sábado, 30 de marzo de 2013

“VENEZUELA NECESITA QUE GANE EL MEJOR CANDIDATO”


“VENEZUELA NECESITA QUE GANE EL MEJOR CANDIDATO”
Zenair Brito Caballero  

Cuenta una leyenda griega que Diógenes salió con una linterna encendida, en plena luz del día, en busca de un hombre íntegro. Este pasaje recurre a mi memoria siempre que observo cómo los hombres y mujeres se enfrascan en una lucha personal por lograr puestos públicos.

Hace muchos años comencé a escribir para los diarios regionales y han sido muchas las campañas políticas que he vivido y he escrito bastantes columnas para la opinión pública, y siempre es lo mismo: agravios, ultrajes, ofensas, demagogia, engaños, trampas, manipulación de las emociones de los desposeídos, desconocimiento de las necesidades de la nación, estados, ciudades, según sea el caso, intereses personalistas antepuestos a los de la comunidad.

Por estos días he revivido los años de mi juventud cuando en medio del trabajo en la cátedra universitaria, muchas veces reía ante los desafueros de contrincantes políticos y en otras, el asombro por la ligereza y el descaro de algunos participantes. Había candidatos bien intencionados, claro que sí, pocos, y dejaron buenos frutos, ahí están en la historia que no miente.

Se está viviendo el  mismo espectáculo en esta corta campaña electoral para elegir el Presidente de la República el próximo 14 de abril. Es el tiempo detenido, suspendido en las arcaicas costumbres de hacer política, dos actores protagonizando el espectáculo: Nicolás Maduro candidato del PSUV y seguidor del chavismo y Henrique Capriles Radonski candidato de la MUD y de la oposición,  mientras que el botín que se persigue: la Presidencia de la República, se hunde en medio de carencias y desafectos y se aburre al pensar que siempre es lo mismo.

Ahora no se trata de salir a buscar un hombre honrado, se trata que ese  aspirante venga a ponerse a la orden del pueblo, de un pueblo obnubilado por la falta de fe en los gobernantes en 14 años de desgobierno socialista-comunista, por las promesas incumplidas por el difunto Presidente Hugo Chávez, por encontrar quién le dé más valor monetario a su voto; en fin, un pueblo cansado y que sabe que el mejor candidato no es el que más ofrece, no es el que más ofende, no es el que mejor memoria tiene para sacar errores y defectos de los contrincantes, no es el que promete sin saber qué es lo que se necesita.

El mejor aspirante a gobernarnos debe tener: preparación académica, gerencial y política, capacidad para comunicarse en dos sentidos: decir y escuchar. Inteligencia emocional: habilidad para manejar los sentimientos y emociones. Capacidad para establecer metas y objetivos: para dirigir a un pueblo hay que saber a dónde llevarlo.

Capacidad de planeación, una vez establecida la meta es necesario hacer un plan para llegar a ella. Conocimiento de sus fortalezas para aprovecharlas al máximo. Deseos de crecer y hacer crecer a la gente que dirige. Tener carisma, ese don de atraer y caer bien. Innovar en el sentido de buscar cómo hacer mejor las cosas. Responsabilidad en el sentido de utilizar el poder en beneficio de todos. Estar informado, ninguna sociedad puede andar bien si su dirigente no está informado de sus necesidades y de sus logros.

Esos son unos simples rasgos del buen candidato a un puesto que le da poder para  servir a sus semejantes y debe tener esas cualidades, pero lleno del más importante de los sentimientos que lo llevará a gobernar correctamente: el amor por el país y por el pueblo que lo llevará al poder, que no es otro que la generosidad con ese pueblo que lo sigue y lo elige, y ese pueblo necesita volver a creer en sus gobernantes.

No ir a la urnas con la agresividad y la odiosidad que aprendió de su ex presidente fallecido y de los seguidores de su candidato socialista-comunista; el pueblo quiere el manejo cristalino de los bienes de la nación, el rescate de los sectores deprimidos, la restauración de lo que fue orgullo de urbanismo en Caracas y en muchas ciudades venezolanas y ya no lo es.

En fin, los venezolanos queremos vivir tranquilos, porque las riendas de su región, de su ciudad, de su municipio o de su parroquia están en buenas manos, no sólo limpias sino laboriosas; y creer a pesar de lo que dijera Charles de Gaulle: “Como los políticos nunca creen lo que dicen, se sorprenden si alguien lo cree”.

miércoles, 27 de marzo de 2013

ZENAIR BRITO CABALLERO, ¿QUÉ IRÁ A PASAR EN VENEZUELA DESPUÉS DEL 14 DE ABRIL?


¿QUÉ IRÁ A PASAR EN VENEZUELA DESPUÉS DEL 14 DE ABRIL?

