martes, 30 de abril de 2013

“NO ES LO MISMO INDIGNARSE QUE ESTAR INDIGNADO”


“NO ES LO MISMO INDIGNARSE QUE ESTAR INDIGNADO”

Zenair Brito Caballero

Hoy nuevamente amanecí sin ganas de escribir sobre política y voy a señalar un aspecto que psicológicamente está afectando a miles de venezolanos. Todos las personas de este planeta somos seres emocionales, es decir, que vivimos y convivimos con las emociones en todo momento; llámese ira, envidia, culpa, temor, alegría, tristeza, dolor, vergüenza, indignación, entre otras más. Te darás cuenta que en un solo día podemos ‘brincar’ en un gran abanico de emociones. Una emoción común es la cólera. Se cree, equivocadamente, que existen emociones buenas y malas, lo cual no es verdad.

Lo que hay detrás de una emoción es una intención y en todo caso, la intención es la que podría ser constructiva o destructiva, pero las emociones no son buenas ni malas, las emociones son naturales, propias de nuestra especie y parte de esta naturaleza es poder expresarlas.

Un problema muy recurrente con la emoción de la cólera es que permitimos que se apodere de nosotros, y reaccionamos desde el arrebato y no desde la conciencia.

El resultado inmediato será un desahogo y una gratificación instantánea ‘de poder’ pero a corto plazo la consecuencia será sentirnos incómodos con nosotros mismos por aquello que hicimos o dijimos al estar sumergidos en la emoción.

Indignarse no es malo. Lo que no es saludable es mantenerse enfurecido, ¿Alcanzas a ver la diferencia? Cuando te indignas lo sientes en ese momento le das salida y te liberas del disgusto, sin embargo, el mantenerte enfurecido significa que ‘encerraste’ tu disgusto en tu interior manteniendo viva la ira y cuando la mantenemos viva es ahí cuando brincamos del disgusto a estar indignados.

Estar indignado significa conservar la ira en nuestro ser. Esto no representa que estarás echando ‘rayos y centellas’ todo el día, esto significa que aún cuando haya pasado mucho tiempo y alguien o alguna situación te conecte a lo que sucedió en el pasado (que te irritó) lo detonará en tu interior volviéndote a ‘encender’.

De hecho, el disgusto se siente en el plexo solar (a la altura del ombligo) y literalmente sientes que arde, que te quema. Si pones atención, la situación a la que te conectas ya no está sucediendo (más que en tu mente) pero tu cuerpo simplemente obedece a tu furia mental.
El primer paso para liberar el disgusto (o cualquier otra emoción) es reconocerlo.

Necesitas no sólo sentir el enfado, necesitas reconocerlo. Una vez que lo reconociste, es indispensable que le demos salida con una sola condición: “No me hago daño a mi ni le hago daño a nadie”. Le puedes dar salida física a tu enojo gritando en tu auto, pateando almohadas o el colchón, pegándole a una bolsa de boxeo o rompiendo periódicos, por poner unos ejemplos.

Esto no cambiará la situación con quién tengas el problema, pero definitivamente te dará mayor espacio en tu mente para pensar con más claridad y serenidad, porque el espacio que ocupaba el disgusto estará libre. Esta necesidad de clasificar y etiquetar las emociones como buenas o malas hace que violentemos nuestro cuerpo al almacenar sentimientos de revancha interior.

Dale permiso que salga, eso te hace ser una persona responsable. Si necesitas tiempo para ‘refrescar tu mente’ ¡Pídelo! Algo que siempre te va ayudar es tu respiración, la respiración profunda, abdominal y consciente oxigena tu cerebro y te ayuda a canalizar las emociones de forma gradual pero significativa.

Cuanto más indefinida está la conciencia mayor probabilidad de vivir una vida mecánica, gobernada por impulsos inconscientes y respuestas automáticas.

Recuerda que tú siempre estás al mando, tú siempre eres quien elige qué hacer.

Es mentira que el que se encoleriza pierde… el que se mantiene enfurecido es el que de verdad pierde. Créeme que muchos de los problemas no son los problemas en si… sino la forma en cómo elegimos reaccionar a ellos. ¡Elige amor a la vida y al prójimo y empieza por ti! 

 (britozenair@gmail.com)

