“CONTINÚA
LA BAJA CALIDAD EDUCATIVA VENEZOLANA”
Zenair
Brito Caballero
Hablar de brechas que siguen estableciendo
marcadas diferencias en estudiantes preuniversitarios provenientes de
instituciones educativas oficiales y privadas, se ha convertido en una constante
anual después de conocer resultados de la prueba de de aptitud
académica para entrar en las distintas facultades de nuestras universidades.
Con seguridad, miles de clientes del sector
público sienten el mismo dolor de patria al ver titulares que anualmente se
repiten en diarios locales, anunciando: “Educación venezolana deja mucho que
desear” “La educación venezolana está en los más bajos niveles de calidad de
Latinoamérica”
De este hecho se motivan múltiples reflexiones y
formulación de interrogantes e hipótesis que quedan en el tintero
o en la mente de los que con impotencia no pueden
hacer nada; bien porque no tienen autoridad, o
porque si están en el contexto, unas pocas golondrinas no
hacen verano.
Según lo planteado; las preguntas
más frecuentes son: ¿Está fallando el Sistema Educativo
Venezolano?, ¿El ente territorial?,¿Las Instituciones educativas?
¿Los estudiantes? ¿Los maestros o profesores? ¿Los ambientes de
aprendizaje? O más bien el estrato socioeconómico?
Lo mejor de todo es que la mayoría de
las veces la culpabilidad se le carga a los estudiantes, porque
son dispersos, desobedientes,
irrespetuosos, no tienen una familia que esté pendiente de ellos.
Conservadoramente se le atribuye a los niveles de
pobreza en que vive la mayoría, justificados por estudios científicos que
señalan que los niños, adolescentes y jóvenes provenientes de esos hogares
crecen bajo tensión constante en forma desproporcionada, la mayoría hijos
de madres, también bajo tremenda tensión, y el
resultado puede ser una estructura cerebral que dificulta más que
los niños florezcan en la escuela o tengan éxito en la fuerza de trabajo.
En fin, las respuestas en ese sentido son
muchas, pero las acciones de mejora implementadas hasta la fecha a
nivel nacional, estadal y local, no han arrojado
resultados significativos.
Considero que en medio de
todos los faltantes hay muchas cosas que se pueden
hacer, si se concibe la educación desde el ente territorial como
herramienta indispensable para erradicar pobreza.
Si así fuera, escogiera para
representar esa cartera a excelentes académicos profesionales
visionarios, pedagogos, sociólogos o psicólogos educacionales; se
establecerían acciones y responsabilidades dirigidas a líderes que
están al frente de instituciones exigiendo resultados medibles,
implementan planes de estímulos a docentes, para que
motivados desarrollen todo su potencial en medio de condiciones
precarias en que se encuentran algunas escuelas, lejos de aulas
inteligentes y algunas carentes de recursos básicos. Termino con otra
interrogante. ¿Quién tiene la culpa de todo esto? britozenair@gmail.com
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