Zenair Brito Caballero
Mundialmente ha causado conmoción la muerte de Hugo Chávez, quien, obedeciendo directrices de Fidel Castro y de su hermano Raúl, cambió durante 14 años el sistema de gobierno y, virtualmente, todo el contexto de Venezuela. Castro sigue siendo, tras bastidores, el dictador que maneja dócilmente, a su hermano Raúl como su marioneta presidencial.
El comandante socialista-comunista, mantuvo un discurso ofensivo, provocativo, injurioso y amenazante contra lo que llamaba  “imperialismo”. Histéricamente vociferaba diciendo que el “imperio” debería desaparecer del mapa, lo que también pretenden sus aliados políticos como Bolivia, Ecuador, Nicaragua, Irán y más de algún otro país involucrado en una conspiración antiestadounidense.
El teniente-coronel se fue al mundo del silencio y de las sombras sin haber declarado o explicado nunca en qué consistía el Estado Socialista del Siglo XXI que anunciaba. El debatido personaje que en vida se erigió en “dictador democrático”, como dicen sus apologistas; tuvo  hechos positivos y,  asimismo, muchos  negativos. 
Estimo pertinente dar motivo a una pregunta: ¿Cuál será el curso que seguirá lo político-ideológico de  nuestra patria llamada por el chavismo Bolivariana, ahora que Chávez ha comenzado a descansar inmerso en el sueño de la eternidad?   
Ha llamado la atención el hecho, que no bien habían principiado los homenajes póstumos, el viceministro en funciones del régimen “chavista”, Nicolás Maduro, apresuradamente corrió a ponerse de pecho a espalda la banda tricolor presidencial... Ni lerdo ni perezoso, ¿noooooooo? 
Hay comentaristas que están externando opiniones sobre si Maduro está en el “trono” con todas las de ley o si ha conculcado la ley, sobre todo los específicos y claros preceptos constitucionales. En el ambiente nacional e internacional deambulan muchas sombras de duda al respecto.
Destacados expertos constitucionalistas opinan que no puede ser presidente, y hacen razonamientos justificativos.  Indudablemente, la herencia de Chávez para el nuevo mandamás que surja  es grande, y quién sabe si podrá lograr  importantes realizaciones en beneficio de un pueblo que, al menos al presente, se encuentra sin disfrutar las supuestas bondades de la llamada “dictadura democrática”… 
Maduro debería comenzar por dejar de lado el pito de la demagogia, de la manipulación de las emociones de los humildes, de ofrecerles mentiras que no va a cumplir como su antecesor y de la oratoria violenta, estridente, chillona, estrepitosa que caracterizó  a su desaparecido predecesor. 
Si en las elecciones  le suena el flautín, debe eliminar la galopante corrupción, restituir la libertad de expresión, porque Chávez puso “¡show!” a la prensa y a la televisión independiente; además, debe tratar con respeto a los países democráticos para no afrontar problemas que pueden debilitar más, aún, las relaciones con los países del mundo en el que se respiran aires vivificantes, no asfixiantes como los de Venezuela… 
Henrique Capriles, aspirante presidencial de la Unidad democrática, ¡podrá ser ¡un hueso duro para Maduro!!! Es un joven, inteligente, con cualidades de ser un buen orador, gran político, ha sido alcalde, gobernador y Presidente de la Cámara de Diputados del extinto Congreso Nacional, además de derrotar 2 veces en la Gobernación de Miranda a Elías Jagua y a Diosdado Cabello. Casi se le apareó a Chávez en las urnas el pasado 7 de octubre de 2012. Las directrices castristas que obedeció Chávez a introducir reformas a la usanza soviética en sus dominios, merecieron total rechazo en lo nacional e internacional.
Se trataba de lesionar los intereses y derechos de la gente representativa de la vida activa y productiva. Decepcionados y enardecidos, alzaron vuelo medio millón de empresarios y miles de víctimas de la expropiación de tierras. 
Nadie más que los venezolanos debemos meter hocicos y narices en los asuntos soberanos de Venezuela. Permitir intromisiones extrañas como lo están haciendo con Cuba, hasta cantando el himno y enarbolando la bandera junto a la venezolana es reprobable, censurable y antipatriótico.
El claudicante y apátrida puede caer como fruta pasada de madura… 
Así, pues, Nicolás Maduro u otros que en lo venidero hayan de empuñar las riendas del poder en nuestra Venezuela, deben gobernar con los mejores propósitos apuntando a la diana del éxito de un país que, hace siglos, sufrió los zarpazos del colonialismo rapaz, causante de espantosas masacres, que sólo terminó por las acciones heroicas que patrióticamente realizó Simón Bolívar y un grupo de verdaderos patriotas, cuya egregia figura exhiben por aquí y por allá, demagógica y taimadamente; lo mismo que la de José Martí los Castro en la Cuba comunista, y Daniel Ortega la de Augusto César Sandino en Nicaragua. Por ello, NO al socialismo-comunismo-cubano y SI  a la Venezuela democrática que nos conduzca a la paz y al desarrollo de Venezuela.   

      