sábado, 27 de abril de 2013

VENEZUELA SE ZARANDEA ENTRE EL FRAUDE Y LA ILEGITIMIDAD


VENEZUELA SE ZARANDEA ENTRE EL FRAUDE Y LA ILEGITIMIDAD

Zenair Brito Caballero
La conmoción político- social que vive Venezuela a raíz de los resultados electorales del pasado domingo 14 de abril es aterrador, espantoso, horripilante y mantiene expectante la atención regional, continental y mundial.
Frente a unos resultados supuestamente tan parejos y discutibles, es indudable que la pasión por el triunfo tenga encendidos los ánimos y brote cada día más el distanciamiento entre las huestes de uno y otro bando, reclamando cada quien el éxito democrático que es sin duda alguna de la oposición.
El asunto se ha ido propagando fuera de las fronteras venezolanas a todo el mundo, por la situación que aquí se escenificó a raíz del surgimiento del chavismo en 1998 y las repercusiones del socialismo-comunismo, que su desaparecido líder trató de imponer a los venezolanos y como consecuencia de sus posturas, entre soberbias y excéntricas, que siempre fueron motivo de atención por donde quiera que se moviera.    
En estos momentos, los venezolanos observamos con gran angustia que este trascendental momento no se vaya a superar dentro del marco de la civilidad, la concordia, la serenidad y la calma requeridas y que, ojalá así no acontezca.
Este, que fue un torneo con arrolladora  participación ciudadana  no se convierta en el detonante peligroso para el desarrollo de un proceso de violencia cuyas consecuencias serían impredecibles. En estos casos la cordura enseña que en el verdadero juego de la democracia hay que saber perder e, igual, hay que saber ganar, pero ya todos sabemos lo que sucedió el 14 de abril. 
Henrique Capriles, el líder carismático, joven e inteligente luchador político, de un fortalecido y millonario caudal electoral, ha entendido que  la dialéctica de estas lides se encaminan a establecer que  quien alcance el mayor número de adeptos merece llevar colgado en sus hombros la medalla del triunfo, y si  queremos persistir en la lucha, para demostrar el triunfo electoral, hay que enrolarse para afianzarse hacia la defensa de los millones de votos obtenidos con una auditoria que de los reales resultados, porque ya es más que conocido el fraude electoral que colocó a Maduro como ganador según el CNE, pero no por los millones de votos que dieron el triunfo a Henrique Capriles Radonski.
Y Nicolás Maduro, el ungido por el CNE y sus Rectoras socialistas-comunistas, también sabe que ese medio país que no lo acompañó, somos millones de millones de coterráneos por los que hay que trabajar con igual esmero, porque después de su supuesto triunfo la tarea es en favor de todos no solo de sus seguidores chavistas o Psuvistas, pues  alimentar el sectarismo, la intolerancia y el sectarismo político como lo están haciendo tanto él como sus acólitos es mantener la polarización, y ello se está convirtiendo en un instrumento peligroso para su estabilidad en el ejercicio del poder.
El sucesor del comandante, quien se hace llamar su hijo, a cuya memoria alude con frecuencia, debe entender que  conquistar la gobernabilidad en estos cruciales momentos no le resulta fácil, por lo que su habilidad como político aprendida de su padre debe concentrarla en esos propósitos, sobre todo cuando es incuestionable que el chavismo es un Titanic que ha comenzado a hundirse con sus luces ya apagadas.
Los ojos del mundo miran hacía nuestra nación venezolana, más cuando voces internacionales y millones de sus habitantes clamamos por el reconteo voto a voto, pero ese mecanismo pareciera que aquí no existe según el CNE, dándole largas a su inicio.
De todas maneras lo anhelado es  que  en el gobierno y en la oposición, impere la sensatez y la mesura. Necesitamos ánimo, fe y esperanza para que la verdad derrote a la mentira del gobierno ilegítimo. AMÉN. 



viernes, 26 de abril de 2013

“VENEZUELA TRAGEDIA y COMEDIA AL MISMO TIEMPO”


“VENEZUELA TRAGEDIA  y COMEDIA AL MISMO TIEMPO”

Zenair Brito CABALLERO

Karl Marx, tipo perspicaz, escribió que la historia se repite, primero como tragedia y después como comedia. ¡Muy cierto! Lo que no imaginó fue que una historia podría ser tragedia y comedia al mismo tiempo. Casualmente, Marx, tan 'adoctorado' y dogmático, es protagonista del más hilarante sainete del siglo XXI, la Revolución 'bolivariana', que devino en tragedia con la imposición de un régimen marxista a un pueblo venezolano consumista, alérgico a las penurias económicas.
¡Sí! En Venezuela, la historia que comenzó como comedia, se volvió tragedia. El bolivarianismo no es nada. Bolívar fue grande: escritor exquisito, pensador liberal, líder militar de epopeya y también con rabo de paja. ¿Pero, revivir hoy a Bolívar como guía y faro en pleno siglo XXI ¡por favor!? ¡Qué desatinado! ¡Qué deschavete!
Cuando el marxismo entró en barrena (1989), Chávez, 'Alfonso Cano' y la extrema izquierda latinoamericana desplazaron de su iconografía a Marx y Lenin para sustituirlos por Bolívar. 'Bolivarianismo' es el nuevo nombre del marxismo, dijeron. Disfrazar a Marx con la ropa de Bolívar era una idea absurda.
Si ellos se hubieran encontrado en la vida, se habrían agarrado de las mechas. En 1858, Marx le escribió a Engels esta galanura: "Hubiera sido pasarse de la raya querer presentar como Napoleón a Bolívar, el canalla más cobarde, brutal y miserable". Por su parte, Bolívar, de haber leído a Marx, habría escrito: "Su prédica tiránica, su persecución de las libertades y derechos -la propiedad privada, entre ellos- demuestran que el marxismo es el canalla más cobarde, brutal y miserable".
El difunto comandante ordenó hace algunos años la unificación de todos sus partidarios en un solo partido, el PSUV. El Partido Comunista sacó pecho y pensó que todos se integrarían en torno suyo, dada la comunión del comandante con sus principios. Pero el caudillo no quería árboles que le hicieran sombra. Primero intentó persuadirlos para que disolvieran al PC en el PSUV, con el argumento que, aunque eran los mismos, el pueblo no le jalaba al marxismo pero sí al bolivarianismo; que más tarde, cuando hubiese condiciones, se quitarían todo el camuflaje y declararían su militancia marxista.
Nada valió, y los comunistas se pararon en las cuatro. El teniente coronel, furioso, hizo una declaración destemplada (2003), aunque nada sincera: ¡el marxismo es cosa del pasado! Hace unos pocos años, cuando estaba casi solo, regresó humilde al redil, al Partido Comunista, y se declaró nuevamente marxista. ¡Claro que era marxista! La mejor demostración es la hecatombe que dejó en la destartalada sociedad venezolana.
Sólo una administración marxista es capaz de apagar a una potencia energética como Venezuela. El comandante alegaba que era la sequía. El científico Nassim Nicholas Taleb lo desmintió. Aun así caiga agua a cántaros en toda Venezuela, la principal hidroeléctrica, El Guri, funcionará mal. Hay siete turbinas paradas por falta de mantenimiento; y lo mismo ocurre en las centrales térmicas. "Vamos para un apagón de varios años", es la apocalíptica predicción del científico.
Los marxistas – Fidel, Raúl Castro, Evo, Correa, Cristina Fernández y Ortega- no creen en el mercado y atiborran las gacetas con decretos intervencionistas, que terminan despelotando las economías. Y como la macroeconomía sólo se rige por una verdad, la ley de la oferta y la demanda, cada paso que dan contra los agentes económicos hunde más a sus países.
Y, ellos, marxistas al fin y al cabo, se la montan y persiguen a los agentes, en lugar de rectificar sus principios absurdos contra el sistema de propiedad privada e iniciativa particular. Mientras tanto, liberales como Dilma, Santos o Piñera, dan garantías a la inversión, ven crecer sus economías y generan bienestar colectivo.
Pero tranquilos, inversionistas y negociantes de los  intervenidos o expropiados Hipermercados Éxito hoy llamados Bicentenarios y las amenazas a las Empresas polar y demás damnificados en Venezuela. Tarde o temprano las aguas políticas y económicas volverán a su cauce.
Allende quebró a Chile con la aplicación de su programa marxista, pero la posterior vigencia del derecho de propiedad y las leyes del mercado remediaron el caos. Eso es remedio infalible. 

britozenair@gmail.com

jueves, 25 de abril de 2013

“ELECCIONES VENEZOLANAS YA ERAN MÁS QUE SOSPECHOSAS”


“ELECCIONES VENEZOLANAS YA ERAN MÁS QUE  SOSPECHOSAS”

Zenair Brito Caballero
Se percibe que alguien aquietó rápidamente a Nicolás Maduro con eso del recuento voto por voto y urna por urna, que él había aceptado de inmediato, con tono desafiante por supuesto, pero de lo cual, según parece, se arrepintió casi enseguida. Alguno de los Psuvistas de alto mando le deben haber dicho: “oye chico Nicolás, no te apures, tú te lo crees todo”.
Una cosa es lo del “pajarito en quien reencarnó” según Maduro el difunto comandante, o lo de la recomendación que supuestamente Chávez hizo a Dios para que designara un Papa de la región, o lo de las peliculitas sobre su arribo al Paraíso, pero eso del recuento sí que no está dentro de lo previsto y ni hasta de lo imaginable. La presidenta del Consejo Nacional Electoral (CNE), Tibisay Lucena, rápidamente decretó el triunfo de Nicolás –así entre nos– y a otra cosa mariposa.
He escuchado a muchos políticos decir, que hay tres formas de hacer fraude en una elección: antes, durante y después. Según parece y opina mucha gente seria, en las recientes elecciones que fraudulentamente ganó – ¿ganó?– Nicolás Maduro parecería que se dio en todas las instancias. Cautelosos y por cualquier eventualidad no se aceptaron observadores internacionales serios, y solo se recibió a “acompañantes” amigos y en particular de la Unasur.
Es indiscutible que Nicolás Maduro, lo que no debió ser por respeto a la Constitución de 1999, compitió como presidente encargado cuasi para constitucional –como el “caballo del comisario”, como se dice–, que usó y abusó del poder y recursos del Estado y de los medios oficiales en una relación de 50 a uno con Henrique Capriles, y que desde el gobierno (veánse anuncios y amenazas desde el Ministerio de Defensa y en Pdvsa, para citar las más flagrantes), presionó, advirtió y amenazó a los empleados y seguidores a destajo.
Durante el acto de votación, todo el mundo pudo ver fuera de los centros de votación miembros del PSUV con franelas rojas en un punto rojo haciendo proselitismo político a menos de 200 metros del Centro, votantes con franelas y gorras rojas, cómo había mesas con “supervisores” o acompañantes que seguían y guiaban a votantes, entre otros detallitos. Y en cuanto al después, todo muy raro: apagones, trabajos “a solas” de gente de confianza, apuro en la proclamación de Maduro y toma de mando y por supuesto nada de recuento de votos.
Tibisay Lucena con total facilidad y desparpajo les decía a los venezolanos, palabras más, palabras menos: “Ustedes voten tranquilos, en libertad y a quien quieran, que después el CNE es quien cuenta los votos, porque este sistema automatizado es el más perfecto del mundo”.
Es que no era previsible que el chavismo socialista-comunista cediera el gobierno y el poder, por unos votos más o menos. Ya lo habían anunciado de forma sutil, y no tanto. Es que son coherentes, no cabe dentro de su filosofía socialista-comunista. El objetivo es obtener el poder como sea, y una vez se han hecho del mismo no lo van a entregar así como así y menos por una “formalidad democrática”, como han definido desde siempre a las elecciones.
Chávez fue un golpista, fracasado es cierto –se dice que por ineficiente y por miedoso–, y luego llegó al poder aupado por la camarilla de los antiguos comunistas de los años 60 y 70, por ex militantes adecos, copeyanos y ciudadanos independientes que aspiraban un cambio, los que creyeron que llevaban un títere propio al gobierno para acabar con el monopolio de los partidos políticos.
Se equivocaron toditos con el candidato, como también se equivocaron cuando trataron de adueñarse del poder cuando los militares, no tan metidos, comprometidos y privilegiados como ahora, sacaron a Chávez en abril del 2002 y lo volvieron a poner.
En este momento Maduro ya cuenta con el total aval de la Unasur, lo que, según Ollanta Humala, contribuye al “fortalecimiento de la democracia”. ¿Alguien dudaba qué decisión iba a tomar la Unasur? Sin embargo, lo que sí es casi seguro es que los observadores de la Unasur no van a ver con buenos ojos la Auditoría de las elecciones fraudulentas del 14 de abril. Y tras el supuesto “claro triunfo” de Nicolás Maduro nombrado por el CNE y no por el pueblo venezolano, ahora viene la represión, la reprimenda y el castigo.
Puede pasar y hacer cualquier cosa. Primero, porque ahora tienen datos concretos que los que no los quieren son muchos más de la mitad del país. Segundo, porque saben que en paz y normalidad la tarea que tienen por delante es gobernar y encaminar a un país descalabrado y arruinado por el chavismo socialismo-comunismo y su mafia, uno de los más ricos del mundo, que el chavismo revolucionario comunista ha sumido en el infortunio y la miseria. Sería bueno que se hicieran cargo.
Quizás los venezolanos tengamos suerte y este cuestionado triunfo del chavismo socialista-comunista radical sea comparable a la invasión de las Malvinas a la que recurrió el dictador Leopoldo Galtieri, hecho que fue clave para que la gente se diera cuenta y así poner fin, sin discusiones, mitos ni nostalgias de ningún tipo, a aquella dictadura. Aún en muchos venezolanos persiste, el ánimo, la fe y la esperanza que es la última que se pierde. Hay un camino que Dios nos ayudará a alcanzar. 


domingo, 21 de abril de 2013

¿CÓMO ACABAR EN VENEZUELA CON EL CÍRCULO DE LA POBREZA?


¿CÓMO ACABAR EN VENEZUELA CON EL CÍRCULO DE LA POBREZA?

Zenair Brito Caballero 
Romper el círculo de la pobreza es una tarea inmediata que ya no necesita que se siga postergando, es un fenómeno social que ha sido y se continúa aprovechado en Venezuela por los chavistas socialistas-comunistas a través del clientelismo político y la manipulación de las emociones de los desposeídos. Este tipo de comportamiento debe ser repudiado por el resto de la sociedad y obligar a las autoridades y grupos politiqueros a que abandonen estas prácticas inmorales.
Yo me pregunto  ¿Cómo romper el círculo vicioso de la pobreza extrema y crear nuevas oportunidades?
Las políticas y acciones sociales no deben ser clientelistas ni que vuelvan dependientes a las personas de los líderes ni de una ideología, sino que le permitan a las mismas salir del estado de pobreza, además de ser universales para que no haya discriminación.
A todos los malos políticos socialistas-comunistas les conviene que haya pobres, ignorantes para poder manejarlos fácilmente y engañarlos. Pero la sociedad venezolana no tiene que aceptar este tipo de actitudes tan comunes, en los países subdesarrollados.
La pobreza se combate cuando toda una sociedad está convencida en lograr este objetivo y le exige a sus autoridades acciones que realmente mejoren en forma definitiva la vida de las personas. 
Indiscutiblemente Vivimos en un país con grande posibilidades de avance que permiten romper el círculo en el que estamos inmerso miles de venezolanos. Construimos cada vez más altos y más modernos edificios, tenemos metros, estamos dotados de sistemas de comunicaciones del primer mundo; estamos globalizados, todos conectados por celulares, teléfonos inteligentes e Internet y lo que hacen unos repercute como una caja de resonancia en todos los sectores, con el agravante de que el abismo entre unos y otros es cada vez mayor.
A la par con el crecimiento vertical y anárquico de las grandes ciudades suben generaciones de niños cada vez más distanciados los unos de los otros. Tenemos chef que preparan la más suculenta comida en los grandes hoteles, sin embargo tenemos todavía niños pudriéndose literalmente por el hambre y la desnutrición. 
Cada día más programas del gabinete social van dirigidos a los sectores menos favorecidos; ONGS, fundaciones, grupos sociales levantan sus voces y sus acciones a favor de la niñez, contra las drogas, por la mejoría de la educación, la salud,  y otros temas de importancia, para tratar de ganar una carrera contra el reloj que tiene todas las de complicarse con la crisis económica y la concentración de la riqueza.  
En la lucha por la sobrevivencia hay seres que, por sus condiciones propias y las circunstancias, logran romper el ciclo de la pobreza y salir airosamente de las condiciones más duras, a ser alumnos sobresalientes, universitarios meritorios, excelentes profesionales, orgullo de los barrios de donde salieron y del país. ¿Y los demás?,
¿Qué hacemos con lo que no han tenido la oportunidad de ir a la escuela y hacerse de una carrera universitaria?, ¿o aquellos que no tienen un amigo en el gobierno para poner sus conocimiento en práctica, pero que decir del estudiante universitario que termina su carrera y no logra ubicarse en el mercado laboral por todo aquello de contar con experiencia previa o no estar enchufado en el PSUV?.  
La pobreza extrema es la forma de violencia más deshumanizante, lleva a niveles de miseria física, humana, moral degradantes no solo para quienes la viven sino también para los que solo sacan provecho de la corrupción y de la sociedad sin contribuir a una verdadera transformación.
Se habla mucho de la pérdida de los valores, de la lucha contra la violencia, de la protección del medio ambiente,  pero las condiciones infrahumanas de vida de algunos sectores venezolanos condicionan sus modos de actuar. Carecen de todos los nutrientes emocionales, alimenticios y ambientales que hacen individuos sanos y equilibrados. Las víctimas de estas situaciones enfrentan a diario la falta de los servicios más básicos así como los flagelos de las familias descompuestas, de la violencia intrafamiliar y barrial, del hacinamiento y del hambre, sin hablar de los riesgos de  violaciones, embarazos a muy temprana edad y de la droga. Uno solo de estos elementos podría acostar a una persona en el diván de un psicoterapeuta.
Sin embargo, este es el pan cotidiano de muchas personas desde su gestación. Percibimos con pena que muchos de los niños de nuestros barrios marginados tienen  las “cartas marcadas” hasta desde antes de nacer.
Suben todavía generaciones con un “NO FUTURE” grabado en la frente. Estos niños y niñas, con una autoestima por el suelo, una salud emocional en su nivel más bajo, llenarán el ejército de los futuros desempleados y buscadores de sueños frustrados tanto bajo los uniformes de la policía como en las pandillas, la prostitución y el narcotráfico. 
Como sociedad tenemos una deuda social acumulada frente a una categoría de gente cuya pobreza prácticamente irreversible no les permite, a pesar de las misiones de asistencia implementados por el gobierno y otros sectores, mejorar su suerte por estar sumergida en un estado de alienación tal que no pueden ni siquiera atrapar las posibilidades que se les ofrecen. 
Los frentes son amplios y diversos, los desafíos gigantes y para eso  se necesitan sobre todo políticos comprometidos,  profesionales bien formados, psicólogos, trabajadores sociales, artistas, jóvenes conscientes y decididos, para invadir los callejones y las “partes atrás” con amor y dedicación tratando de promover cambios positivos.
Es necesario el surgimiento de una nueva generación que brote sin una marca establecida, hay que pensar que podemos ser mejores, que somos competentes de implementar cambios positivos para nuestra familia y para nuestro país, tenemos que apostar a una sociedad de mas iguales, pero que esa igualdad que nos une no es la pobreza sino mas bien la mejoría en nuestra calidad de vida, por ello no al comunismo y si a una verdadera democracia de ética y valores..
(britozenair@gmail.com)

miércoles, 17 de abril de 2013

“EL VENTAJISMO ELECTORAL EN LOS COMICIOS VENEZOLANOS”


