SALARIOS,
DESABASTECIMIENTO E INFLACIÓN
Zenair
Brito Caballero
No es que yo exagere, pero con la
inflación reinante hoy en Venezuela, con el aumento de precios en todos los
rubros de la canasta básica, más los de las medicinas, ropa, calzado y los
servicios generales de una casa o apartamento, hecho que se incrementó desde el
cambio de la moneda quitándole los tres ceros a los bolívares y ahora con las
devaluaciones del gobierno de Maduro, el salario de los venezolanos y de las venezolanas
ha quedado prácticamente desvalorizado, y tal situación entraña un grave riesgo
de afectar de manera sensible la solidez del núcleo familiar y por esa
consecuencia la unidad de la sociedad venezolana.
Una mayoría que soportamos
estoicamente la crisis, y un grupo afecto a la revolución socialista-comunista
favorecido con las prebendas políticas, con las llamadas misiones y con la
compra de conciencias para comprar los votos en todas las elecciones, y que por
supuesto no siente el efecto de la deteriorada economía nacional.
Son ya varios años, meses, que está
campeando la distorsión de precios en los centros de abastecimiento de
alimentos, en las tiendas, farmacias, supermercados y colegios, liceos y
universidades privadas, debido a una inflación incontrolable que se agudiza con
alarmantes índices de abuso y especulación, lo que hace inviable a muchos
venezolanos cubrir medianamente las necesidades familiares, resultando
los hijos, hijas y ancianos los mayormente castigados, con las restricciones de
salarios, que no sirven para comprar ni medianamente lo que hace años atrás
servía para cubrir una dieta diaria equilibrada sin restricciones, y hasta con
cierto margen de ahorro.
Sobre los precios totalmente alterados
de alimentos básicos, caso del pan, el arroz, los fideos o pasta larga o corta,
el azúcar, harina de trigo y la de maíz,
el aceite y algunos cereales como la avena, se suman los precios altos de las
carnes de res o de pollo, y qué decir de cerdo o cortes especiales, la
charcutería, los quesos nacionales o importados, las verduras, los vegetales, las
frutas y hortalizas también están por las nubes y no hay autoridad que ponga
remedio a la especulación, al desabastecimiento y a la escasez. ¿Dónde está el
INDEPABIS?
Es natural que el problema se
acreciente con la amenaza de sectores como el de transporte, que si bien no han
variado mucho sus costos de operación, lo que recaudan en el día no les alcanza
para sufragar los gastos familiares que se han elevado y deben ser cubiertos
cotidianamente, por tanto la alternativa de compensación está en la elevación
de tarifas es decir una espiral, que incluye otros factores colaterales
que sumados uno tras otro pueden ocasionar una terrible eclosión social.
Los ministros del área económica, muy
orondos, hablan de macro cifras, el ciudadano común no sabe qué hacer con su
micro salario, la especulación de los expendedores de alimentos y la inflación
reinante, a las cuales se suman situaciones negativas como fenómenos naturales
que también tienen su efecto negativo en el conjunto de los componentes de la
economía nacional, esto significa que el daño es realmente dramático a la
hora de sopesar los problemas ocasionados por la falta de recursos
económicos en el bolsillo y no en las cuentas millonarias del Ente
Emisor, sin uso práctico para compensar la pérdida del valor adquisitivo
de los salarios.
Otro componente económico tiene
relación con la “regulación” del bolívar venezolano frente al dólar, situación
que complica seriamente a los exportadores y pone en riesgo industrias y
miles de fuentes de empleo, lo que agudiza la crisis estructural de
nuestro sistema financiero.
Son problemas que se sienten y se
viven con alarmante dureza, sin embargo tal parece que este inconveniente
sumamente delicado no está consignado en las agendas de los Ministros y menos
del Mandatario Maduro socialista-comunista, pues lo importante para ellos, es
seguir engañando a los ignorantes para tratar de seguir en el poder.
Es urgente que se adopten medidas para
salvar la crisis, frenando la inflación y defendiendo la economía de
la mayoría de venezolanos y venezolanas, que desesperados pueden
cambiar el rumbo del país.
britozenair@gmail.com
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