lunes, 25 de marzo de 2013

LA CAMPAÑA PRESIDENCIAL DE MADURO LA ESTÁ HACIENDO UN MUERTO


LA CAMPAÑA PRESIDENCIAL DE MADURO LA ESTÁ HACIENDO UN MUERTO

Zenair Brito Caballero

Lo que pasa hoy en Venezuela es tan curioso que, si no fuera en exceso peligroso, podría ser un buen chiste: la campaña presidencial de Maduro la está haciendo un muerto. Porque el cadáver del desastroso difunto Chávez es la fortaleza de Maduro, quien heredó un gobierno irresponsable, pendenciero, belicoso, ofensivo, revolucionario socialista-comunista, y quien basa su campaña en las mismas tesis desoladoras, equivocadas y retaliativas de su líder comandante-camarada.
Un muerto que los rojos-rojitos no han dejado descansar en paz (como él, en vida, tampoco nos dejó descansar en paz a nosotros) y que ha sido objeto de romerías, traslados, procesiones, desfiles, artistas cantando, visitas sin fin y abundantes maquillajes, para conservar viva la estampa (algo desagradable por cierto) de quien supo despilfarrar la fortuna del país en su enriquecimiento personal y en el mantenimiento de millones de vagos que hoy reciben subsidios estatales por no trabajar.
Al paso que vamos, la campaña de Maduro tendrá que hacerse en una carroza fúnebre para poder trasladar al verdadero candidato hasta los sitios donde decida detenerse a leer el telepronter, que tampoco ha aprendido a manejar. Será una campaña de exposición. ¡Sí! De exposición del cadáver de Chávez.
Y de acuerdo con las últimas noticias dichas por Maduro, todo parece indicar que Chávez no podrá ser embalsamado o momificado y entonces la descomposición del cuerpo vendrá a hacer de las suyas. Aunque esa descomposición corporal seguramente no será tan fatídica ni tan pestilente como la descomposición social y moral que dejó en Venezuela.
Es una campaña curiosa, repito. ¡Pero además ridícula! Oír a Maduro decir que es el hijo de Chávez, y que desde ultratumba, fue el promotor que el nuevo Papa sea argentino “es aterrador”. Pero más aterrador aún, resulta ver a los ministros, la cúpula militar, la Presidenta del CNE, del TSJ y la Fiscal General de la República y  un auditorio entero aplaudiendo esas estupideces. Como aterrador es ver la imagen de los militares golpistas del 4 de febrero ante uno de los ataúdes de su camarada-compinche-aliado, volcados en llanto y desconsolados por todo lo que significa perder el soporte de las más perversas intrigas.
Pero, repito también: además de todo esto ser curioso es peligrosísimo. Porque los desvaríos, las locuras, la insania y los desafueros en cabeza de un candidato vayan y vengan. Pero esas mismas circunstancias en cabeza de un presidente son el estopín de una bomba de incalculables proporciones.
Y el riesgo que tiene Venezuela que Maduro sea elegido presidente es muy alto pues, el candidato presidente tiene la chequera estatal, la burocracia y los medios que le garantizan un alto porcentaje del triunfo. Además, que esos millones de vagos subsidiados no querrán prescindir de los dineros que el Estado irresponsable les entrega y harán hasta lo imposible por conservar el estatus, así esto signifique la quiebra de nuestro país.
De manera pues que todavía faltan unos días más de este espectáculo circense en el que se ha convertido la campaña presidencial Venezolana. Serán unos días en que tendremos que soportar la verborrea de un Maduro más envalentonado, pero a la vez más absurdo, y una Venezuela más radicalizada y dividida entre quienes queremos salvarla de este caos Chávez-Terrorismo-Comunismo-Maduro y quienes pretenden seguir succionando de la teta estatal así la pobreza crezca día a día. No al socialismo-comunismo cubano y SI a la Democracia con plenas libertades.

domingo, 24 de marzo de 2013

LA FRACTURA SOCIAL DEL SISTEMA POLITICO VENEZOLANO


LA FRACTURA SOCIAL DEL SISTEMA POLITICO VENEZOLANO

Zenair Brito Caballero

En los años recientes se ha hablado con insistencia de la "fractura del tejido social venezolano", lo que ciertamente nos escandaliza, nos preocupa. Sin embargo, basta reflexionar un momento para darnos cuenta que, la referencia excesiva, gasta la expresión y le resta sentido, sin que la misma pueda cobrar una dimensión comprensible, que aporte un conocimiento de lo que estamos haciendo con nuestra Venezuela.

Ha sido una expresión que se utiliza para hacer alusión a la idea que nuestra sociedad está claramente descompuesta, lo que desafortunadamente se convierte en un postulado axiomático, algo evidente por sí mismo. Es claro que nuestra sociedad se descompone a un ritmo vertiginoso.

Hace apenas unos cuantos años nos escandalizaba la noticia, por extraordinaria, de la comisión de algún homicidio, de un robo, o de una violación. Hoy nos hemos acostumbrado a referir una cifra que puede ir de los 60, hasta los 100 mil muertos en los últimos seis años y de alrededor de 30 mil desaparecidos, lo que no incluye la cifra de delitos del fuero común, sino que se asocia exclusivamente a la guerra contra el narcotráfico.

Quien delinque se ubica al margen de la sociedad; se enfrenta al conjunto social negándose a formar parte de un todo, ignorando que al agredir a la sociedad, se está agrediendo a sí mismo. Se agrede a la sociedad cuando se tiene la conciencia de no formar parte de ella, cuando se le percibe como enemiga, como rival a vencer.

Mayoritariamente, actúan en contra de la sociedad quienes se saben marginados, excluidos de la sociedad, porque no han recibido de ella los satisfactorios más elementales: alimento, cobijo, afecto, educación, servicios médicos, empleo ni, desde luego, estímulo alguno que les permita comprender que la única forma de sobrevivencia individual es la integración al grupo.

Es necesario tomar conciencia que, mientras la sociedad no logre distribuir y hacer accesibles satisfactorios básicos a la universalidad de sus miembros, los excluidos se revelarán en contra de ella y la habrán de agredir de manera violenta, a través de cualquier conducta contraria al derecho, que es la institución que da cohesión y sentido a la vida en común.

De suerte que cuando la sociedad es incapaz de integrar, en su seno a todos sus miembros, a través de garantizar el acceso universal al conjunto de derechos sociales, se está sembrando la semilla del descontento, de la violencia, de la agresión, del rechazo; en una expresión, del delito.

Pero cuando esta conducta se masifica y se organiza para vivir al margen de la ley, entonces la sociedad, en su conjunto se ve amenazada y sus lazos de cohesión, es decir de unión, de identidad, quedan afectados y el tejido social se fractura y, cuando la falla es generalizada se llega a las riberas del Estado fallido.

Eso es lo que ha pasado en éstos años recientes y es esta realidad la que busca revertir la Política Social, a través de la instrumentación de acciones que concentren la mirada en la estructura y funcionamiento de la familia, del acceso universal a la educación, y a los servicios médicos, a la cultura, al deporte, a la recreación, a los valores colectivos, pero sobre todo, al ejercicio pleno de derechos de la persona.

