“VENEZUELA
Y EL ESTADO COMUNAL”
Zenair
Brito Caballero
Las revoluciones anticapitalistas del siglo XX se especializaron
por tener un sistema político de partido único y una economía bajo control
estatal. La transición al socialismo en Europa (antigua URSS y otras naciones
del Este) fracasaron. China mantiene su sistema político pero ha ido
modificando su sistema económico, sobre todo con la apertura al capital
extranjero. Y Cuba está optando por descongestionar el Estado e incentivar la
pequeña propiedad, en el marco de un sistema político basado en el partido
único, el comunista.
La economía estatizada es un avance frente a la propiedad
capitalista pero no garantiza el fin definitivo de ésta, pues siempre hay un
riesgo, que la burocracia del Estado acumule riquezas y al cabo de un tiempo
restablezca el capitalismo. Eso pasó en la URSS y en Europa del Este, pero no
pasó en Cuba, que ahora disminuirá el peso del Estado en la economía, para
desarrollar la pequeña propiedad y las fuerzas productivas.
En Venezuela la transición difiere de las otras experiencias y
se sustenta en el desarrollo económico y político de las comunidades, las
cuales se agruparían en comunas y en ciudades comunales (varias comunas) para
conformar el Estado Comunal.
Las comunas son amigos lectores, entidades locales socialistas, creadas por
iniciativa de la población e integradas por comunidades vecinas con rasgos
históricos y culturales parecidos. En ellas se conforma un régimen de propiedad
social y un modelo de desarrollo endógeno acorde a lo establecido en el Plan
Nacional de Desarrollo Económico y Social.
En definitiva, las comunas, tal como están diseñadas, son
espacios comunitarios con sus propios autogobiernos y sus empresas productivas
y de servicios. El desarrollo de las comunas y de las ciudades comunales
ampliaría supuestamente el poder político del pueblo y fortalecería la economía
venezolana, bajo un esquema de propiedad social, no capitalista sino
socialista-comunista.
Para el despegue o la expansión de las comunas, el Estado
Nacional les otorgaría recursos y les apoyaría para que desarrollen sus
capacidades de gestión y administración. Eso se viene haciendo desde hace
algunos años en muchas comunidades, con resultados desiguales.
Si las comunas llegan a generar el 30% o 35% del PIB y si el
Estado Nacional mantiene un aporte de alrededor del 30%, la propiedad
capitalista no podría sostenerse por muchos años más. El avance de las comunas
y del Estado sería irreversible
Como las comunas se
desarrollarían con recursos propios y del Estado (que los canalizaría
directamente) y como manejarían servicios públicos, la existencia de las
alcaldías y las gobernaciones no se justificaría en el largo plazo. Una
nueva reforma constitucional podría suprimirlas e integrar a la nación en un
Estado Comunal.
Esa vía de tránsito al socialismo evitaría que la burocracia del
Estado acumulara riquezas y desarrollara nuevas propiedades capitalistas. En la
propiedad social es muy difícil (no imposible) que se generen riquezas
individuales, al margen del colectivo, y que surjan nuevos núcleos burgueses.
Para evitar que eso ocurra es decisivo el desarrollo cultural y político de las
comunidades.
Naturalmente, Venezuela no llegará sola al socialismo, pues como
el socialismo sería una sociedad sin explotación, es decir, sin clases, solo
podría construirse a escala planetaria. Maduro y el gobierno, son conscientes
de ello. Por eso, en el cierre del Foro Social Mundial realizado en Venezuela
en enero de 2006, se dijo lo siguiente: “Es absolutamente imposible la
revolución en un solo país. Estamos debilitando las columnas del sistema
capitalista, pero, o cae en todo el mundo o no cae en ninguna parte”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario