“DEBEMOS
BUSCAR LA FORMA DE SER FELICES”
Zenair
Brito Caballero
Hoy en este artículo, voy a dejar por
un rato mi escritura sobre la política venezolana y escoger mi condición de
Dra. En Psicología y en Ciencias de la Educación, para escribir lo importante que
es para los seres humanos buscar y procurar encontrar la felicidad. Tal como
los viajeros nómadas llevan una pesada alforja en la espalda, cada ser humano
lleva una carga en el alma, donde se esconden nuestros sufrimientos y alegrías,
esperanzas y desventuras, odios, rencores y amores, fantasías que a veces se
convierten en la guía de nuestras vidas.
En ocasiones, también nos cargamos con
las angustias de nuestros familiares, de los hijos, de los amigos, en un intento por ayudar
a superar sus problemas y dolores a quienes están cerca de nosotros. Y quizás
por yo una especialista en el área psicológica, vienen a mi montones de
personas en busca de orientación y consuelo.
Pero a pesar que es tan hermoso pensar
que podemos ayudar a alguien a librarse de su carga psicológica, debemos ser
recatados y aprender a colmar la mente de aspectos positivos y a tratar de
olvidar todo aquello que no podemos resolver, pero que produce más pesada la
bolsa que llevamos.
La valentía, la intrepidez y la
fortaleza de la voluntad, nos permite vencer el miedo y no quedarnos
paralizados ante las dificultades, así como responder con firmeza a las
exigencias de nuestra vida. También supone defender nuestras convicciones y
valores, aunque eso en muchos casos provoque críticas e intolerancia.
La Integridad personal se compone de
rectitud, moral, honradez, sinceridad y la capacidad de saber defender las
propias creencias y los valores. La persona con estas cualidades asume sus
errores y los reconoce, y tampoco tiene ningún problema de señalar los errores
de los demás. Muestra sus intenciones, ideas y sentimientos, aunque haya quien
no las comparta y cumple sus compromisos y sus promesas en el entorno personal,
social y laboral.
La vitalidad de nada sirve si nuestra
mente se obnubila de tristezas, sufrimientos y errores propios o ajenos. La
fortaleza vital implica que la persona pone pasión en las tareas que ejecuta y
muestra entusiasmo por el hecho mismo de vivir. Lo contrario es la apatía, el
desinterés, la falta de energía y por último, la tristeza, la melancolía o
depresión.
Pero si a esa carga que llevamos en el
alma, la llenamos de frustraciones, miedos, desesperanzas y proyectos no
logrados, y además le sumamos las miserias y sufrimientos de quienes nos
rodean, nos dificultan el camino y no nos permiten disfrutar la vida.
Es como si fuera un saco de piedras
que llevamos en la espalda y no nos dejan caminar con libertad. Es necesario,
entonces, elegir entre las piedras preciosas y las que no tienen valor, las
cosas importantes y las que no lo son, los problemas de seres más cercanos y de
aquellos que no nos incumben.
Entonces hay que descargar ese
"morral", y para eso hay que hacer un alto en el camino de nuestra
vida y observar qué es lo que más nos hace sufrir o qué nos lleva a la alegría
y a la felicidad.
De este modo podemos decidir ¿qué es
lo que podemos tratar de tirar y qué debemos conservar para aligerar la carga?.
Una vez que sea más ligera, nos permitirá comenzar nuevas experiencias y
explorar nuevos caminos adonde pueda llevarnos la vida y buscar la forma de ser
felices.
Porque ésta es nuestra obligación para
con nosotros mismos y quienes nos rodean. Si somos felices podremos trasmitir
esa felicidad, esa alegría a quienes nos acompañan en el camino de la vida y
así nos veremos rodeados de quienes realmente nos quieren y su felicidad
también será la nuestra.
Así, si podemos conservar lo que es
realmente importante y tirar todo lo superfluo, y además de aceptar que quienes
están junto a nosotros nos ayuden a llevar la carga, podremos conservar los
pensamientos positivos y los buenos recuerdos, que pueden ser las alas que
faciliten, -a pesar de las dificultades y los sufrimientos-, poder llevar una
buena calidad de vida.
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