Ese disfrute pleno de derechos colectivos es lo que da cohesión al conjunto de relaciones que se dan en el seno de la sociedad y a ese fenómeno de cohesión es a lo que llamamos tejido social. De ahí la necesidad que los beneficios sociales alcancen a todos, por igual. 

Por ello, comparto íntegramente la idea que ha expresado el autor que en este momento se me escapa su nombre en su libro "Estado Eficaz" cuando se refiere a que "nuestra generación tiene el reto de acabar con el miedo y renovar la esperanza... hoy contamos con la fuerza para lograr un nuevo pacto social que construya un estado eficaz... en el que los derechos de todos los venezolanos no sean sólo ideales plasmados en la Constitución, sino que en verdad los disfrutemos en la vida cotidiana , es decir, que pasen del papel a la práctica." De suerte que, mientras como sociedad no logremos garantizar el acceso de todos los venezolanos al ejercicio pleno de sus derechos sociales, el tejido social seguirá fracturándose.

sábado, 23 de marzo de 2013

“LA SOCIEDAD VENEZOLANA LO RECLAMA”


“LA SOCIEDAD VENEZOLANA LO RECLAMA”

Zenair Brito Caballero 

(britozenair@gmail.com)

Venezuela está siendo testigo de un movimiento social escalonado de trabajadores de diversas áreas que tienen que ver con servicios públicos y que están exigiendo de una forma vehemente un aumento de sus salarios que mejore sus condiciones de vida y mucho más ahora cuando nos llega una devaluación del 46% que puso el salario a la mitad y los precios de la canasta básica nos atosiga con los aumentos de los alimentos y medicinas.
Los maestros, profesores de secundaria, los catedráticos y empleados administrativos de nuestras universidades, llevan la voz cantante en estos momentos de esos reclamos, escuchándose  voces de apoyo, pero también criticas de esos reclamos.

Verdaderos trabucos de la opinión pública, como ciertos funcionarios del gobierno chavista socialista-comunista, han hecho un llamado, en este caso a la clase magisterial, a la prudencia  a la hora de ejercer sus reclamos, argumentando que dichas demandas pueden generar efectos contraproducentes a los que buscan los docentes en la sociedad venezolana.

Parecería que las exhaustas  arcas públicas no aguantarían que toda la clase trabajadora exija ganar lo suficiente para su sustento mínimo, sin embargo de manera imprudente políticos con el rango de funcionarios públicos o autoridades electas ganan cantidades exorbitantes de dinero por un trabajo generalmente deficiente, donde en vez de la eficiencia, prima la politiquería.

Basta ver lo que gana ver un diputado de la Asamblea Nacional o un Rector del CNE, o un Magistrado del TSJ CON CESTA TICKET DE 10.000Bs fuertes, que simplemente aprueba leyes aun sin leerlas, un ministro de cualquier cartera que no llego allí por capacidad, sino por compromisos de partido o por amiguismo incondicional con el presidente, y más de cincuenta mil funcionarios de decima categoría elevada al cuadrado, que se lucran sin sudar ni aportar nada a una sociedad donde crece de manera exponencial la desigualdad.
Si no se está en la capacidad de aumentar el sueldo a los maestros, profesores de media y universitarios, médicos, enfermeras, policías, agrónomos, jueces, fiscales, entre otros, argumentando falta de recursos, entonces sería justo rebajar los sueldos de congresistas, síndicos y regidores, funcionarios públicos y la urgente eliminación de los viáticos y otras prebendas como escoltas, choferes y carros último modelo, los cuales son un verdadero cáncer para el presupuesto de la nación.

Porque da pena, vergüenza y ganas de llorar que el sueldo de un maestro, de un docente de educación media o de un profesor universitario, que necesita ser Dr. o PH para jubilarse no alcance para llegar al fin del mes, mientras que técnicos vagos y funcionarios que no funcionan,  vivan una vida de derroche y opulencia, con quintas o apartamentos en zonas VIP de las grandes ciudades venezolanas que agredan la dignidad de aquellos que trabajan y que día a día tienen que inventar una nueva fórmula para sobrevivir.

Está demostrado que el dinero aparece a borbotones para hacer campañas electorales, donde se invierten decenas de miles de millones de bolívares, con tal de viciar la llamada voluntad popular, dinero para comprar franquicias políticas que sirvan de comodín para alcanzar o retener el poder, dinero para comprar a todos aquellos que estén dispuestos a vender su conciencia a la menor oportunidad, sin embargo, para los profesionales y las clases trabajadoras no hay ningún tipo de estímulo material, en definitiva quien trabaja no vale un centavo o una guayaba podrida.

Así que hagamos lo que nunca se ha hecho y desde el poder prediquemos con el ejemplo, cúmplanles a profesionales y trabajadores y si no se puede según sus criterios, entonces traten de igualar sus condiciones de vida con la de aquellos que trabajan y aportan, rebajen sus escandalosos sueldos y privilegios, para que prueben la realidad de tener que trabajar para terminar cansados y sin ninguna esperanza de ver una superación personal o social por medio de su trabajo. No se debe seguir predicando la moral en calzones, hora es de predicar con el ejemplo, la sociedad venezolana lo reclama. 

