¿PROGRESO O RETROCESO PARA VENEZUELA?
ZENAIR BRITO CABALLERO
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¿Por qué progresan
los pueblos? Seguramente avanzan más rápido aquellos que previamente han
invertido en educación, instruyendo a sus habitantes para que juntos o
separados pero organizadamente participen de un plan elaborado desde un buen
gobierno democrático
En plena discusión
sobre la pobre calidad de la educación venezolana, es bueno plantearse si
este gobierno que se dice socialista-comunista y por lo tanto humanista (y
humanizado) tiene claro que los seres humanos que habitan el país serán
quienes decidan con sus actos la felicidad o la infelicidad futuras. Nadie
puede discutir la enorme diferencia en el trato material hacia los sectores
más desposeídos.
Los planes en marcha
con las llamadas misiones han permitido que gigantescas masas de habitantes
marginados tengan al menos los elementos mínimos de supervivencia. Estas
masas han estado y siguen estando ocultas a los ojos de la mayoría. Pero de
tanto en tanto algunas puntas se salen del área asignada como territorio e
invaden otras áreas a través del delito. Comen y se visten un poco pero no
por ello mejoraron su intelecto.
De todos modos hay
que convenir en que un trato “socialista-comunista” de los sectores
necesitados aún no ha permitido salir de cuadros vergonzantes que
caracterizaron las décadas pasadas. Si el plan de ayuda a través de las
misiones es o no suficiente importa tan poco como que algunos hayan malentendido
la ayuda. Será en todo caso motivo de acumulación de experiencias para la
discusión casi eterna de ¿qué hacer con los pobres? Lo que en cambio aterra
de verdad es la marcha atrás constante que la educación sigue teniendo en el
país combinando bajo rendimiento en escuelas y liceos con fuertes cambios
culturales.
Esta explosiva
mezcla hace que los jóvenes de hoy imiten todo lo malo con una facilidad de
asombro. Se inclinan por conductas predilectas de los delincuentes, hablan
con el estilo de ellos, se pintan el cabello y caravanean en motos y carros
con resonadores, como seres que desconocen por completo la ética y la armonía
y hacen de la violencia su programa preferido de televisión. Además, el
delito aumenta, y la edad para delinquir o prostituirse disminuye. ¡Vaya
problema el que tenemos en Venezuela!
Porque si era lógico
esperar de un gobierno revolucionario socialista-comunista del siglo XXI que
dice ser “humanista” la puesta en marcha de un feroz, agresivo y
revolucionario programa de educación, nos hemos topado con la sorpresa de que
la costumbre de “dejar pasar la historia” no era patrimonio de aquellos
gobiernos que se llevaron la acusación de liberales, capitalistas y
desalmados. El dedo acusador ya no sabe a dónde apuntar y lo peor sería concluir
que todos los gobiernos son igualmente ineficientes a la hora de las grandes
transformaciones, incluso éste que prometía “hacer temblar las raíces de la
República”.!POR FAVOR!
Es increíble
concluir que con casi 14 años después de puesta en marcha una oportunidad
inmejorable para cambiar a Venezuela, no solamente no se haya encarado un
programa de transformaciones sino que esté instalada una clara pelea entre la
educación oficial que demanda presupuestos y el gobierno comunista que se
hace de rogar, al mismo tiempo que celebra el crecimiento de la recaudación
impositiva a niveles nunca antes alcanzado. Son tan pocos los años que
separan al niño(a) del adulto que al país se le va todos los días la
posibilidad de formar mujeres y hombres transformadores y creativos. Puede
haber un cambio amigo lector y es unirnos todos al camino del PROGRESO.
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martes, 7 de agosto de 2012
ZENAIR BRITO CABALLERO, ¿PROGRESO O RETROCESO PARA VENEZUELA?
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