“TRES PASOS MUY IMPORTANTES PARA LA SUPERACIÓN DE
UNO MISMO”
Zenair Brito Caballero
(britozenair@gmail.com)
He decidido intercalar mis artículos políticos
con artículos psicológicos, que sirvan de ayuda a muchas personas que me leen y
que en estos momentos, se lo necesitan y mucho. Por eso mi artículo de hoy y
otros cuantos que iré enviando a los editores de diarios impresos y blogs
llevarán estos mensajes. El de hoy lo titule tres pasos muy importantes para la
superación de uno mismo y espero que les guste y si les ayuda: muchísimo mejor.
“Eso es lo que quiero y aspiro de corazón”
Amigos lectores, en
la vida, lo primero es: PERDONAR, de verdad. ¿Cómo saber que lo has hecho?
Porqué en tu interior no hay rencores ni remordimientos y puedes dar una
segunda oportunidad, cuando ves el interés de la persona que te lastimó. Si esa
persona no pide una segunda oportunidad y solo pide tu perdón, no hay que
sentirse mal, puesto que al menos reconoció que cometió un error, es de humanos
hacerlo y el hecho de que alguien no te quiera como uno quisiera, no significa
que no te quiera.
Pero si esa persona no pidiera perdón, hay que dárselo de todas
maneras, puesto que el perdonar purifica tú alma y hay que pensar que, a pesar
de lo que haya pasado, esa persona te hizo sentir la persona más feliz de este
mundo y te hizo pensar que no te faltaba nada. Durante algún tiempo así fue y
es eso lo que nos tenemos que llevar, lo bueno de las cosas y nunca lo malo,
puesto que lo malo solo hay que retenerlo en la mente como experiencia y aviso
de no volver a cometer el mismo error.
Con esto no me refiero a que el amar y entregarlo todo sea un error,
sino que a veces hay que tomar tus debidas precauciones y conocer bien a la
persona, antes de decidir regalarle tiempo de tu vida y reservarle un lugar
especial en tu corazón
Perdonar es difícil, cuando tienes que hacerlo con alguien más que
indispensable en tu vida. Pero no es imposible. A veces, cuando amamos decimos,
te perdono, pero en realidad lo decimos porque seguimos cegados por su amor.
Eso no es perdonar. El perdonar toma tiempo, perseverancia, sufrimiento, pero
llega un día en que te acuerdas del dolor causado en el pasado y en el presente
ya no te duele. Eso, es perdonar.
Algunas veces, a quienes tenemos que perdonar es a nosotros mismos. No
seamos tan crueles con nosotros, equivocarse es de humanos y si esa persona era
para ti, te sabrá perdonar y si no puede hacerlo, algo mejor te espera, no te
lastimes con el pasado, ni temas al futuro, mejor aprovecha el presente.
Lo segundo es DECIR ADIOS: y es lo peor que te puede pasar cuando tú no
quieres decirlo. Pero no puedes retener a las personas junto a ti,
condenándolas a la infelicidad. Cuando amas a alguien deseas su bienestar
¿cierto? Entonces, no lo condenes a esa vida efímera y rutinaria. Si es lo
mejor para esa persona, tienes que aceptarlo, dejarlo ir y pedir porque le vaya
bien en su vida.
A veces, es mejor decir adiós de tal manera, que ambos se recuerden con
gratitud por los tesoros compartidos y no seguir con una relación destinada al
fracaso, en la que ambos resultaran lastimados. Saber decir adiós a tiempo, es
lo que muchas veces tenemos que aprender, porque a veces afectan a terceras
personas.
Piensan que no se dan cuenta, grave error: son los que más pueden ver
las cosas, por eso es mejor la separación en muchas ocasiones. Recuerden que,
para que querer alcanzar la luna, si podemos alcanzar las estrellas. Lo que
quise dar a entender, es que hay que buscar siempre las cosas grandes y no las
pequeñas, lo imposible y no solo lo improbable, porque quien no sueña, nunca
logra nada significativo en su vida, piénsenlo porque es mejor una palabra a
tiempo que cien a destiempo.
Lo tercero es OLVIDAR, el último paso y el más difícil. En el momento,
nos sentimos morir y pensamos que jamás podremos olvidar. Grave error, porque
nosotros podemos hacer cualquier cosa que nos propongamos. Muchas veces, cuando
no podemos olvidar a alguien y ya ha pasado más de un año, es porque no
queremos hacerlo y nos aferramos a su recuerdo por razones que a veces hasta
nosotros mismos desconocemos.
El querer es poder, en el momento en que decidan dejar de sufrir por
alguien que no lo hace por ti, en ese mismo instante empezaras a olvidar,
porque estoy consciente que no es algo que puedas hacer de la noche a la
mañana. Es un enorme camino que recorrer, pero aunque a veces no le encontremos
fin, si lo tiene, por eso les recomiendo hacer lo que yo: dos pasos para
adelante y uno para atrás, porque por más que queramos, en el proceso vamos a
tropezar infinidad de veces, lo importante es que avances más de lo que
retrocedes y que no te pierdas en el camino.
Ya que es como una tortura el camino del olvido, porque nos reprochamos
cosas que no tienen coherencia y nos cuestionamos tantas cosas, que nunca nadie
nos va poder responder. Solo estamos perdiendo nuestro tiempo, con el simple
hecho de pensarlas. Lo mejor que podemos hacer, es arrojar los porqués al
viento y seguir adelante, no hay que permitir estancarnos por pequeñeces,
piensen que lo mejor aun no viene y espera por nosotros.
OLVIDAR es una palabra que deseamos no usarla nunca, pero
desgraciadamente hay que hacerlo. Por eso, cuando tenemos a alguien que amamos,
no hay que ponernos limites, hay que disfrutar cada instante que pasamos a su
lado, porque nunca sabes cuándo será la última vez, hay que entregar lo mejor
de nosotros, de tal manera que cuando llegue a su fin, no nos arrepintamos de
nada. Perdóname, dime adiós y olvídame Es difícil y duro, pero ni eso nos
derrota, puesto que a pesar de los fracasos, seguimos de pie.