“PARA CONSTRUIR FUTURO HAY QUE EDUCAR MEJOR”
Zenair Brito Caballero
(britozenair@gmail.com)
El futuro de un país se
construye con educación de calidad. Si en el presente Venezuela no construimos
el futuro, no tendremos futuro. Parece tautología, pero es lógica concluyente.
Se construye con educación permanente porque el futuro es dinámico y en cada
paso nos desafía con sus nuevas sorpresas y exigencias, que demandan nuevos
conocimientos y nuevas competencias.
Ya no basta recibir educación una vez
para toda la vida. Pero la educación permanente de cada ciudadano será
viable, mucho más barata y eficaz si la Educación Inicial, la Educación Escolar
Básica y la Educación Media llegan a todos y tienen calidad.
Solo la educación
constantemente actualizada pone los cimientos y las bases fundamentales para
garantizar el futuro. Me ha impresionado bastante la convicción de Barack
Obama, presidente de Estados Unidos, en su reciente discurso sobre el estado de
la nación, quien recogiendo las palabras de Robert Kennedy, cuando dijo que “el
futuro no es un regalo, es un logro”, afirma que para “competir por los empleos
y las industrias de nuestros tiempos, necesitamos innovar más, educar mejor y
construir más que el resto del mundo”.
Para innovar y construir más,
ciertamente hay que educar mejor y con calidad. Estamos muy lejos de poder
aceptar la educación que ofrecemos a nuestros niños, adolescentes y jóvenes,
porque no tiene los mínimos necesarios de calidad. Arrastramos deficiencias que
nos han dejado graves problemas.
Para citar algunos de ellos, podemos aludir a la alta deserción de
adolescentes que abandonan la educación formal antes y durante la Educación
Media, de ciudadanos que no tienen bachillerato, pésimo estado de la educación
superior e incluso de las universidades.“Pongámonos a pensar”.
En los próximos diez años casi
la mitad de todos los nuevos empleos requerirán educación superior, no solo
estudios secundarios” (B.Obama) ¿Qué futuro tiene Venezuela?, ¿Qué futuro
tienen nuestros ciudadanos, incluidos niños, adolescentes y jóvenes, si la
mayoría ni siquiera alcanzan el bachillerato y han cursado una Educación
Escolar Básica mediocre en las llamadas misiones educativas y en tan corto
tiempo? ¿Cuál será nuestra capacidad de sobrevivir sin pobreza, de competir
y de colaborar con el desarrollo de otros países si algunas de nuestras
instituciones de educación superior públicas, es decir, las instituciones como
la Bolivariana o las Aldeas que forman a nuestros profesionales, responsables
de todos los desarrollos, otorgan títulos profesionales simplemente a cambio de
seguir el entrenamiento socialista que llevan la marca en los planes de estudio?
Es preocupante que quienes
tienen poder de decisión en el Estado y los gubernativos que tienen
responsabilidad en los procesos políticos, sigan de espaldas a los problemas
fundamentales de la nación.
Es lamentable que quienes
aspiran a los espacios de poder luchen por las elecciones sin presentar
programas de gobierno para levantar al país. Para salir de nuestro estado de subdesarrollo,
para construir un futuro digno y promisorio para todos los venezolanos y
venezolanas hay que iniciar la transformación educativa.
Esa transformación debe
iniciarse con nuevas políticas de formación docente inicial y de los que están
en ejercicio; nuestros gobernantes del Poder Ejecutivo y del Poder Legislativo
tienen que destinar a educación como mínimo el siete por ciento del producto
interno bruto e ir aumentándolo progresivamente hasta el diez por ciento en los
próximos años y mantenerlo así al menos durante dos décadas.
Al ritmo de inversión que damos
a educación, ni siquiera tenemos recursos para arreglar las muchas y profundas
deficiencias que arrastramos, es decir, en vez de avanzar nos quedamos
estancados cuando la aceleración de los cambios está agrandando la brecha entre
nuestro país y los demás de la región y no digamos del Primer Mundo.
La historia va a juzgar muy
duramente al gobierno socialista-comunista de este país, que desde hace 13 años
ha menospreciado el poder transformador y enriquecedor de la educación aunque
se jacte de haber creado las misiones educativas como proselitismo politiquero.
Ya no hay excusas para mantener
a la educación en estado de absoluta precariedad. En todo el mundo hay
conciencia definitiva sobre la trascendencia de la educación para la
eliminación de la pobreza, la emancipación de tantas dependencias y el
crecimiento de los pueblos. ¿De qué ha servido la celebración del Bicentenario
en los países latinoamericanos si nos quedamos en la esclavitud y en la ignorancia?
No hay comentarios:
Publicar un comentario