UN PAQUETAZO ROJO ROJITO QUE NOS LLEVA A LAS INEQUIDADES
Zenair Brito Caballero
(britozenair@gmail.com)
Equidad y justicia son principios sobre los
cuales debe sostenerse todo sistema fiscal y el régimen tributario que le
corresponde refleja la esencia política del sistema de gobierno socialista-comunista
que lo implementa. Si se trata de un régimen democrático los impuestos que
pagan los contribuyentes no son sólo la principal fuente de recursos del
Estado, sino que son también una herramienta importante para la redistribución
de la riqueza y para la implementación de políticas de justicia social y
programas de bienestar ciudadano. Así las cosas, los impuestos tienen que ser
progresivos, es decir, a mayor ganancia o renta mayor impuesto. Lo contrario es
regresividad, injusticia e inequidad
El gobierno venezolano en manos del autobusero Maduro y del tenientico
Cabello, se ha empeñado en lograr la aprobación de un paquetazo económico, que
ignora estos principios, es a todas luces retardatario e inconveniente porque
acentúa y profundiza las inequidades económicas en un país catalogado como uno
de los más desiguales del mundo.
Todo indica que la reforma en cuestión tendrá
efectos severos contra la población de medianos y bajos ingresos a la que
castigaría con mayores contribuciones sobre sus sueldos, salarios y honorarios
a través de la devaluación y con más impuestos
indirectos especialmente por IVA.
Además amenaza la estabilidad de instituciones
muy importantes como el precario sistema de salud como consecuencia de la
reducción (del 29.5% al 13.5%) de los parafiscales -gastos de nómina- de las
empresas. Se dice que un nuevo impuesto, el –impuesto a las utilidades-
compensaría las pérdidas, pero los analistas económicos han demostrado que los
ingresos serían inestables, volátiles e inferiores a los parafiscales.
De otra parte la reforma se propone reducir los impuestos
sobre la renta del 33 al 25% a las grandes empresas, a los monopolios y a las
transnacionales, al tiempo que los dividendos seguirían exentos, lo cual se
traduciría en una merma considerable de los ingresos corrientes de la nación y
por ahí derecho se produciría una reducción significativa de las transferencias
a las regiones.Se ha calculado que los entes territoriales perderían cerca de 6
billones de bolívares.
Los argumentos del gobierno en favor de la reforma no resisten el más mínimo análisis. No hace falta ser experto economista, para saber que la favorabilidad tributaria al gran capital, lejos de estimular la economía más bien aumenta la concentración de la riqueza y en ningún país ha generado empleo ni mayores inversiones.
Los ejemplos son elocuentes y los han expuesto
premios nobeles de economía. No hay evidencias ciertas acerca de que las
rebajas de los parafiscales o la engañosa flexibilidad laboral estimulen la
generación de empleo. Varios países han optado por esas políticas a propósito
de la crisis y los resultados han sido contrarios, porque nada obliga a que así
se haga y porque la generación de empleo depende de factores mucho más
complejos que una simple política tributaria.
Como bien dice Eduardo Sarmiento: “no hay mano invisible
que obligue a los empresarios a invertir productivamente o en sectores
intensivos en mano de obra las ganancias extras generadas después de la
reducción por vía normativa de los costos laborales”
Varios analistas venezolanos del tema fiscal
coinciden en que a la propuesta del gobierno le faltan estudios serios que la
sustenten, muchas cifras no son verídicas; todo parece obedecer al afán del
gobierno socialista-comunista de consagrar los privilegios del gran capital.
Sin duda es contradictorio y preocupante que
precisamente mientras en Cuba se instala una mesa de diálogo y negociaciones en
busca de acuerdos y soluciones a los problemas más graves del país el gobierno
se empeñe en una reforma que va en contravía de esos propósitos. En un escenario
se plantean opciones de paz y en el otro se estimulan las injusticias que
alimentan la guerra.
Desde luego en Venezuela, es urgente una reforma tributaria pero no para acentuar las desigualdades sino para corregir las inequidades, para hacer justicia y para garantizarle al Estado los recursos que demande la atención y solución de los problemas del país (britozenair@gmail.com)
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