LA CAMPAÑA PRESIDENCIAL DE MADURO LA ESTÁ HACIENDO UN MUERTO


LA CAMPAÑA PRESIDENCIAL DE MADURO LA ESTÁ HACIENDO UN MUERTO

Zenair Brito Caballero

Lo que pasa hoy en Venezuela es tan curioso que, si no fuera en exceso peligroso, podría ser un buen chiste: la campaña presidencial de Maduro la está haciendo un muerto. Porque el cadáver del desastroso difunto Chávez es la fortaleza de Maduro, quien heredó un gobierno irresponsable, pendenciero, belicoso, ofensivo, revolucionario socialista-comunista, y quien basa su campaña en las mismas tesis desoladoras, equivocadas y retaliativas de su líder comandante-camarada.
Un muerto que los rojos-rojitos no han dejado descansar en paz (como él, en vida, tampoco nos dejó descansar en paz a nosotros) y que ha sido objeto de romerías, traslados, procesiones, desfiles, artistas cantando, visitas sin fin y abundantes maquillajes, para conservar viva la estampa (algo desagradable por cierto) de quien supo despilfarrar la fortuna del país en su enriquecimiento personal y en el mantenimiento de millones de vagos que hoy reciben subsidios estatales por no trabajar.
Al paso que vamos, la campaña de Maduro tendrá que hacerse en una carroza fúnebre para poder trasladar al verdadero candidato hasta los sitios donde decida detenerse a leer el telepronter, que tampoco ha aprendido a manejar. Será una campaña de exposición. ¡Sí! De exposición del cadáver de Chávez.
Y de acuerdo con las últimas noticias dichas por Maduro, todo parece indicar que Chávez no podrá ser embalsamado o momificado y entonces la descomposición del cuerpo vendrá a hacer de las suyas. Aunque esa descomposición corporal seguramente no será tan fatídica ni tan pestilente como la descomposición social y moral que dejó en Venezuela.
Es una campaña curiosa, repito. ¡Pero además ridícula! Oír a Maduro decir que es el hijo de Chávez, y que desde ultratumba, fue el promotor que el nuevo Papa sea argentino “es aterrador”. Pero más aterrador aún, resulta ver a los ministros, la cúpula militar, la Presidenta del CNE, del TSJ y la Fiscal General de la República y  un auditorio entero aplaudiendo esas estupideces. Como aterrador es ver la imagen de los militares golpistas del 4 de febrero ante uno de los ataúdes de su camarada-compinche-aliado, volcados en llanto y desconsolados por todo lo que significa perder el soporte de las más perversas intrigas.
Pero, repito también: además de todo esto ser curioso es peligrosísimo. Porque los desvaríos, las locuras, la insania y los desafueros en cabeza de un candidato vayan y vengan. Pero esas mismas circunstancias en cabeza de un presidente son el estopín de una bomba de incalculables proporciones.
Y el riesgo que tiene Venezuela que Maduro sea elegido presidente es muy alto pues, el candidato presidente tiene la chequera estatal, la burocracia y los medios que le garantizan un alto porcentaje del triunfo. Además, que esos millones de vagos subsidiados no querrán prescindir de los dineros que el Estado irresponsable les entrega y harán hasta lo imposible por conservar el estatus, así esto signifique la quiebra de nuestro país.
De manera pues que todavía faltan unos días más de este espectáculo circense en el que se ha convertido la campaña presidencial Venezolana. Serán unos días en que tendremos que soportar la verborrea de un Maduro más envalentonado, pero a la vez más absurdo, y una Venezuela más radicalizada y dividida entre quienes queremos salvarla de este caos Chávez-Terrorismo-Comunismo-Maduro y quienes pretenden seguir succionando de la teta estatal así la pobreza crezca día a día. No al socialismo-comunismo cubano y SI a la Democracia con plenas libertades.

