domingo, 12 de agosto de 2012

ZENAIR BRITO CABALLERO, . “DEBIÉRAMOS DEJAR DE ANDAR PREOCUPADOS Y OCUPARNOS DE SER HUMANOS”


    DEBIÉRAMOS DEJAR DE ANDAR PREOCUPADOS Y OCUPARNOS DE SER HUMANOS” 
Zenair Brito Caballero 
(britozenair@gmail.com)

Día domingo: momentos de reflexión. Puede ser que pasemos un tiempo actuando en la vida, hasta que la vida misma nos sorprenda y nos obligue a ser quien somos. Está más que claro que la gente que actúa para los demás, jamás logra ser quien es y por ende, jamás llega a ser feliz, porque vive tratando de caerle bien a los demás, viviendo la vida que quieren los demás, complaciendo a los demás y viviendo mediocremente.

Cuando uno quiere que los otros no hablen mal de uno, se termina comportando como ellos quieren que nos comportemos, y -por suerte- a pesar de los esfuerzos y la exagerada buena educación que tengamos, siempre hay alguien difamándonos. Digo por suerte, porque estas personas también son las que nos enseñan que la vida no es un escenario, y que la forma más plena de vivirla es ser tal cual somos.

No se puede permitir a los demás que nos manejen como si fuésemos títeres, y hasta algunos como ventrílocuos, que quieren que digamos lo que ellos desean  escuchar. Nuestra voz no puede estar en silencio, nuestros reclamos no pueden ceder ante el otro, nuestra emotividad no debe estar subyugada a nuestra racionalidad, nuestra proclama no debe estar oculta; esa forma que tenemos de  diplomacia exacerbada, cuando hay que hablar de cosas que se sienten, es el primer síntoma de que padecemos una contaminación en el espíritu.

El poder de comunicación que posee el ser humano es un arte ilimitado, que nos asigna a través de la palabra un rol protagónico o nos condena a ser la sombra de alguien en la vida. Tropezamos con muchos ejemplos día tras día: médicos que están más enfermos que sus pacientes, ricos infelices, padres que pretenden que sus hijos hagan su vuelo y no  les enseñan cómo hacerlo; políticos cuya sonrisa se conoce sólo cuando se acercan las elecciones; gente que dice no tener de qué hablar y se reúnen los domingos para quejarse por turnos; gente que ha hecho de la estupidez, su manera de vivir.

¿Hacia dónde nos dirigimos? Está claro que esos mecanismos nunca sirvieron y que el camino opuesto sería la mejor forma de atreverse a vivir. Debiéramos dejar de andar preocupados y ocuparnos de ser humanos; y con esto digo mucho: ser humano es tener limitaciones, es equivocarse, es reír cuando se te da la gana y llorar si realmente es necesario.

Ser humanos es saber que el otro también tiene imperfecciones y que lo único que realmente- no tiene solución, es cuando la vida se termina. Los programas educativos no te enseñan ni a vivir, ni a morir, ni a ser feliz, ni a enfrentar las tristezas que puedan venir. La vida nos enfrenta con nosotros mismos y nos enseña que nadie puede vivirla más que nosotros.

Está claro que cuando se camina por la vida sin amor, la inmunodeficiencia está garantizada y el corazón pasa a estar en estado de emergencia.

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