lunes, 4 de marzo de 2013

“SI SOMOS FELICES PODREMOS TRASMITIR LA FELICIDAD”


“SI SOMOS FELICES PODREMOS TRASMITIR LA FELICIDAD”
Zenair Brito Caballero
Tal como los peregrinos llevan un pesado morral en la espalda, cada ser humano lleva una carga en el alma, donde se esconden nuestros sufrimientos y alegrías, esperanzas y desventuras, odios y amores, fantasías que a veces se convierten en la guía de nuestras vidas.  En ocasiones, también nos cargamos con las angustias de la familia, de nuestra pareja, de un hijo, de un amigo, en un intento por ayudar a superar sus problemas y dolores a quienes están cerca de nosotros.
Pero a pesar que es tan lindo pensar que podemos ayudar a alguien a librarse de su carga sicológica, debemos ser cautos y aprender a colmar la mente de aspectos positivos y a tratar de olvidar todo aquello que no podemos resolver, pero que produce más pesada la bolsa que llevamos.
La valentía y la fortaleza de la voluntad, nos permite vencer el miedo y no quedarnos paralizados ante las dificultades, así como responder con firmeza a las exigencias de nuestra vida. También supone defender nuestras convicciones y valores, aunque eso en muchos casos provoque críticas e intolerancia.
La Integridad personal se compone de rectitud, honradez, sinceridad y la capacidad de saber defender las propias creencias y valores. La persona con esta cualidad asume sus errores y los reconoce, y tampoco tiene ningún problema de señalar los errores de los demás. Muestra sus intenciones, ideas y sentimientos, aunque haya quien no las comparta y cumple sus compromisos y sus promesas en el entorno personal, social y laboral.
La vitalidad de nada sirve si nuestra mente se obnubila de tristezas, sufrimientos y errores propios o ajenos. La fortaleza vital implica que la persona pone pasión en las tareas que ejecuta y muestra entusiasmo por el hecho mismo de vivir. Lo contrario es la desgana, falta de energía y por último, la tristeza o depresión.
Pero si a esa carga que llevamos en el alma, se llena de frustraciones, miedos, esperanzas y proyectos no logrados, y además le sumamos las miserias y sufrimientos de quienes nos rodean, nos dificultan el camino y no nos permiten disfrutar la vida.
Es como si fueran piedras que llevamos en la espalda y no nos dejan caminar con libertad. Es necesario, entonces, elegir entre las piedras preciosas y las que no tienen valor, las cosas importantes y las que no lo son, los problemas de seres más cercanos y de aquellos que no nos incumben.
Entonces hay que descargar esa "mochila", y para eso hay que hacer un alto en el camino de nuestra vida y observar qué es lo que más nos hace sufrir o qué nos lleva a la alegría y la felicidad.
De esta manera podemos decidir qué es lo que podemos tratar de tirar y qué debemos conservar para aligerar la carga. Una vez que sea más ligera, nos permitirá comenzar nuevas experiencias y explorar nuevos caminos adonde pueda llevarnos la vida y buscar la forma de ser felices.
Porque ésta es nuestra obligación para con nosotros mismos y quienes nos rodean. Si somos felices podremos trasmitir esa felicidad, esa alegría a quienes nos acompañan en el camino de la vida y así nos veremos rodeados de quienes realmente nos quieren y su felicidad también será la nuestra.
Así, si podemos conservar lo que es realmente importante y tirar todo lo superfluo, y además de aceptar que quienes están junto a nosotros nos ayuden a llevar la carga, podremos conservar los pensamientos positivos y los buenos recuerdos, que pueden ser las alas que faciliten, -a pesar de las dificultades y los sufrimientos-, poder llevar una buena calidad de vida. britozenair@gmail.com


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