“LA ARREMETIDA
DEL PODER POLÌTICO A LOS MEDIOS DE COMUNICACIÒN"
Zenair
Brito Caballero (britozenair@gmail.com)
Observando
lo que viene pasando en los medios de comunicación regional, como en el caso de
Barinas, donde 57 agresiones a reporteros y medios se han registrado en
esa ciudad desde 2008, según denuncia hecha por el Lic. Tarquino González,
secretario del CNP en el Programa Alò Ciudadano de ayer viernes 1º de junio, donde señala que periodistas con muchos años
en el ejercicio de su profesión, han sido suspendidos de sus programas de
opinión en las radios, en las televisoras locales y de los diarios en los
cuales han venido ejerciendo su profesión, he decidido escribir hoy este
artículo de opinión.
Considero
que un medio de comunicación es un objeto que se emplea para transmitir
información de un sujeto a otro. Su rol es trascendental en cualquier
sociedad verdaderamente democrática donde la libertad de opinión y de expresión
y la variedad de fuentes de información deben ser instituciones básicas.
Es
conocido, que en los últimos años, las políticas en materia de
telecomunicaciones han provocado la liberación y desregulación de los mercados
en el mundo. Pero esa estructura basada en la ley de la oferta y la demanda
determina que el fin último de esos medios es la ganancia económica, y es esta
la que define las tendencias en cuanto al contenido de la información,
variedad de la programación y ha llevado además a la agrupación de los
medios, lo cual facilita la uniformidad de los mensajes.
Sorprende
a veces observar cuando leemos los titulares de diferentes diarios, cómo todas
las versiones sobre un hecho coinciden, son casi unánimes. Unas pocas agencias
de noticias producen la información para muchos medios. En eso radica su
poder, en la concentración que facilita el control. Tienen la posibilidad
de dar a la gente el mensaje que quieren y no necesariamente el que conviene a
la ciudadanía.
Sus
intereses económicos y políticos prevalecen sobre su obligación de informar y
servir a la sociedad. Por desgracia en Venezuela, la concentración de las
comunicaciones en el gobierno
socialista-comunista venezolano, limita el derecho a la información porque
permite la imposición de un pensamiento único y de esa manera, las
corporaciones mediáticas ejercen un enorme y peligroso protagonismo
ideológico, se convierten en un instrumento de control del pensamiento,
manipulan las ideas y la ciudadanía inerme y agobiada por el cúmulo de
información no alcanza a digerirlo todo.
Toma
lo que sea, como le llegue, sin preocuparse demasiado. Sus criterios
muchas veces no se ajustan con la interpretación de los hechos pero puede más
el poder de los medios que terminan imponiendo sus puntos de vista según
sus intereses y los de sus anunciantes.
Si
bien el acceso a los medios se ha democratizado con la facilidad de acceso a la
radio, a la televisión y a la red de internet, no ha ocurrido lo mismo con el
acceso al control y a la propiedad de los medios; escasean los medios
informativos que se ajusten a lo que ocurre en todas las comunidades venezolanas
quizás por miedo al excesivo control del gobierno socialista-comunista y su
mano ejecutora Conatel.
Así
las cosas, quienes tienen la información tienen el poder y en tales condiciones
la interpretación de los hechos, la versión del mundo y el contenido de los
mensajes responde a los intereses de quienes ostentan el poder económico y
político. La opinión ciudadana es manipulada constante y persistentemente por
el gobierno socialista-comunista obligando a todos los medios que son
opositores a la aplicación de la propaganda gubernamental con la llamada Ley
Resorte.
Además,
los grupos de comunicación gobierneros rojos-rojitos se han convertido en
protagonistas de la realidad, hacen parte de ella ya no sólo como medios sino
como actores y aprovechando esa doble condición bombardean a la ciudadanía con
la información que les da la gana.
Se
reservan el derecho de decidir sobre qué hechos informar y cuáles ocultar. La
actual persecución contra los
periodistas de la Prensa de Barinas y la retaliación persistente contra
Globovisión es un buen ejemplo de todo esto.
Hay
antiguos ex gobernadores y ex alcaldes rojos rojitos con un gran prontuario de
corrupción administrativa y malversación de fondos de los cuales no se dice nada, parece que
deliberadamente los medios gobierneros han decidido ignorarlos.
Cuando
se acercan las elecciones presidenciales el próximo 7 de octubre, las campañas
diseñadas por los asesores de imagen son concebidas pensando más en los medios
que en los electores. Lo importante no es convencer al electorado de la bondad
de unas propuestas. La clave es ganar imagen, impactar al televidente o
al radioescucha con un símbolo, con un slogan, con cualquier cosa, por eso
vemos la antigua cara de Chávez en todas partes.
En
eso consiste la manipulación. Se subestima al ciudadano venezolano, se le
cree incapaz de formarse opiniones propias a partir de una información
seria y veraz; se intenta darle todo digerido. Además, los medios
gubernamentales como VTV, más que informar, deforman, se han extralimitado en
su función social y de informadores han pasado a ser jueces supremos, definen
culpabilidades, se creen poseedores de la verdad absoluta y con ese poder
determinan sanciones y ejecutan penas.
Con
demasiada frecuencia se escuchan entrevistas radiales o televisivas en las
cuales los entrevistadores cuestionan y rechazan las respuestas de sus
entrevistados. Otros comunicadores no disimulan sus simpatías y
antipatías con el gobierno
socialista-comunista y con descarada facilidad descalifican las opiniones de
sus contrarios. Definitivamente la libertad de expresión y de opinión sigue
siendo una materia pendiente en nuestra Venezuela. Hay que rescatarla y tenemos
un camino. EL DEL PROGRESO.
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