EN
VENEZUELA DESAPARECIÓ LA MORAL LA ÉTICA Y LOS VALORES
Zenair
Brito Caballero
Muchos venezolanos por haber perdido la fe en Dios,
en los principios cristianos y la sensibilidad del alma quieren vivir
obteniendo poder y riquezas de un día para otro sin importar hacerle daño a sus
semejantes, sino vean cómo viven los que dicen ser socialistas-comunistas
jerarcas del Gobierno de turno en Venezuela, todos con ropa, monos deportivos,
corbatas, zapatos y relojes importados de la altas firmas de Estados Unidos y
de Europa.
El contenido de esta columna no tiene nada que nos
sorprenda o nos agarre de improviso, porque está en las fotos publicadas en los
diarios, los noticieros y en todos los medios informativos de Venezuela y del
mundo, de ayer y de hoy. La comunicación es tan fácil y asombrosa hoy día que
nadie queda ajeno a los aconteceres de cuanto ocurre en el universo entero,
especialmente los chocantes.
Quiera uno o no quiera tenemos que estar de acuerdo
con el escritor Konrad Loreaz, quien calificó como "proceso
apocalíptico" la desesperación de las cualidades, la pérdida de la ética,
de la moral, de los valores espirituales y de las facultades más nobles del ser
humano”. Todos somos prendas de garantía en poder del enemigo: el miedo;
rodeado por los vicios y en consecuencia, presenciando dolorosamente toda
naturaleza de degradación y destrucción.
Vemos a la humanidad en peligro y Venezuela no es
la excepción. En estos tiempos reina la idea de obtener todo, lo más
rápidamente posible, ya sea individualmente, o entre los pueblos, lo cual
reduce las relaciones humanas a un estado de irresponsabilidad y salvajismo
moderno: asesinatos, asaltos y atracos a manos armadas en carreteras, caminos y
calles de las ciudades, a los bancos, tiendas, almacenes y a los ciudadanos en
general.
Enriquecimiento ilícito con dineros privados y
públicos. Extorsiones y pago de millonarias cuotas o vacunas impuestas a
comerciantes, empleados, ganaderos, y lo que es peor, como una degeneración, ya
hasta los niños, niñas y jóvenes escolares les quitan los celulares y el poco
dinero que sus padres les dan para comprar alimentos en los momentos de recreo.
A todo lo anterior le sumamos hechos horrorosos y
demoniacos como son las violaciones sexuales a niños y niñas a quienes después
asesinan. Criaturas recién nacidas son abandonadas y arrojadas por sus madres
en lugares solitarios o en basureros.
Aquí viene a bien, traer a colación lo que expresó
un especialista en ética como el gran filósofo
español Fernando Sabater: "cuando personas supuestamente normales cometen
barbaridades como esas, es señal de que la sociedad perdió el control de sí
misma y las personas no tienen la noción de lo que es correcto e incorrecto, se
van perdiendo la ética, la moral y los valores".
Si nos anclamos a mirar los problemas de la
Venezuela de hoy, con una pasibilidad cómplice e involuntaria llegaremos a la
triste conclusión, que este bochornoso e inhumano acontecer no tiene solución para
nuestro país, y que solo nos queda la esperanza remota de curar esta sociedad
venezolana enferma y desmoralizada con un modelo de gobierno distinto, con
valores democráticos y amor a la libertad.
Lo inconveniente es que las costumbres, hábitos,
conductas y el mismo modernismo de hoy se han globalizado: nos vestimos con la
misma moda, todas las mujeres jóvenes se parecen unas a las otras con sus
prótesis mamarias casi al descubierto y su pelo alisado con una plancha,
consumimos comida rápida o la llamada chatarra en los centros comerciales y
actuamos igual a como lo hace el resto del mundo.
No debería ser así, cada nación y pueblo deben
conservar sus sanas costumbres y valores, hábitos y leyes acordes, como lo más
noble del ser humano. La pérdida de valores se puede recuperar a través de una
cristiana enseñanza en los hogares, en escuelas y colegios a las nuevas
generaciones ¿Dígame si estoy equivocada o no amigo lector?
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