ASÍ
SON LOS COMUNISTAS MALIGNOS Y PERVERSOS, CHARLATANES Y
RABIOSOS
Zenair Brito Caballero
A lo largo de la historia, las sociedades han sido siempre oprimidas
entre dos opciones: “o derecha o izquierda”, “o negro o blanco”, “u hombre o
mujer”, “o guerra o paz”, “o amigo o enemigo”…Ninguna otra posibilidad. Ninguna
otra alternativa.
En su forma lógica funciona, pero en los asuntos vitales no es
posible una distinción que separe las cosas de modo tajante –así ha pasado con
la sexualidad humana, de creer que sólo existen dos sexos: o masculino o
femenino, que los demás son desviaciones morales, o de naturaleza-. Un mundo
dividido por los extremos no permite reconocer la diferencia.
En política es bien claro. La pertenencia a un partido, de
izquierda o de derecha, llevada a extremos de odio y muerte, y vivida de modo
violento y despreciable por quienes la vivieron, y que a pesar de todo,
prosigue en las violencias que hemos vivido, con renovados actores, otros
intereses, y formas sofisticadas de ofensiva, siempre fustigadas por el látigo
demagógico y manipulador de quienes prefieren una “artimaña más justa” a una alianza,
que por injusta, nunca será peor que la beligerancia.
Siempre la violencia, por ese afán propenso a hacerse de amigos y
enemigos, por el poder político, religioso, económico, o porque se es de otra
raza, sexo, color o condición social. Motivos diversos y abundantes: “la
patria”, “el honor”, “la moral”, “los miedos”, “la represalia”, aquello que sea
razón para combatir: una escuela, un partido, una frontera, una religión, una
creencia, lo que signifique contienda; porque para quienes así piensan “la violencia
es el mejor de los argumentos”.
Se construyen un discurso, espinoso y fraudulento, y proceden de
mala fe al desvirtuar los argumentos de sus adversarios haciendo de ellos “una
imitación falsa y vulnerable de los mismos”. Consideran que el proceso de
conciliación necesita de un gobierno que “comprenda que no se puede negociar
con esa gente opositora”, que sí lo hacen no es otra cosa que apoyar la intimidación.
No es confrontación de fondo, es lo malicioso de su actitud por
algo que no les satisface, pues siempre los socialistas-comunistas están
dispuestos al conflicto, a la confrontación violenta y a la descalificación.
“O lo uno o lo otro” y en su caso, prefieren la destrucción moral
del oponente a una negociación civilizada. Incapaces de imaginar un pacto
negociado, efectivo y real, en un país pseudo-democrático como Venezuela, los
socialistas-comunistas recurren a cualquier artificio para confundir a la
opinión pública y a sus reptiles seguidores. La fotografía de quienes ellos
llaman “los enemigos”, como el caso de Henrique Capriles Radonski retratado con
el Papa Francisco y con venezolanos en el Vaticano que aplaudieron y dieron
loas al dirigente opositor y Gobernador del Estado Miranda, para tratar de escarnecerlo
y vejarlo, haciendo creer a sus seguidores que está buscando ayuda
internacional, para sacarlos del poder. Así son estos y que líderes Psuvistas,
los que se dicen socialistas-comunistas, malignos y perversos, charlatanes y
rabiosos.
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