“ALIANZA NO ES IGUAL A CONSPIRACIÓN”
Zenair Brito Caballero
El riesgo de irrespetar la ley o la
autoridad que la ejerce, reside en el pensamiento que con estos hechos no se
destruye el tejido institucional que sostiene la armonía y la confianza. Solo
aceptar que alguien pueda sentirse superior a la ley, es descabezar la
posibilidad de poseer la ansiada igualdad de derechos.
Esa acción llevará al final a un caos
donde logrará imponerse el más intrigante, el más corrupto, corrompido o
deshonesto, el más mordaz, irónico y socarrón, el capaz de rebajar sus
comportamientos, en aras de mantener su posición, aunque el resultado sea daño
y que ningún hecho resista una mínima revisión.
El incremento de la corrupción en
Venezuela en estos 15 años de gobierno socialista-comunista, está contribuyendo
al hundimiento de la esperanza de un alto porcentaje de venezolanos, a la
imposibilidad de separar el engaño, la mentira y la falsedad de la verdad y origina
sinnúmero de violencias.
La violencia puede llevarse a cabo de diversas
maneras: A través de golpes u otras conductas físicas que hagan daño físico;
por medio de influencia psicológica, aterrorizando o manipulando de forma
negativa los sentimientos; ejercitando o propiciando el aislamiento o el
rechazo social de la víctima; o a través de amenazas o insultos directos o
cartas, que porten acusaciones falsas y/o difamaciones sobre el lastimado.
Es corrupto considerar que la
convivencia es voltear la mirada y decir “yo de leyes no entiendo nada”, cuando
al lado se viola lo legal. Eso no es convivencia. Eso es complicidad. Esta
situación se debe fundamentalmente a que en el ámbito se justifica la violación
a las normas y, entonces, se finge creer que el problema reside en la forma
como se redactan las leyes y los decretos.
Esa manera de violar la ley “sin querer
queriendo” como decía el famoso Chavo del 8 es peligrosa, pues se convierte en
permisividad del delito y en la perniciosa idea que trasgredir la ley no genera
consecuencias.
El mejor programa de gobierno o de
administración que pueda tener cualquier partido, movimiento político o
propiedad horizontal, es el respeto al ordenamiento constitucional, el
jurídico, los reglamentos, las resoluciones, sentencias, los estatutos y
reglamentos.
Mientras tanto, alrededor de la corrupción,
quizás muchos venezolanos no adviertan el riesgo de sus acciones y no perciban
el tamaño del monstruo que se está gestando. Es un monstruo que al final
comerá ciudadanos venezolanos, vecinos o adeptos, que ahora pueden estar
perdiendo la capacidad de sentir asco, repugnancia, hastío y de desobedecer o
transgredir.
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