“EL VENTAJISMO ELECTORAL EN LOS COMICIOS VENEZOLANOS”
Zenair Brito Caballero 
El proceso y la campaña electoral para los comicios del pasado domingo14 de abril estuvieron viciados por el ventajismo estructural y coyuntural que ejerce el régimen socialista-comunista que impera en el país. Vicente Díaz, único miembro no-chavista del Consejo Nacional Electoral (CNE), lo describió como “grosero y descarado”. No es un proceso libre ni justo.
Un proceso electoral distorsionado, encubierto, disimulado y solapado: por el uso y abuso de los recursos gubernamentales (petrodólares, bienes públicos, funcionarios) del Estado para los gastos de campaña (transporte, afiches, movilización, actos, anuncios de radio y TV), así como para aumentar demagógicamente las promesas, las prebendas, las donaciones de (electrodomésticos: neveras, cocinas, microondas, lavadoras, etc.), la inauguración de obras inconclusas, los subsidios y servicios sociales.
El propósito oportuno de los chavistas socialistas-comunistas, fue mantener y movilizar la mayoría electoral de un 54% más o menos, captada desde 1998. Esta mayoría “estructural” (unos 8 millones de votantes) se logró en elecciones pasadas con los programas asistencialistas de las llamadas “misiones” en vivienda, salud, educación y seguridad social que, según el decir de los chavistas, supuestamente  redujeron la pobreza de un 50% a un 20% (4 millones todavía) de la población.
El extinto Chávez empoderó con su populismo, demagogia y manipulación de las emociones de los desposeídos, esta mayoría estado-dependiente con una capacidad de consumo y un nuevo sentido de identidad, pertenencia y dignidad chavista. Por ello lo veneraron y hay muchos que todavía lo hacen.
Pero, uno de los elementos más delicados, es el control que tiene el régimen de todos los poderes del Estado. Chávez utilizó su mayoría electoral en el poder legislativo para copar el poder judicial y el CNE con adeptos acérrimos, y así modificar las reglas electorales a su favor, y perseguir e intimidar opositores políticos y medios independientes.
Inclusive así forzó el uso de un sistema sofisticado de votación automatizada, cuestionado por la mitad de los votantes  venezolanos y debido a su desconfianza en la neutralidad del CNE.
Además, ante la no juramentación de Chávez por su gravedad en Cuba, para su nuevo término presidencial, el régimen así inventó la figura inconstitucional de la “continuidad administrativa”, para efectuar un autogolpe que aseguró la permanencia indebida de Maduro, primero como vicepresidente, y luego como presidente a cargo y candidato para las elecciones que fraudulentamente acaba de ganar.
Las Fuerzas Armadas, encargadas de la seguridad de los comicios, han jurado defender a todo costo la revolución bolivariana, siendo su misión la defensa de la patria y la de los venezolanos.
Con una campaña de intimidación de los funcionarios que trabajan para el gobierno y que son  votantes generando dudas sobre el secreto del voto. Dirigida principalmente a funcionarios del régimen y de sus empresas, el gobierno alienta a sus simpatizantes y amedrenta a los opositores con el mensaje: “El gobierno sabe por quién votas. La tecnología lo permite”.
A través de la manipulación, dominación y abuso de los medios de comunicación del Estado y de sus aliados (controlan el 80% de los medios), los canales oficiales discriminaron contra la campaña de la oposición y el ministro de comunicaciones intimidando a los candidatos y medios independientes.
La oposición tenía solamente 4 minutos diarios disponibles en los medios televisivos para su campaña, mientras que el gobierno tuvo los mismos, más 10 minutos reservados para publicidad institucional, además de las cadenas nacionales por tiempo indefinido cada vez que le daba la gana. Ni debate hubo por miedo del candidato Maduro a enfrentarse al candidato opositor Henrique Capriles Radonski.
Este ventajismo amigos lectores, viola preceptos constitucionales y no es sancionado por el CNE ni la Contraloría General. Pero solo así, con trampas y funcionarios incondicionales el chavismo podrá superar el voto castigo que debería sufrir como consecuencia de la deteriorada situación del país, incluyendo el desabastecimiento y la inflación (la más alta en América Latina), la inseguridad y la criminalidad (de las más altas en el mundo) y los deplorables servicios del Estado. Un 50% de venezolanos cree que el país está en mal camino y hay sospecha de un fraude en los comicios.
Se requiere ese ventajismo del régimen para asegurar el continuismo en el poder de un gobierno autoritario en control de una democracia incompleta, donde el régimen cree que por haber ganado con fraude las elecciones tiene el derecho de ignorar o violentar los principios y libertades fundamentales de la gobernanza democrática.
Esta distorsión electoral es también una clara violación a los principios y prácticas fundamentales de elecciones libres y justas, acordados por todas las democracias del continente en la Carta Democrática Interamericana de la OEA.
Quizás por ello el chavismo socialista-comunista rehusó invitar la observación electoral de la OEA y la Unión Europea. Flaco favor le hacen a un probable amañado y fraudulento triunfo chavista en estas condiciones electorales: su gobierno será cuestionado por la oposición y la comunidad internacional y no gozará de legitimidad de origen.

lunes, 15 de abril de 2013

“ACABEMOS CON EL MIEDO RESIGNADO QUE DOMINA A LOS VENEZOLANOS”


