CADA DIA LA
DELINCUENCIA SE APODERA MAS DE NUESTRO PAÌS
Zenair Brito Caballero
(britozenair@gmail.com)
Con mucha preocupación e impotencia la ciudadanía venezolana viene
observando cómo cada día que pasa la delincuencia común y organizada se apodera
en forma inmisericorde de los ciudadanos que en términos generales se
encuentran desprotegidos de toda autoridad. Al igual que en muchos otros
centros urbanos de nuestro país este fenómeno toma más fuerza, especialmente en
el arrebatòn, el atraco, el robo de celulares y blackberrys, asaltos a
residencias y homicidios.
Aunque desde las altas esferas del gobierno socialista-comunista, empezando
por el comandante digan que la percepción de inseguridad no corresponde con las
estadísticas, la verdad es otra. No sabemos en qué mundo viven nuestros
gobernantes y sus compinches, tal vez porque a ellos no les ocurre nada al
andar llenos de guardaespaldas cubanos, piensan que su seguridad es la misma
para los demás.
No tenemos que ir muy lejos, sino ver los noticieros o leer cualquier
periódico nacional o regional para ratificar que lo dicho es cierto. Ya son
varias las ciudades que han manifestado su inconformidad frente a la ola de
criminalidad que los acosa, con protestas pacíficas frente a las autoridades
civiles y policiales.
En Caracas, Valencia, Barquisimeto, Margarita, Ciudad Bolívar y
Barquisimeto los comandantes de la policía de dichas ciudades acaban de ser
citados por el Ministerio del Interior para que explique a la ciudadanía las
causas y estrategias que deben seguirse para combatir estos fenómenos.
En Maracay, las cosas son peores porque aquí nadie dice nada. Ni por parte
de la administración, ni de la fuerza pública y mucho menos por parte del
Concejo Municipal, quien parece no importarle lo que acontece; y eso que son
los representantes del pueblo; sus intereses andan por otro lado.
No se justifica que cada cuarenta y ocho horas haya una víctima de robo y
atraco en nuestra ciudad. Y lo peor de todo es lo que ha acontecido los últimos
días. En pleno centro de la ciudad, a pleno sol y a escasos treinta metros de
un Módulo policial o Comisaría, los delincuentes realizan su faena.
Cuando esta gente se atreve a cometer sus fechorías en las narices de las
autoridades es porque están seguros que no les pasará nada, y que además son
unos profesionales en la materia.
Pero en esta ciudad no se escucha ni siquiera que se lleve a cabo un
consejo de seguridad donde la administración, los organismos de seguridad y la
Policía Regional o Municipal en compañía de la Cámara de Comercio y demás
representantes de la sociedad se sienten a mirar las verdaderas causas de estos
hechos y a diseñar un plan de acción que permita desmantelar estas
organizaciones criminales.
Son muchos los comentarios negativos que se escuchan en los corrillos por
parte del ciudadano común en contra de la fuerza pública y de la administración
misma. Cuando esto ocurre es por no existe la confianza necesaria entre los
gobernantes y gobernados para escucharse mutuamente. Sería conveniente crear
esa confianza para así actuar conjuntamente en contra del enemigo.
Como no se trata de criticar por criticar, se hace necesario crear las
condiciones para que la ciudadanía colabore más con las autoridades, pero al
mismo tiempo que estas manifiesten sus inquietudes sobre las herramientas que
se requieren para hacer más contundentes a la hora de enfrentar estas bandas.
Hay que hablar de inteligencia policial, patrullas motorizadas, colaboración de
las entidades bancarias, entre otras cosas. No esperar que la enfermedad tome
fuerza y se convierta en un cáncer en fase terminal.
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