS
Zenair Brito Caballero (britozenair@gmail.com)
A ninguna fuerza política, social o económica puede escapar que vivimos una tremenda crisis. Sería ingenuo caracterizarla como política, económica o financiera, más bien resulta una crisis global, del sistema; es decir que afecta los diversos órdenes de la vida, afecta a la casi totalidad de países, a unos más que a otros y dentro de cada país también a unos grupos humanos más que a otros. Se cuestiona no sólo las políticas, se cuestiona a los sistemas políticos y quienes los imponen, justamente por carecer de mecanismos que protejan y defiendan a los pueblos de los impactos negativos de la crisis.

CEPAL, intenta trazar caminos para el entendimiento de la crisis global y de sus impactos en América Latina y el Caribe y al mismo tiempo identificar la diferenciación de los impactos  en nuestra sociedad a partir de la acumulación de brechas que existían desde antes de su estallido. Ahora se juntan los problemas que se arrastraban con los nuevos impactos externos ¿Cómo responder a la protección de la vida de la población y especialmente de las mayorías pobres y  clase media, sobretodo en nuestra Venezuela?

En  un estudio reciente de CEPAL que leí por Internet titulado “La hora de la igualdad, brechas por cerrar, caminos por abrir” se aprecia un esfuerzo objetivo para hacer comprender la magnitud de la crisis global y sus impactos en nuestra región; se da cuenta y analizan los efectos del estallido de la crisis de 2007, nos hace ver que el mundo entero pierde el impulso de crecimiento de sus economías. Vistos esos impactos por regiones separadas, sólo China se libró de los efectos recesivos y pese a su fortaleza no puede detener ella sola el desplome global.

En América Latina y el Caribe, como efecto de la crisis iniciada en 2007; creció el desempleo, la pobreza, el crédito y las inversiones externas directas se contrajeron, la miseria y la  pobreza subieron de 33% a 34.1%, representando un empobrecimiento de 9 millones de personas y dentro de ellas 5 millones de indigentes agregados a los que existían antes de la crisis.
                    
Nuestro país Venezuela se ubicó en la antepenúltima posición por el impacto de la crisis en el crecimiento (negativo). Esta circunstancia genera una dinámica adversa para salir adelante; quienes manejan el gobierno socialista-comunista y siguen manejando la economía, pretenden ocultar esa magnitud global de la crisis e intentan asociar los efectos negativos de la misma a los gobiernos de la IV República después de casi 14 años en el poder.

Usan el dominio casi absoluto de los medios de comunicación aliados a su tendencia socialista-comunista para promover desesperanza, y adhesiones a una postura interesada e ilusoria según la cual todo se resuelve si ellos repiten las elecciones presidenciales y al dominio completo del Estado.

Ante los efectos que indudablemente nos llegan y seguirán llegando; se vuelve imperioso recapacitar, transparentar la realidad política, económica, social y financiera, tomar conciencia del deber de posicionarnos frente a ella situando por encima de todo el interés del país especialmente de las mayorías. La respuesta del gobierno socialista-comunista a la crisis no es más que una estrategia electorera de protección social a los sectores más vulnerables, y como dice Capriles ese camino debe potenciarse.

Es muy simple, irresponsable y mezquino lo que hacen los socialistas-comunistas, al hacer uso electoral de la crisis. Ha llegado el momento de demandar mayor responsabilidad de quienes simplemente se siguen aprovechando de su dominio completo de las instancias estatales para hacer crecer sus grupos económicos.

Es hora de responderle a la población, al país; es hora de unidad frente a un fenómeno que amenaza hacernos retroceder.  Responder a los nuevos desafíos, abriendo nuevos caminos y cerrando brechas de una desigualdad destructora, eso necesitamos ahora más que nunca y antes de que sea demasiado tarde. Hay un camino ¡EL DEL PROGRESO¡