“ACABEMOS CON EL MIEDO RESIGNADO QUE DOMINA A LOS VENEZOLANOS”
Zenair Brito Caballero 

El miedo es una sensación que normalmente es personal. Cada uno  convive con sus propios miedos según su entorno y los sucesos que lo afectan. Pero cuando trasciende a otras personas, el miedo se hace colectivo y se apodera de la vida de muchos, que lo comparten como un mal común. Si se apodera de una multitud, estamos ante el miedo de masas, que se convierte en pánico y suele provocar acciones extremas por parte de algunos individuos que pierden el dominio de sí mismos.
También existe el miedo resignado que domina a una sociedad, y éste es el que hoy vive la sociedad Venezolana, debido a la falta de seguridad. El miedo se ha incorporado a nuestra vida como una sombra indeseable y permanente que persigue donde quiera que estén y ocupa el pensamiento de los ciudadanos sin dejarles trabajar, divertirse o dormir tranquilos. La ciudadanía venezolana vive en un estado de inseguridad, sin saber qué hacer, si poner alarmas, si armarse, si adiestrar perros de guardia, etc.
Es una situación a la que, además, nuestra sociedad no estaba habituada. No hace tantos años el venezolano como usted o como yo vivía en un ambiente de tranquilidad casi pueblerina, dejando las puertas de las casas abiertas o cerradas sin cerrojo, los carros con los vidrios abiertos y salíamos a la calle a conversar con amigos y vecinos.
La situación no se resuelve sólo culpando a la Policía, que tampoco sabe bien qué hacer, -o qué los dejarán hacer -, porque el Poder Judicial usa los "derechos humanos" para defender a los indeseables en lugar de apoyar a las fuerzas del orden. El gobierno socialista-comunista culpa a los medios de comunicación, que "exageran" la crónica roja.
¿Por qué el gobierno socialista-comunista no acepta la realidad  y asume la responsabilidad? ¿Por qué se empeñan en decir que la gran batalla es contra el Imperialismo, contra la burguesía, el Narcotráfico y las grandes mafias? El problema de nuestra sociedad venezolana está en la delincuencia juvenil, en los adolescentes que delinquen, que han incorporado la impunidad como un derecho, y para quienes la propiedad y la vida ajena carecen de valor. Robar y matar o matar para robar, o simplemente matar porque sí a quien use otra camiseta que no sea la roja, no tiene para ellos ninguna importancia, ni jurídica ni moral. Carecen de conflictos de conciencia porque carecen de valores morales para distinguir entre el bien y el mal.
Estos menores marginales, hijos de ladrones, drogadictos y alcohólicos, son ajenos al sistema educativo que se encuentra absorbido en sus propias  luchas gremiales.
En medio de esta situación surgen otros miedos colaterales: el miedo a defenderse de ladrones y asesinos imberbes, olvidados del derecho a la legítima defensa, mientras que el Estado no se siente capaz de defender a sus ciudadanos de esta horda de desaforados a quienes nadie les pone límites.
Y no es que no se puede, es que no se quiere. Hay que aparentar el papel de "protectores de los malhechores", (condenados a ser delincuentes de por vida) inocentes e irresponsables víctimas de una sociedad injusta, que por tanto debe tolerarlos sin derecho a defenderse con las mismas armas con las que son atacados y asesinados.
La inteligencia del gobierno, supuestamente es brillante para recaudar impuestos, pero, no ha sido capaz de instrumentar un solo sistema de rehabilitación porque eso no les interesa. 
Mientras tanto los venezolanos se van acostumbrando a la impunidad y al miedo, a no defenderse y a esperar que el Gobierno les cuide. Pero lo que ningún gobernante puede predecir son los límites del miedo. El coraje perdido y la ética olvidada son las únicas armas que tiene la ciudadanía para salvarse del miedo. Son difíciles de encontrar pero el día llegará que alguien encuentre el camino de "parar la mano" y podamos salvar a esta democracia moribunda.
Algún día la población se va a aburrir de tanta mentira y de no poder convivir más con el miedo. Y ese día va a llegar, a pesar de los cálculos políticos de muchos. 
(britozenairgmail.com)


miércoles, 10 de abril de 2013

“A VOTAR PARA GANAR”


“A VOTAR PARA GANAR”
Zenair Brito Caballero

¿Por qué si los políticos saben que la gente está  molesta, defraudada y decepcionada del gobierno con su fulana revolución socialista-comunista y los electores están al tanto que ellos lo saben, otra vez  el candidato Maduro los  engaña con la “política de la mentira y la manipulación de las emociones”?

Para los que aun siguen creyendo en el chavismo o lo que ellos dicen socialismo-comunismo: la política de la mentira, del embuste, de la falsedad es el mundo del pleito, la propaganda vacía, la ausencia de ideas nuevas e innovadoras; el de las bajadas de piso y el coro de seguidores adoctrinados envuelto todo en una urgencia electorera de mantenerse en el poder. ¿Son sordos, cínicos o, por el contrario, sabios que conocen muy bien la idiosincrasia nacional?

Me inclino por esto último: los políticos revolucionarios del alto gobierno saben lo que hacen. Si no dan bola a las demandas a favor de una política de altura, es porque navegan por una realidad muy distinta a la del resto de los mortales. Su supervivencia depende de su capacidad para manipular a las masas ignorantes e iletradas, satisfacer clientelas: dirigentes locales, financistas, comunidades necesitadas que les ayuden a seguir mandando hasta que les dé la gana.

Todo un fuego cruzado de peticiones, rogativas, petitorias, favores, expectativas e imposiciones sobre el que creen presidir, pero, en la práctica, es la maraña que los atenaza y reduce a figuras de proa. No que hagan ascos pues de ahí todo el mundo come, los grandes figurones, obviamente, más, pero no por ello dejan de ser prisioneros, a gusto, pero prisioneros al fin de sus propios errores y resbalones.