martes, 19 de marzo de 2013

LA DEMOCRACIA DEBE DEBATIRSE Y CONSTRUIRSE ENTRE TODOS


LA DEMOCRACIA DEBE DEBATIRSE Y CONSTRUIRSE ENTRE TODOS
Zenair Brito Caballero

En estos últimos días escuchábamos en una entrevista televisada, decir a un dirigente político del gobierno que creía que Nicolás Maduro ganaría. Y daba como primera razón para creer en eso que su partido PSUV tenía “mucha fe en Dios y en el comandante Chávez (Q.E.P.D)”. Es sólo un ejemplo de lo mucho que podremos escuchar y que ya vamos escuchando en este ambiente electoral. 
Evidentemente respetamos la fe en Dios y en los muertos, pero relacionar la misma con un posible triunfo electoral de un partido no sólo es caprichoso sino peligroso.
Instrumentalizar la religión y la muerte del comandante ni es correcto, ni está permitido por nuestra legislación fundamental. 
Además la fe sin obras, como diría Santiago 2, 26, está muerta. Y las obras de los políticos rojos rojitos no han sido siempre ni en su conjunto obras de la fe, al menos en lo que respecta a la fe cristiana porque comunista es ateo. Pero lo que interesa no es tanto rebatir una frase, pues se podrían rebatir muchas más, y de todas las tendencias, sino reflexionar a fondo sobre la clase de democracia que queremos a partir del 14 de abril.
Preguntarnos qué tipo de democracia queremos es importante porque, aunque se han ido dando en la oposición y su candidato exhortaciones por la paz, nuestro sistema democrático descalabrado en 14 años de gobierno socialista-comunista no puede llamarse todavía una democracia de calidad. Hay demasiados puntos oscuros en ella que deben ser llevados a debate en este período electoral.
Precisamente en este tiempo en que los líderes oficialistas se dedican a insultar, mentir, decir frases que podrían figurar en cualquier antología del disparate al candidato opositor y quienes le siguen, urge debatir la calidad de nuestra democracia.
Es evidente que si se consultaran a la ciudadanía en plan de referéndum muchas de las situaciones actuales, los resultados serían muy contradictorios a la realidad existente. Por ejemplo, si le preguntáramos a la ciudadanía si está de acuerdo con el altísimo ingreso mensual de los diputados de la A.N, de los Rectores del CNE, de la Fiscal general de la República, de los Magistrados del TSJ, etc., con seguridad la ciudadanía se pronunciaría masivamente en contra.
Porque la diferencia es escandalosa. Y el enfrentarse a esa diferencia no es de izquierdas ni de derechas. Es un problema de decencia nacional y de calidad democrática cuya solución no puede dejarse para dentro de 25 o 30 años.
Sabemos que  no es viable someter sistemáticamente a referéndum detalles del nivel y estilo del mencionado. Pero lo cierto es que necesitamos comparar siempre la realidad con la ética y con el sentido común de la ciudadanía que sabe distinguir en general con bastante claridad entre lo bueno y lo malo.
Pero no siempre a los responsables de la política les interesa la opinión del pueblo venezolano. Detectar las mayores necesidades reales de la población y debatirlos honestamente  tanto desde la política como desde la ciudadanía, es indispensable para el desarrollo del país.
Si, como hemos dicho, el referéndum no es viable como método sistemático para todas las decisiones, urge mejorar nuestras instituciones de tal manera que faciliten la participación ciudadana, el debate y el mejoramiento de nuestra institucionalidad.
La calidad de la democracia sí debe debatirse y construirse entre todos. Y el desarrollo económico y social es parte de esa calidad en favor de la cual los propios partidos políticos deben hacer pactos de dimensión nacional. Ya se han dado en el país acuerdos importantes con la MUD, pero es imprescindible que continuemos haciéndolo.
Acuerdos sobre educación, salud, empleo, acceso a servicios de calidad, transporte, deuda, deben ser tomados como compromisos nacionales de largo plazo, acuerpados tanto por los partidos políticos como por la sociedad civil. Dar el espectáculo electoral de desprestigiar absolutamente al contrincante ni es bueno para el país ni es bueno para la democracia.
Si creemos que los políticos son indispensables para la democracia, y que la democracia es el mejor de los sistema políticos posibles hoy por hoy, tenemos que ser coherentes. No podemos tener una democracia sana si la gente no cree ni confía en los políticos. Y no tendremos políticos confiables si son incapaces de tomar acuerdos conjuntos en beneficio de toda la población. Y lo que hemos dicho del referéndum no quiere decir que con respecto a algunos temas no sea necesario en el país.
No negamos que la diferencia entre partidos sea positiva. Es cierto que la diferencia ideológica y en el modo de gobernar es natural y positiva en una democracia. Pero lo inaceptable es la irresponsabilidad frente a graves problemas nacionales, o incluso exhibirlos para dañar al contrario, sin tener al mismo tiempo una seria voluntad de solucionarlos.
Los graves problemas nacionales o se resuelven a través de acuerdos que impliquen a la gran mayoría de la gama política y de la sociedad civil, o permanecen como amenaza para el presente y el futuro. Aún estamos a tiempo de lograr acuerdos básicos que den garantía de que caminamos hacia un estado con calidad democrática, antes que se nos echen encima los 10 días oficiales de tinte electoral, donde es lógico que afloren las diferencias. Pero si previamente a las mismas, asentamos objetivos nacionales comunes, el futuro será más confiable.


viernes, 15 de marzo de 2013

INSEGURIDAD Y VIOLENCIA COMO RETO PARA EL NUEVO GOBIERNO


INSEGURIDAD Y VIOLENCIA COMO RETO PARA EL NUEVO GOBIERNO
Zenair Brito Caballero

La violencia urbana es un grave problema social que afecta y trastorna la cotidianidad, altera las rutinas ciudadanas y amenaza la integridad de todos. Esa permanente inseguridad genera zozobra, le resta eficiencia al conjunto de la sociedad y devora enormes recursos que podrían dedicarse a mejores propósitos. La violencia urbana en Latinoamérica es una pandemia social que urge de estudios serios.

Hay que ir a las causas del mal, a sus orígenes, entender su singularidad,  y la dimensión de su accionar antes de proponer medidas. El sentido común o la buena fe de los gobernantes no son suficientes. Para adoptar políticas eficaces hay que partir de diagnósticos eficaces. Lo demás es improvisación sin resultados.

Según el PNUD, Latinoamérica, además de ser la región con mayor desigualdad económico-social, es también la zona más violenta del planeta. Por cada 100.000 habitantes se producen 8 asesinatos/año en el mundo. Latinoamérica, habitada por el 9% de la población mundial, supera ese índice con un promedio de 27 muertes violentas/año por cada 100.000 habitantes. Desde luego hay grandes diferencias entre países; en algunos, el indicador antes citado llega a 44.

El crimen y la brutalidad hacen parte de la cotidianidad y ante la inoperancia de las políticas implementadas son muchos los que parecen resignados a convivir con estos males. Es alarmante que 40 de las 50 ciudades más violentas del mundo estén en Latinoamérica y varias ciudades venezolanas entre ellas.

En  la inseguridad es sobre todo urbana y es la primera causa de muerte entre los jóvenes. La violencia ha sido una constante en la historia del país de los últimos 14 años de socialismo-comunismo. A la violencia política, expresión de la lucha por el poder, se agrega la violencia social urbana ejecutada por  bandas delincuenciales causantes del 96% de los homicidios.

Entre los factores que contribuyen a la inseguridad y a la violencia urbana se destacan el empobrecimiento, la desigualdad, las carencias educativas, la precariedad democrática que niega la igualdad de oportunidades e impide la movilidad social, el auge de los circuitos criminales de las drogas, la cultura del dinero fácil y la corrupción.

