VENEZUELA NECESITA LIDERES REFLEXIVOS
Zenair Brito Caballero
Desde que era muy niña, el Sermón de las Siete Palabras me cautivó y le pedía explicaciones sobre cada una de ellas a mi padre, gran conocedor de la Historia Hebrea y cristiana y a los maestros y profesores de los colegios donde estudiaba para entenderlas.
Mi papá, era un hombre muy letrado, historiador, escritor y miembro de N° de la Academia de la Historia siempre me sacaba de dudas sobre una de las palabras con mayor impacto en mi adolescencia, la cuarta, en la que Jesús le manifiesta a su padre el por qué lo abandonaba y me simplificaba, debido a mi edad, la respuesta: “Es la demostración de la humanidad, del dolor del hijo que solo tiene a su padre para salvarse y esa expresión ratifica el gran sufrimiento del hombre cuando está solo frente a la voracidad humana, pero en aras de la salvación de la humanidad acepta su muerte en forma tan cruel”.
Pero, yo seguía buscando más profundidad en la reflexión y siempre se me convertía esa interrogante en algo muy difícil. Hoy a mi edad lo entiendo mucho mejor y más escuchando al Cardenal Urosa Sabino en la Iglesia Santa Teresa cuando explicaba a los fieles del Nazareno de San Pablo la Cuarta Palabra de una manera lenta, sencilla, segura, con un mensaje de libertad individual que profundiza la escogencia del hombre entre el bien y el mal, entre el amor y la guerra, entre la verdad y la mentira y en especial entre la convivencia y el desorden.
No usó el Cardenal, términos extremos, simplemente nos llegó al corazón con cada una de sus reflexiones y eso para mí como católica y cristiana fue suficiente. Los líderes deben ser así sencillos, prudentes, inteligentes, humanos, piadosos y ante todo francos, honrados cuyos actos produzcan admiración y no vergüenza.
¡Ah! Si a Venezuela le faltan tantos guías que expliquen las dimensiones humanas, acepten los objetos que las sustentan y trabajen para que sus pueblos dejen de sufrir tantas necesidades y no contribuyan, esos líderes, al abandono y a la pobreza extrema mientras ellos viven como la sanguijuela chupándole la sangre a los menesterosos y engordando a sus áulicos.
Que reflexionen con la palabra "Tengo Sed" y conozcan la forma en que viven las ciudades sin ese preciado líquido, que observen en lugares de nuestros pueblos y ciudades como aún se recoge el agua para transportarla en camionetas o camiones y que mediten sobre los dineros que no aparecen y que fueron destinados a construir acueductos.
Y en especial, que dejen de decir que son ateos invocando la misericordia de Dios cuando manipulan a los pobres para conseguir los votos, señalando que Jesús era socialista-comunista. ¡por favor!. Vaya sí nos imaginamos a esos líderes enfrascados en discusiones tratando de tapar sus enormes errores y evadiendo responsabilidades que deberían avergonzarlos.
Muchas veces en mis columnas de opinión, me he referido a la misión fundamental de los dirigentes políticos cuyo eje principal es la unión de los ciudadanos no la polarización injusta y basada en mentiras o sustentada en secretos con postes de acero que nadie ha podido derribar y que han propiciado que se eternicen en el poder y se acrecienten los odios.
Tampoco es bueno el líder que impone criterios personalistas, que se sale de la realidad, que produce conmociones verbales sustentadas en el rumor y la mentira. Necesitamos adalides que en este proceso de paz sean vigilantes sinceros y denuncien lo que pueda hacerle daño al país y vigoricen lo que beneficie al pueblo.
Esos son los hombres o las mujeres que espera la nueva Venezuela del Progreso. Por eso todos a votar el 14 de abril por Henrique Capriles Radonski, que si es capaz de salvar a Venezuela del lodazal donde está hundida.
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