Visto así amigos lectores, la gran política es, hoy, solamente un lujo para intelectuales y otros despistados que por supuesto no están en el gobierno socialista-comunista. Debajo del radar de las discusiones nacionales de verdad existe esa otra política, la de las clientelas locales, a quienes importa tres pepinos para donde vaya el país, siempre que puedan pegar su garrotazo a esa licitación de la alcaldía para hacer 500 metros de acera, nombrar un pariente como maestro policía, chofer del metro, vigilante de un ministerio o asesor de un ministro, arruinar a las pocas empresas que quedan, repartir  viviendas en comodato no con títulos de propiedad o cualquiera de esos pasatiempos en los que se entretienen quienes han adoptado el oficio de la política de las “mentiras, de las trampas y de los fraudes”.

Por eso, el que la “gran política” de las reformas y desafíos estratégicos esté entrampada, vaciada de contenido, no significa que nuestra política no se mueva. ¡Claro que se mueve! Lo que pasa es que discurre por otros canales: cada vez más se asemeja a una organización corporativa, totalmente ajena a la asamblea ciudadana ilustrada.

Es una política ágil, con excelentes reflejos para el clientelismo y, en ocasiones, la maquina corrupta, que parece indolente para las grandes cuestiones nacionales, pero solo lo parece porque, como hemos visto, lo suyo no es indolencia sino desinterés absoluto por el país.
Otra pregunta es, por supuesto, por qué dejamos que la política llegara a redefinirse estrictamente en estos términos, cuestión que da para mucho, pero que prefiero por ahora pasar de refilón para terminar con esto: el gran reto de este 14 de abril es romper en mil pedazos la política vil y aberrante de este socialismo-comunismo de 14 años.

El gobierno y su candidato Maduro aunque parezcan invencibles, no lo son. Otra política honesta, decente y democrática es posible y necesaria y todos unidos por el camino del Progreso lo lograremos. A VOTAR POR HENRIQUE CAPRILES RADONSKI PARA GANAR ¡AMEN!

 (britozenairgmail.com)

VENEZOLANOS POR TUS HIJOS NO NOS EQUIVOQUEMOS MAS


VENEZOLANOS POR TUS HIJOS NO NOS EQUIVOQUEMOS MAS
Zenair Brito Caballero 
Comenzó la lucha y la guerra sucia de la finalización de la campaña  electoral: alianzas, discusiones, triquiñuelas, ofensas, promesas que no se cumplen, en fin, lo mismo de siempre para dar como resultado lo mismo de siempre.

Venezuela no puede darse el lujo se equivocarse tanto en la escogencia de su gobernante como lo ha venido haciendo desde hace catorce años, por la buena o regular gestión de los que la regentaron, con entrega y deseos de servicio, era una nación modelo de democracia de América Latina en muchos aspectos: limpia, con estadistas académicos, de excelente verbo y jamás una grosería en sus labios, respetuosa del espacio público, sin escándalos de corrupción tan notorios,  en fin, era más que bueno el camino que se le había trazado para convertirla en una de las mejores de Latinoamérica.

De pronto, en los últimos años, se ha ido hundiendo en un abismo de desorden, de malos manejos, de corrupción rampante, de irresponsabilidad, de abandono; una pobre  tierra de nadie.

Duele que el prestigio que lograron buenos Estadistas, gobernadores, alcaldes, se haya perdido por la mala voluntad de los que han llegado con un socialismo del siglo XXI ¿qué no se sabe en que paró?, no elegidos a conciencia, sino por amistad, partidismo, compadrazgo, amiguismo y las disímiles promesas de imposibles o simplemente por la artimaña de un pueblo que cree que la vida y la historia se construyen sólo con el ‘folclorismo’ raizal que no nos permite una proyección nacional y ¿por qué no, universal?

Nos volvimos a meter en la caverna ignorando lo que dijo un pensador el admirado Platón: “ya es hora de mirar hacia el sol”. Ahí están los dos candidatos  uno que miente y miente como su mentor el extinto Hugo Chávez en 14 años sin hacer nada, honrado uno, otro ni que decir; capaz y brillante intelectualmente uno, incapaz el otro; marrullero, pícaro, embustero, no conocedor de la geografía del país y truhan. Lo  mismo de siempre que usted bien conoce y yo también hace 14 años, bueno en los políticos rojos-rojitos eso de la marrulla es muy común; sí,  ahí está Maduro, prometiendo, mintiendo, descalificando y metiendo la pata con su desconocimiento de la geografía venezolana, cómplice de los 14 años de desgobierno de su comandante y que su padre ja, ja, ja, ciertas unas, falsas otras;  o apareciendo con una humildad más franciscana que la del santo; amable y besador de viejitas y de niños; ahí están todos sus acólitos aplaudiéndole cual focas en un acuario, sin ninguna novedad.

Pero si escogemos entre el prospecto que se nos presenta con un camino de progreso, sabemos que valdrá la pena y pueda rescatar a la nación y reiniciar una buena parte de su historia

No más equivocaciones amigos lectores. No podemos seguir al populacho que, ciego y amorfo, como siempre, se inclina hacia el que más bulla hace o hacia el que más se parece a ellos por sus bravuconadas y vulgaridades o elige para castigar a la clase o al partido político imperantes.

Esto de elegir a quien nos gobierne es cuestión de mucha neurona, es pensar en el bien colectivo antes que en el personal; es saber que el escogido no nos va a  avergonzar tanto  en Venezuela como en el escenario Internacional; es sentir que nos llena de orgullo nuestro Presidente Henrique Capriles Radonski por sus manos limpias, su vida limpia, su gestión limpia

¿Qué eso es utópico? Es posible, pero si pensamos y sentimos así por lo menos logramos un buen porcentaje de limpieza y contenido del gobernante; por lo menos no nos vamos a arrepentir de haber votado por él; y si eso ocurre nos queda la satisfacción de que lo intentamos. Vamos a vivir la democracia en su momento más representativo y con compromiso, pero con unidad todos por la misma causa: el bien de nuestra Venezuela que es el de nosotros mismos.