Se suma la escasa confianza en instituciones como la policía y el sistema judicial. Es una violencia de todos contra todos que no cesa a pesar de las enormes inversiones en seguridad pública y privada, en equipos, en cuerpos armados y en cárceles cada vez más gigantescas que en vez de rehabilitar cultivan el delito

De las ciudades venezolanas se escriben crónicas que narran el terror que infunden las caravanas del crimen y acto seguido surgen las recetas de siempre, más policías y más castigos, es decir, poco de humanismo y mucho de represión. Son las soluciones típicas cuando la débil democracia ofrece tan poco

Las bandas delincuenciales representan un fracaso de toda la sociedad y son resultado de la exclusión escolar y laboral. La escuela atiende poco su función social de formar jóvenes en nuevos valores. Hoy son más los niños que empiezan la escuela, pero son muchos los que no terminan.

La deserción produce graves frustraciones en jóvenes que difícilmente se incorporan al mercado laboral; en el ocio rompen con su círculo social y son presa fácil de las bandas criminales. Muchos jóvenes ni estudian ni trabajan. La proclividad a la delincuencia es inevitable, el alto consumo de alcohol y la disponibilidad de armas facilitan el proceso

A lo anterior se suman los contrastes económicos en una Venezuela devastada donde la opulencia y el derroche gubernamental pretenden convivir con la miseria y la exclusión y donde las prácticas corruptas se han impuesto como un mecanismo legítimo de ascenso social. Una ciudad donde los centros comerciales exhiben toda clase de productos que sólo unos pocos pueden comprar; esos abismos entre las fantásticas ofertas y la imposibilidad de adquirirlas honradamente impulsan al delito para resolver las carencias.

De otra parte la violencia política expulsa de su pueblo a muchas familias que se trasladan a las principales  ciudades convencidas, que allí encontrarán mejores oportunidades; muchos terminan en barrios marginales expuestos a la problemática descrita

Superar la violencia urbana debería ser una prioridad para el futuro gobernante que salga electo el próximo 14 de abril. No hay por qué vivir en tanta incertidumbre. Es factible remediar el mal y es posible un mejor vivir. No es ingenuidad y si lo parece que sea una ingenuidad esperanzadora que inyecte un poco de optimismo, con un cambio para Venezuela. Todos a rescatar la democracia. No al socialismo comunismo y si un camino al Progreso y a la libertad. britozenair@gmail.com

¿CUÁL ES EL FUTURO DE LOS VENEZOLANOS?


¿CUÁL ES EL FUTURO DE LOS VENEZOLANOS?
Zenair Brito Caballero
En Venezuela, nos estamos adiestrando a que lo anormal y lo corrupto sean lo normal y lo aceptado. Es tan pobre la formación sociopolítica de los venezolanos, que somos testigos cotidianos de graves distorsiones de lo político y seguimos como espectadores pasivos, el lamentable espectáculo de unos procedimientos y estilos del llamado socialismo-comunismo que confunden política con simple lucha por el poder.
La política es ciencia y gestión del bien común. El poder está en el pueblo que es soberano y lo ejerce por medio del sufragio, eligiendo a quienes considera que van a dedicarse a trabajar para el bien de toda la ciudadanía.
Hace tiempo que el gobierno no trabaja para el bien común, sino para el bien de sus partidarios. Si los jerarcas socialistas-comunistas del poder trabajaran para el bien común el país no tendría tantos ciudadanos empobrecidos, casi la mitad de la población, todos los ciudadanos tendrían vivienda, todos recibirían una educación de calidad y todos tendrían atención para su salud y encontrarían trabajo, nadie tendría que emigrar. El país cuenta con recursos petroleros y recaudos de impuestos del SENIAT sobrados para ello. Una justa distribución y participación en la riqueza lo haría posible.
Si los políticos rojos-rojitos trabajaran para el bien común, hace tiempo (14 años) que la mayoría de nuestras rutas estarían asfaltadas, los puentes no se hundirían, las calles estarían bien pavimentadas y bien iluminadas, los buses o busetas serían decentes, no explotarían a los pasajeros con pésimos servicios ni largarían veneno por sus tubos de escape para intoxicar a los ciudadanos, tendríamos seguridad para salir a la calle a cualquier hora sin temor a ser asaltados, atracados o asesinados, todos los policías serían honestos y fieles a su profesión.
Si los políticos rojos-rojitos que nos gobiernan trabajaran para el bien común el lago de Maracaibo y el de Valencia estarían vivos y serían transparentes, lugar de encuentro para el placer de sus playas y el deporte, nuestros arroyos correrían limpios sembrando vida, fecundando tierras, llenando nuestros ríos.
Si los políticos rojos-rojitos en situación de gobierno trabajaran para el bien común nuestros niños, adolescentes y jóvenes no serían acosados por criminales vendedores de drogas, porque en vez de ser cómplices del narcotráfico y de la producción de drogas, los políticos chavistas o pesuvistas con poder hace tiempo habrían extirpado esta lacra mortal de nuestro país.
La pasividad ciudadana de los venezolanos ante la distorsión y la corrupción política no es un simple delito de omisión, es también un delito de negligencia e irresponsabilidad ciudadana. La historia y los nietos nos van a juzgar muy severamente, porque dejamos que se destruya el país poco a poco, que se desequilibre la sociedad cada vez más y más y estamos reaccionando como si todo estuviera bien y nada tuviéramos que hacer personal y socialmente.
El problema no es solo de los políticos que acceden a poderes de Gobierno. La basura que los vecinos tiran al arroyo, los buses chatarras que contaminan nuestras calles, las fábricas que han destruido (el lago de Valencia) no son obras del Gobierno, son barbaridades de ciudadanos que no respetan los recursos y bienes del país.
Por lo visto todavía seguimos con estructuras mentales y hábitos culturales propios de los pueblos nómadas, que conciben la naturaleza como espacio para depredar, en vez de oportunidad para producir y desarrollar la naturaleza.
La cultura depredatoria no se manifiesta solamente en la expoliación de la naturaleza, igual se ceba en el Estado. La mayoría de los ciudadanos venezolanos quiere vivir a costa del Estado. El fallecido presidente Chávez, como los anteriores, prometió reducir el número de funcionarios públicos y lo que hizo fue multiplicarlos.
Los candidatos presidenciales, como los nuevos intendentes y gobernadores, como los ministros y directores de instituciones del Estado suman y suman sus propios funcionarios, acrecentando el número de personas que viven a costa de lo que los ciudadanos aportamos para el desarrollo del país. El sueño de muchos amigos y seguidores de los presidenciables es recibir un cargo en la administración pública para vivir del Estado.
Es cierto que la educación cívica y ética que ofrecemos a los escolares y universitarios es elemental e insuficiente. Pero aunque fuera perfecta, la verdad es que la sociedad destruye escandalosamente el trabajo de los educadores. En este momento no sé cuántas instituciones públicas están defendiendo realmente el bien común. ¿Cuál es el futuro de los venezolanos? No al socialismo-comunismo y si a una verdadera democracia honesta y progresista apegada a la verdad y no a la mentira. britozenair@gmail.com

