VENEZUELA
NECESITA UN LÍDER PROGRESISTA QUE
GARANTICE NUESTROS DERECHOS
Zenair Brito
Caballero (britozenair@gmail.com)
En toda sociedad existen individuos, que por algunas características de su
personalidad o conducta, son considerados por las ciencias psicológicas,
psiquiátricas, penales y criminológicas como peligrosos. Estas personas se creen imprescindibles, enamorados de sí
mismos, egomànicos, narcisistas, sin escrúpulos, sin respeto a las barreras
legales, morales y éticas.
Son presuntuosos,
presumidos, egocéntricos, mienten con mucha facilidad, engañan con falsas
promesas y jamás piensan en ayudar a resolver los problemas de otras personas. Esta
complicación anormal, de mente y conducta, es terrible y para el conglomerado
social, que los aglutina, es de consecuencias desastrosas.
Con estas reflexiones y
analizando nuestro ambiente venezolano, se puede concluir cuánta falta nos hace
un verdadero líder visionario, que sea valeroso, firme en sus convicciones, sin
pertenecer a ese “montón” de pseudolíderes políticos que se sirven del pueblo
para sus intereses personales y llevan casi 14 años en cargos públicos.
Necesitamos ese líder progresista
que nos pueda garantizar nuestros derechos: a la vida, integridad física,
trabajo, bienestar económico, sanidad de las finanzas, ambiente sano, calidad y
excelencia educativa, seguridad jurídica y ciudadana.
Esta última, con
políticas definidas, firmes, con base científica y no sustentada en componendas
entre bandas criminales, a quienes les otorgan beneficios que no se les
conceden a la población honrada.
Considero que los venezolanos
no hemos tomado la decisión de meter las manos para librarnos de estos líderes
peligrosos, por tenerlas trabajando, para llevar al hogar lo necesario y no
“morirnos de hambre”.
Si hemos llegado a esta
grave situación –de hambre– es por la incapacidad de la actual administración
socialista-comunista, que cada día se hace más visible y vergonzante; la cual
he señalado constantemente en la mayor parte de mis columnas de opinión, junto
con actos de corrupción, despilfarro, grave endeudamiento que nos ha llevado a
la insolvencia y al desprestigio.
A mis señalamientos se
abonan las declaraciones públicas de muchos líderes políticos de la oposición
donde coinciden, que: “La deuda de Venezuela es onerosa e impagable, lo que obliga
al país a más deudas”. Y agregan economistas y sociólogos expertos: “Estamos
victimizados por funcionarios que han obligado a vivir de los préstamos, y
posiblemente cobran y cobraron por conceder esos préstamos. Los venezolanos
debemos ponerle fin a esa situación”.
Así confirmamos otro
rubro de ingresos, cuanto más prestamos, “más comisiones se comparten”, ahora
comprendemos que quienes llegaron en “carritos sencillos”, y actualmente con
sueldos de millones mensuales, tienen mansiones de millardos, ropas de las
mejores firmas mundiales y excentricidades costosas.
Para justificar sus
actuaciones, algunos de los que se dicen líderes dan declaraciones que causan
más pánico que las moscas en los quirófanos de un hospital, como la aseveración
pública de “Pedro Carreño” ante medios de comunicación sobre su acompañamiento
a las carreras de fórmula 1 al piloto chavista Pastor Maldonado.
Para colmo, muchos
guarda-espaldas o jefes de seguridad, dicen públicamente que son equivocaciones
de los medios de comunicación y por eso dan malas o falsas informaciones. Con
razón “andamos patas arriba”.
Recordemos que nuestro
Código Civil establece que nadie puede alegar ignorancia de ley, y el mismo
comandante ha dicho en varias oportunidades: “No tenemos derecho a
equivocarnos”.
Además, ¿dónde queda el
juramento de cumplir la Constitución de 1999 y las leyes de la República? En la
basura.
Por estos líderes, Venezuela está enterrada, y en la tumba no
crecerá ni la hierba, tan similar como si le hubiera puesto la pata el caballo
de Atila. Hay un camino para ese cambio y es el camino DEL PROGRESO.
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