¿SEGUIREMOS
SOÑANDO DESPIERTOS?
Zenair
Brito Caballero
La delincuencia
de nuestro país avanza como una carrera a toda velocidad, cada día existen
formas nuevas de cometer sus delitos y crímenes, no existen límites para frenar
al malhechor. No existen lugares que no escapen de las manos de los forajidos,
no importa la residencia donde se encuentre, la protección que exista o el
dinero invertido en seguridad, cuídese que las manos delincuenciales les pueden
llegar a tocar, pero existen otros tipos.
Y esos delincuentes son los que penetran a
cualquier hora, cualquier lugar y no importa las condiciones de seguridad que
se encuentren los bienes y las personas, pero existen otros facinerosos que
todos los vemos, los escuchamos, y se pasean como jovencitos enamorados, y
disfrutan de todas las condiciones como príncipes, y son los muchos
funcionarios rojos rojitos de este gobierno que todos conocen, todos los ven y
todos saben quiénes son, pero nadie dice nada, nadie hace nada, y muchos de sus
seguidores le celebran los chistes y los cuentos que simplemente se disponen a
hacer. Así está nuestro país.
Venezuela se encuentra agarrada de las manos de
esos funcionarios y políticos, que tienen los controles del Estado, y manejan a
su discreción los destinos que ellos quieren para la mayoría. ¿Puede un país
avanzar así? Seguro que no, pero vamos camino a pasar varios años más de
gobierno socialista-comunista, luego de 15 años de mal gobierno, sin ver ningún
cambio positivo, y estancado en el presente, sin avanzar para el porvenir del
futuro.
Observar a un grupo de personas ostentar una
fortuna de más de mil millones de bolívares, de la noche a la mañana, es algo
que sale de lo común, normal y ordinario, debe ser digno de sorprender, y aquí
en nuestra Venezuela es algo que no causa sorpresa. Coincidencia que esa
persona o grupos de personas, diez o catorce años atrás no tenían nada, ni por
su trabajo, ni por herencia, ni por familia adinerada, ni por negocio, ni por
su profesión, le permitían obtener la riqueza que exhiben.
Esa persona o grupo de personas pertenecen a la
clase política gubernamental roja rojita, a la clase de funcionario o ex
funcionarios del gobierno, a un determinado partido que maneja el poder y a un
periodo de tiempo determinado, básicamente en la gestión gubernamental de su
partido. Y nuestro pueblo no cuestiona. Y logran fortunas cuestionadas, que en
cualquier país civilizado por las dudas, permanecerían sus bienes embargados
hasta una filiación de tercer grado.
Pero en nuestra Venezuela, la delincuencia vulgar,
la delincuencia de cuello blanco, y la indiferencia de las autoridades, siguen
permitiendo que nuestro país sea tierra de nadie, o más bien, tierra de los
gobernantes socialistas comunistas. Una simple evaluación del panorama político
venezolano puede llevar a pensar, que aquí no existen partidos de oposición, ni
políticos con visión, líderes con posibilidades de hacer cambios positivos, o
un grupo de personas interesados en buscar algo nuevo y mejor para la mayoría
de los venezolanos.
¿Cuándo es amigos lectores, que le vamos a poner un
freno a la corrupción gubernamental, a la inseguridad, y a muchos males? Se
casará con la gloria el día que un presidente venezolano democrático, con
valores y verdadera honestidad, decida tomar y hacer las medidas correctas y
sin vacilación, de lo contrario, seguiremos soñando despiertos. No perdamos la
esperanza que todo cae por su propio peso.
(britozenair@gmail.com)
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