Hay un hermoso futuro para Venezuela y es el camino DEL PROGRESO. Todos a votar el domingo 14 de abril por Henrique Capriles Radonski.

(britozenairgmail.com)

lunes, 8 de abril de 2013

LA INTOLERANCIA ES LA ETAPA PREVIA AL TOTALITARISMO


LA INTOLERANCIA ES LA ETAPA PREVIA AL TOTALITARISMO
Zenair Brito Caballero


Cuando se estudia la evolución del pensamiento político de los últimos siglos, se aprecia una evolución del concepto soberanía como sustento del poder, que pasó del origen divino en que se basaba la monarquía, al del consenso popular en las democracias modernas.
Ese cambio en el sustento del poder, ha sido la razón por la cual, todos los regímenes políticos; tanto de izquierda como de derecha; hayan sostenido que son democráticos y que su poder se sostiene y legitima por el pueblo, el cual se expresa mediante el voto como por manifestaciones de democracia directa, como ser asambleas o referéndums. 
Hitler y Mussolini llegaron al poder por el voto popular; Fidel Castro gobernó Cuba por casi cincuenta años sobre la base de una transferencia de poder popular que le daban las asambleas y las votaciones en base a la existencia de un partido único.
Los gobernantes de la desaparecida URSS; que eran designados por el Partido Comunista, nunca dejaron de sostener que su autoridad emanaba de un procedimiento democrático de selección y todos los actuales gobernantes latinoamericanos que se auto califican como “progresistas”, han llegado y se han mantenido en el poder por pronunciamientos del Poder Electoral de sus países, por lo cual se les considera democráticamente legitimados aunque sus actos de gobierno, muchas veces se aparten de las normas esenciales de ese sistema de gobierno.
La polémica acerca de si alcanza con que un gobierno sea electo por el voto popular para ser considerado democrático, sin tener en cuenta cómo desarrolla su gestión, es el tema fundamental de discusión política de los últimos tiempos, pero lamentablemente, la estrategia adoptada por quienes sostienen la condición de democráticos de los regímenes, de cualquier ideología, que en los hechos no aparecen como tales, ha sido la descalificación personal de los adversarios, 
“Quién no está conmigo, está contra mí” dice Mateo en su evangelio. “Quienes son de derecha, son malos y solo la izquierda es capaz de lograr la felicidad de los pueblos”.
 “Los que pretenden imponer cambios sociales, son comunistas” son frases similares a las que comúnmente escuchamos en los medios de comunicación, como forma de defenderse ante las críticas que le dirigen a los gobernantes.
El Fuhrer, el Caudillo, el Duce, el Comandante o el Presidente, se encargaron y se encargan de descalificar a sus adversarios políticos, de insultarlos y menospreciarlos como si se tratara de seres viles, que solo piensan de qué forma le van a hacer mal a sus semejantes y si pueden, le aplican las máximas sanciones, procurando discriminarlos ante la sociedad en general, asignándoles la calidad de “enemigos del pueblo”.
En esos regímenes seudo democráticos, los medios de comunicación que no sean oficialistas y que se atrevan a criticar la gestión de gobierno, son perseguidos hasta lograr que cierren (caso RCTV) y mientras puedan sostenerse, deberán soportar todo tipo de agresiones, realizadas mediante todos los medios que da el poder (CASO GLOBOVISIÓN).
La práctica política de descalificación, apunta fundamentalmente a las personas, más que a sus ideas. Quienes controvierten alguna medida gubernamental; ya sean técnicos o políticos; inmediatamente reciben ataques personales de parte de los adversarios. “Que fulano es propietario y por eso se opone al impuesto a las grandes superficies”; “Que mengano es asesor de tales empresas y por eso está a favor de que se bajen algunos impuestos” y muchos otros ejemplos más, que sería tedioso seguir señalando.
Todas las críticas se dirigen a determinados aspectos personales; por ejemplo que es hijo de tal o cual personaje que tiene un turbio pasado; o que estuvo o está vinculado a alguna empresa, cuyos intereses defiende con sus afirmaciones, dejando de lado el aspecto ideológico de la controversia.
Esa mala costumbre que han adquirido los políticos izquierdistas particularmente, se ha generalizado en los últimos tiempos y las descalificaciones a los adversarios aparece como la única defensa que se esgrime para sustentar sus ideas.
En países en los cuales; generalmente; la diferencia del caudal electoral que existe entre el partido de gobierno y los de la oposición no llega al diez por ciento del cuerpo electoral; es común que se la califique a “la derecha o a la izquierda opositora” con los más duros adjetivos, olvidándose de que se está insultando a casi la mitad de la población de un país.
Quienes no piensan de la misma manera que el gobernante, aparecen como personas deleznables, ideológicamente maléficos, que solo quieren hacerle daño a sus semejantes. Esa descalificación llega a tal extremo, que no se admite que una persona; etiquetada como “de derecha”; pueda tener buenas ideas en otros aspectos que no sean políticos o que quiera ser solidario con sus semejantes.
Si hace algo que pueda considerarse como una buena obra, es porque persigue algún fin espurio oculto. Si expresa sentimientos altruistas, solo lo hace por aparecer frente a la opinión pública como una persona buena, cuando en realidad no lo es.
Esa manía descalificadora lleva, en la práctica, a una división de la sociedad que se manifiesta de diferentes maneras, dificultando la convivencia. Todos podemos tener opiniones acertadas o equivocadas, porque como seres humanos que somos estamos sujetos a equivocarnos, pero no se nos puede encasillar como “buenos o malos” según nuestras ideas políticas.
Si esta nociva tendencia a la descalificación personal no se revierte, se corre el riego de dividir cada vez más a la sociedad. Si no se adopta una forma de convivencia basada en el respeto de las ideas ajenas, se corre el peligro de caer en la intolerancia, que es la etapa previa a los totalitarismos, tanto de derecha como de izquierda y por esa vía nunca se va a llegar a lograr la convivencia pacífica, única forma de lograr la felicidad de los pueblos. britozenair@gmail.com