VENEZUELA NECESITA UN VERDADERO PROYECTO DE PAÌS
Zenair Brito Caballero
britozenair@gmail.com
R. Riegel afirma, como la mayoría
de los analistas de la evolución de la humanidad a través de los tiempos, que
estamos en la era de la información. Al proponer cómo debe ser “la educación en
la era de la información” (2007), hace un recorrido breve y sugerente sobre las
grandes etapas de la humanidad.
Es tan breve que parece simplista,
pero tiene sugestiva lucidez para ayudarnos a reflexionar sobre dónde estamos
los venezolanos y hacia dónde deberíamos ir. El clasifica toda la historia de
la humanidad en cuatro épocas: -“La época de piedra desde hace aproximadamente
un millón de años hasta hace seis mil años antes de Cristo en que la actividad
principal de los homínidos y humanos era la caza, la pesca y la conservación de
los alimentos.
-La época agrícola desde seis
mil años antes de Cristo hasta el siglo XVIII, en la cual la actividad
principal de los humanos era la agricultura y la ganadería.-La época industrial,
desde el siglo XVIII hasta el último cuarto del siglo XX, en la que la
actividad fundamental de los humanos en los países más desarrollados tenía que
ver con el trabajo en las fábricas.
-La época de la información desde
1975 hasta nuestros días, en la que la actividad principal de los humanos tiene
que ver con la adquisición, análisis y comunicación de información”. Para
Castell y otros la era de la información en la que vivimos actualmente se
caracteriza por la primacía del valor de la información por encima del valor de
las materias primas, del trabajo y del esfuerzo físico.
Observando nuestro país podemos
encontrar algún pequeño grupo humano que no ha salido aún de la edad de la
piedra; es más, podemos constatar que todavía hay algún grupo étnico que sigue
reclamando su derecho de seguir viviendo en la edad de la piedra. Siguiendo
nuestra observación nos encontramos con la mayoría de ciudadanos que de una u
otra manera, más primitiva o más mecanizada, está viviendo en la época de la
agricultura y de la ganadería. Es demasiado pequeño el grupo de los que
trabajan como en la era industrial. Y mucho más pequeño aún el grupo de los que
trabajan ya en la época de la información.
¿Cuál es nuestro futuro si el peso
de la economía se sostiene en la producción y venta de petróleo, cuando la
riqueza está vinculada a la producción de conocimientos y la información? Desde
hace bastantes años, los educadores universitarios venimos pidiendo que los
responsables de la marcha del país en los sucesivos gobiernos hagan elaborar y
propongan un proyecto inspirado, razonable, realista y optimista del país.
Dejando correr las cosas por su
propia dinámica seguiremos empantanados en la época anterior al siglo XVIII. No
tenemos proyecto de país, ni siquiera proyecto de Estado y a veces parece que
ni siquiera hay proyecto claro de gobierno con el llamado socialismo del siglo
XXI.
Hay sectores limitados de la
sociedad civil y de la sociedad política que empiezan a planificar y trabajar
en sintonía con algunas características propias de la sociedad de la
información. Dentro del gobierno revolucionario opino que en este sentido es regular
el trabajo de los economistas y seguramente por eso la macroeconomía del país dicen
algunos rojos-rojitos que está mejorando.
Pero queda mucho por hacer para que
la economía satisfaga las necesidades y expectativas de todos, porque la
redistribución de la economía no llega a la cuantiosa población en estado de
pobreza. Y es que, habrá que decirlo una vez más, los problemas del país son sistémicos
y no basta que una o varias partes del sistema de gobierno funcionen bien para
resolver los grandes problemas que nos mantienen en el indeseable
subdesarrollo, con tan alta deficiencia de equidad y solidaridad.
No bastan políticas públicas supuestamente
medio acertadas por parte del equipo económico. Por poner un ejemplo, es
necesario que los asambleístas miren el bien común del país y no sus personales
o grupales conveniencias de partidos y mafias rojas rojitas. Y ni aun con ello
encontraremos las soluciones estables, a la era de la información no se llegará
sin un cambio radical en todos los niveles del sistema educativo empezando por
la profunda reforma de la educación superior. Hay un camino amigos y es el DEL
PROGRESO.
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