lunes, 4 de marzo de 2013

“COMPROMISOS COMPARTIDOS”


“COMPROMISOS COMPARTIDOS”
Zenair Brito Caballero

El proceso de educación de cada ser humano se inicia en casa y continúa en las instituciones educativas. Lo anterior significa, por supuesto, que existe un contexto de formación primario y uno secundario. El primero está constituido por los miembros de la familia y el segundo, por los miembros de las comunidades educativas.

Aunque debe promoverse una colaboración entre ambos, los agentes de formación (padres, docentes y otros cuidadores) ejercen funciones exclusivas y a la vez complementarias en cada uno de ellos. Aunque los roles de cada contexto de formación están claramente definidos, por lo menos en cuanto a la teoría se refiere, en la práctica existe confusión al respecto.

Lo anterior genera caos al interior de las familias y de las instituciones educativas. Ambas partes exigen el cumplimiento de las responsabilidades formativas que cada una asume que tiene la otra. Sin embargo, tales acciones no sobrepasan el plano de la controversia y al final, las diferencias de opinión se perpetuán generando escasas respuestas ante la necesidad de los niños y adolescentes de recibir una formación integral.

Hoy en día, la situación económica obliga a la gran mayoría de padres y madres a trabajar fuera de casa para vivir con cierta holgura. Así el cumplimiento de los compromisos laborales los mantienen lejos de sus hijos un número considerable de horas al día.

Por tal razón, los padres optan por delegar el cuidado de sus hijos a terceros, que, con frecuencia, son empleados de confianza, guarderías o tareas dirigidas. Lastimosamente, de nuevo por razones económicas, contratan a personas bien intencionadas pero poco preparadas para tan importante labor.
Resulta poco conveniente que los padres de familia dejen de ejercer su rol y esperen que el personal de los colegios supla sus funciones parentales. Las instituciones educativas no se pueden convertir en los padres de familia, porque en esa medida, ninguna de las dos instituciones podrá desempeñar su rol a cabalidad.

Sin embargo, muchos padres de familia aspiran que las instituciones educativas ejerzan las funciones que tradicionalmente les competen a ellos y dan por sentado que el personal de dichas instituciones es quien debe enseñar a sus hijos aspectos tales como: hábitos de aseo e higiene personal, hábitos de alimentación, valores éticos y morales y en general, normas de urbanidad y buenas costumbres.

En casos más extremos, algunos padres también esperan que aspectos relacionados con la religión, la socialización y la sexualidad también sean abordados en primera instancia por el personal de las instituciones educativas.

Sin embargo, la realidad es que antes de su ingreso a una institución educativa, lo deseado es que el niño haya recibido un ABC en estos aspectos de mano de sus padres porque de lo contrario el proceso de adaptación escolar, no solo en niños sino también en adolescentes, puede llegar a ser un verdadero dolor de cabeza para el hijo y para sus padres
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Las instituciones educativas deben y pueden brindarles a los padres de familia y a sus hijos la colaboración que requieren, para que la tarea que se inició en el ambiente familiar, tenga continuidad en el ambiente escolar. Así, ambas partes se apoyarán y acompañarán en el proceso de crianza y de escolaridad del hijo-alumno, sin que haya lugar a una sustitución de roles.

Si los agentes de formación, no desempeñan el rol que les compete con los niños y adolescentes, seguiremos preguntándonos por qué las nuevas generaciones no muestran modales de educación, no resuelven problemas de forma asertiva, no se proponen alcanzar metas, no asumen responsabilidades, no muestran capacidad de sacrificio o de espera, entre muchas otras conductas a las que con frecuencia hacemos referencia, responsabilizándonos unos a otros de tal realidad
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En ocasiones considero que la sociedad en general se encuentra en deuda con las nuevas generaciones, ya que sin haber establecido bases sólidas en sus vidas, pretende que los niños y adolescentes cumplan con miles de requisitos a muy corta edad, sin ningún tropiezo y en todos los ámbitos de la vida (personal, familiar, académico, profesional, espiritual, entre otros). Así expuesta la situación, las expectativas resultan poco realistas. !!!!!!Piénselo papá, mamá, maestro o profesor y reflexione¡¡¡¡¡¡  britozenair@gmail.com


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