martes, 12 de marzo de 2013

¿POR QUE HENRIQUE CAPRILES DEBE SER PRESIDENTE DE VENEZUELA?

¿Por qué Henrique Capriles 
debe ser presidente de Venezuela?
Zenair Brito Caballero (britozenair@gmail.com)
La contienda por la Presidencia de la República se inicia hoy 11 de marzo en un momento de extrema urgencia para el país. Durante los recientes 14 años de este llamado gobierno revolucionario socialista del siglo XXI, han fallecido aproximadamente casi doscientos mil venezolanos en circunstancias no esclarecidas por la autoridad y los responsables no han sido detenidos, enjuiciados y mucho menos sentenciados.
A esta realidad de inseguridad e impunidad que a diario sufrimos todos los venezolanos y que limita nuestra libertad y seguridad personal, se añaden problemas políticos, sociales, educativos, jurídicos, y económicos que requieren ser atendidos con la mayor seriedad y responsabilidad por el próximo Presidente de la República.
Por esa razón, la discusión de las posibles soluciones a esos problemas arriba citados, debiera ser el tema central de los 10 días señalados por el CNE en la campaña presidencial. Pero lamentablemente no es así. Los artificios de fraude, complots, injurias, descalificaciones, agravios y agresiones ocupan un lugar destacado en el plan de trabajo de los abanderados del PSUV contra sus opositores, como si el país no tuviera ya suficientes problemas.
Venezuela no tiene tiempo que perder en la definición del rumbo que debe tomar para hacer frente a los retos urgentes que se le presentan. Por ello, mientras el candidato Maduro y sus seguidores comunistas se encuentran extraviados en sus propuestas y discursos siguiendo los ideales chavistas, el abanderado de la oposición, Henrique Capriles Radonski, parte de la premisa central que en estos momentos el Estado venezolano es ineficaz, porque a pesar de contar con un gran potencial económico producto de la renta petrolera y una posición geográfica privilegiada en el mundo, tal situación no ha sabido ser aprovechada plenamente por el gobierno socialista-comunista del difunto Presidente Chávez, lo cual ha generado un bajo crecimiento económico, ausencia de seguridad pública, incremento del empleo informal, aumento de la corrupción y un sistema fiscal insuficiente, factores todos ellos que demuestran la falta de eficacia pública.
Por ello, Capriles representa la esperanza de una democracia de resultados, es decir, que el régimen democrático venezolano no sólo se centre en la igualdad en las urnas, sino sobre todo en una igualdad de oportunidades ante la vida y que los derechos de los venezolanos no sean única y exclusivamente ideales plasmados en la Constitución de 1999, sino una realidad.
El objetivo de Capriles Radonski es instrumentar mecanismos para consolidar la sociedad del conocimiento, acelerar el crecimiento económico, paliar la pobreza, fortalecer la seguridad pública y el sistema de procuración e impartición de justicia, reconducir la política exterior para posicionar a nuestro país en el ámbito global y crear las vías para una reforma fiscal que dote al Estado de los recursos suficientes para hacer frente a sus responsabilidades.
De esta forma, la de Henrique Capriles Radonski es una propuesta integral que atiende de forma transversal los problemas que aquejan al país, mientras el otro candidato comunista impuesto por el gobierno cubano y el fraude constitucional del TSJ, se caracteriza por los atributos de siempre copiando al fallecido Chávez, y que no son precisamente ni la responsabilidad ni la capacidad de proponer soluciones, en 14 años de gobierno socialista-comunista.
Por tal razón, puedo señalar que Henrique Capriles Radonski es el mejor candidato presidencial para esta Venezuela agonizante, y a partir de hoy que se inicia este proceso electoral tendrá la oportunidad de demostrarlo ante toda Venezuela con sus excelentes propuestas. Hay un camino y una esperanza para nuestro país. 

NO AL SOCIALISMO-COMUNISMO CUBANO Y SI A LA DEMOCRACIA DEL PROGRESO.